No sale la Patrona.
Las calles mueren huérfanas
de la albahaca y la cera
del estío.
No bailan altaneros los
gigantes
encauzando la sierpe
blanquirroja.
No acompaña el tamboril a
los chistus,
ni la cruz a los cirios.
Desprovistos de jotas con arraigo,
los aleros se olvidan del incienso.
Suenan bronces esquivos, carentes
de alborozo,
solapando nostalgias de resol.En los ojos se asoma
la turbia brillantez de arcaicas emociones.
A la espera de un tiempo más propicio,
Santa Ana reposa en su hornacina
añorando solanas callejeras.
Hoy, veintiséis de julio
del año dos mil veinte,
la Abuela, también, se ha quedado en casa.
No sale la Patrona.
Felipe Tajafuerte. 2020
Este año todo es distinto, Felipe. Ojalá que no venga para quedarse.
ResponderEliminarUn abrazo.
No sé si se quedará mucho, pero la vida nos la ha puesto del revés. Un fuerte abrazo
EliminarNo conozco mucho el idioma interior ni el espíritu español pero cómo lo aprecio y celebro lo que me llega. Como sea, a veces no es para mal,pero mucho nos está cambiando esta pandemia.
ResponderEliminarOtro abrazo.
¡Qué pena Felipe, creo que nada volverá a ser igual que como era nuestro mundo antes de la pandemia! Además del miedo al no saber con certeza todo lo que nos puede contagiar, no nos atrevemos ni a salir de casa.
ResponderEliminarDicen que es la tercera guerra mundial que es bacteriológica y entonces porque tanto dinero gastado en armamentos sofisticados de millones de euros de los contribuyentes, si un bicho invisible y asqueroso nos ha puesto a todos de rodillas.
Cuidate mucho Felipe. Un abrazo