Tanto
en la procesión o en su peana,
cuando
el calor de julio reverbera,
la
emoción que produce Santa Ana
pinta
en el empedrado albahaca y cera.
Se
le aplaude en las calles y mejana
porque
es, de las abuelas, la primera.
Con
su faz de aceituna y caramelo
de
la vieja ciudad es el consuelo
Felipe Tajafuerte. 2019