El pasado viernes asistí al acto de la entrega de los V Premios de poesía Alcachofa Blanca de Tudela y Aceite Virgen Extra de Navarra. Como ya indiqué en mi entrada anterior, a mí me correspondió éste último. En la otra modalidad, el vencedor fue el zamorano, afincado en Segovia, José A. Gago Martín. Es la primera vez que un autor no ribero alcanza esta distinción.
A los postres de una cena muy ad hoc, nos impusieron el pañuelo rojo de la peña La Jota, en cuya sede tuvo lugar el ágape, y nos entregaron a cada uno de nosotros los correspondientes premios tradicionalmente establecidos: ciento cincuenta euros en metálico y, en especie, diez litros de aceite virgen extra Urzante.
Seguidamente dimos lectura a nuestros poemas. En el post anterior publiqué el mío. Dado que nobleza obliga, no quiero que a mi compañero le pase como al coronel de Gabriel García Márquez: que no tenga quien le escriba. Sus liras, dedicadas a nuestro producto estrella, jugando con esa insinuación un si es no es erótica, me gustaron. Aquí las tenéis y las podéis juzgar.
A los postres de una cena muy ad hoc, nos impusieron el pañuelo rojo de la peña La Jota, en cuya sede tuvo lugar el ágape, y nos entregaron a cada uno de nosotros los correspondientes premios tradicionalmente establecidos: ciento cincuenta euros en metálico y, en especie, diez litros de aceite virgen extra Urzante.
Seguidamente dimos lectura a nuestros poemas. En el post anterior publiqué el mío. Dado que nobleza obliga, no quiero que a mi compañero le pase como al coronel de Gabriel García Márquez: que no tenga quien le escriba. Sus liras, dedicadas a nuestro producto estrella, jugando con esa insinuación un si es no es erótica, me gustaron. Aquí las tenéis y las podéis juzgar.
Arte
Requiere mucho arte
desnudar alcachofas de Tudela,
llegar hasta la parte
donde acaba la tela
y la carne sabrosa se desvela.
Mucho arte requiere,
con un rito de amantes entregados,
evitar lo que hiere
y apurar a bocados
los tiernos corazones entregados.
José A. Gago Martín