Aromas de encrucijada
al retomar los caminos
que emprenden los peregrinos
fieles a la Javierada,
La salida junto al puente,
Carramurillo, las Norias…
Recordando mil historias
de un evento sugerente.
Tomar el rumbo a Javier,
ese horizonte lejano.
Hay que atravesar el Plano
y en La Oliva renacer.
Pasar la noche en Murillo.
y caminar de mañana
para vencer la “liviana”.
Ver el Aragón. Su brillo.
Descender por la ladera
y llegar a Gallipienzo.
Emprender otro comienzo,
tras una comida… “ligera”.
En los almendros, las jotas,
la vereda hasta Sangüesa,
dejando atrás la dehesa,
viendo sus torres remotas.
El viacrucis temprano,
la escarcha con su mantillo
y contemplar el castillo
visto desde el altozano.
Sin finalizar apenas,
la alegría a flor de piel,
recolectando la miel
de un júbilo a manos llenas.
Surge, entonces, la emoción,
que les hace prometer
el próximo año volver
a postrarse ante el Patrón.
En los almendros, las jotas,
la vereda hasta Sangüesa,
dejando atrás la dehesa,
viendo sus torres remotas.
El viacrucis temprano,
la escarcha con su mantillo
y contemplar el castillo
visto desde el altozano.
Sin finalizar apenas,
la alegría a flor de piel,
recolectando la miel
de un júbilo a manos llenas.
Surge, entonces, la emoción,
que les hace prometer
el próximo año volver
a postrarse ante el Patrón.
-Felipe Tajafuerte. 2025-
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