No hay nada nuevo bajo el sol, reitero.
Regresan las caderas obsoletas
además de los pasos bilingües del ciempiés.
Los acontecimientos se repiten
en el ocre del tiempo
cuajado de recuerdos importunos
y anhelos abrochados al trasluz.
Todo gira de nuevo
como espina dorsal de viejos ritos,
de prístinas medallas oxidadas
y baladas de noches de basalto
que cantan los estadios y sueñan las farolas.
Felipe Tajafuerte. (2016)