Nadie la quiere. Está
de todo punto obsoleta.
Ha pasado mucho tiempo
de aquellos años setenta
en que la adquirí gozoso.
Veinticinco mil pesetas
fue el precio prohibitivo
que pagué entonces por ella,
la enciclopedia Larousse,
de la Editorial Planeta.
La componían diez tomos
de sabiduría impresa
Allí confirmé que el Yeti
no habitaba Adis Abeba,
que Machupichu y Jartúm
no estaban junto a Corea.
No era la de Diderot
ni la británica inglesa,
pero sumaba el compendio
de las primitivas ciencias.
En la balda arrinconada
su nuevo destino espera:
El contenedor azul,
no la madre biblioteca.
Está pasada de moda,
su consulta no es moderna,
manejarla ya no mola
porque ha perdido la guerra,
la ha derrotado san Google
y su nieta Wikipedia.
Si la anuncio en Wallapop
la pobre no tiene venta,
ahora no sirve ni para
encender la chimenea.
La llevaré al Punto limpio.
Adiós, fiel enciclopedia.
Felipe Tajafuerte. 2023