Se apagan las nubes del atardecer.
El sol busca horizontes paralelos,
diluye ocasos amarillos
y cierra los candados del silencio.
Los gatos negros del miedo
bufan a las estrellas de neón.
Los perros noctámbulos
tiñen de soledad los alcorques
y envidian a las lunas de los escaparates
que vomitan deseos insatisfechos.
Una lluvia seca
humedece el asfalto donde crecen las farolas
y se alinean mortecinas las aceras.
Cuando el insomnio,
perdido en los recovecos de la noche,
deambula por los confines del alba,
el poeta, varado entre sábanas marchitas,
añora amaneceres de brisas cárdenas
que aviven el rescoldo de sus versos.
y cierra los candados del silencio.
Los gatos negros del miedo
bufan a las estrellas de neón.
Los perros noctámbulos
tiñen de soledad los alcorques
y envidian a las lunas de los escaparates
que vomitan deseos insatisfechos.
Una lluvia seca
humedece el asfalto donde crecen las farolas
y se alinean mortecinas las aceras.
Cuando el insomnio,
perdido en los recovecos de la noche,
deambula por los confines del alba,
el poeta, varado entre sábanas marchitas,
añora amaneceres de brisas cárdenas
que aviven el rescoldo de sus versos.
Felipe Tajafuerte. 2017
¡Hola! Desde que empezaste a desgranar tus versos y poemas por las páginas del blog estas alcanzando un nivel que...¡ya quisieran muchos! Vas "viento en popa a toda vela..." Felicidades.
ResponderEliminarUn cariñoso saludo.
Gracias, Chela. He estado en un viaje precioso a la Bretaña Francesa y no había visto tu comentario todavía. Saludos con mi mayor afecto.
Eliminar