Ya la tristeza campa por
sus fueros.
La muerte ha desovado sin
cautelas
y la desolación
reverdece.
Acucian las angustias y
el dolor
pues la vida se muestra
cuesta arriba.
Entonces, se renueva la
presencia
de la persona amada
y se torna
cruel ausencia
que apacigua los vanos desencuentros.
Convive la familia
con su aflicción a cuestas
y los amigos fieles,
como buen y oportuno
cireneo,
cual fraternal verónica
que enjuga nuevas lágrimas,
tranquilizan.
Pero a pesar de todo,
aún campa la tristeza por
sus fueros.
Felipe Tajafuerte. 2019