la celebrada flor de nuestra huerta.
Su corazón despierta
semblanzas de la madre y de la abuela.
Ese dulce amargor
de suave terciopelo reverdece
con cálido frescor,
y el paladar goloso palidece
del intenso sabor
que se expande en la boca y la estremece.
Del poemario Auras de mejana. Felipe Tajafuerte
Olé la rica alcachofa, muy bien descrita en tu poema.
ResponderEliminarUn abrazo.
Con jamon están de muerte.
EliminarSaludos
Riquísimas de cualquier forma y manera. Para conservar la línea simplemente con aceite crudo virgen extra.
EliminarQué bonito¡ y qué buenas nuestras alcachofas, cuánta razón en la referencia a madres y abuelas... Muy acertado el poema en estas fechas
ResponderEliminarLo compuse pensando en las jornadas de las verduras
EliminarAquí en Chile, Felipe, la alcachofa se da en gran parte del país y es importante en la alimentación nacional. Me declaro incondicional de ella y celebro tu homenaje a su colega de Tudela.
ResponderEliminarEs que es una verdura excelente. Desconocía que en Chile fuese tan apreciada. Un saludo
EliminarLas alcachofas en Chile -de color mas bien verde oliva- son, como escribe mi coterráneo Esteban, muy apreciadas, especialmente untadas en alguna pasta es para chuparse los dedos. Y los fondos de alcachofas son una delicia.
ResponderEliminarBuen apetito.
me encantan rociados con limón y aceite
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