Posee la mujer que te fascina
como el ala del cuervo los cabellos,
como el ala del cuervo los cabellos,
un óvalo perfecto por semblante,
la mirada enigmática, los ojos
de un verde abisal, labios carmesís
cual picota madura destilando promesas.
cual picota madura destilando promesas.
Es su cuello de cisne tan soberbio en el trazo
como audaces los pechos al desnudo.
Las caderas rotundas. El ombligo furtivo
Las caderas rotundas. El ombligo furtivo
acicate del sexo vislumbrado,
ese oscuro objeto del deseo
por el bikini oculto.
Y tú quisieras ser ascua de arena
para prender su piel con tus ardores...
ese oscuro objeto del deseo
por el bikini oculto.
Y tú quisieras ser ascua de arena
para prender su piel con tus ardores...
Felipe Tajafuerte. (2016)
Bien Felipe!
ResponderEliminarMuy romántico y sensual.
Esas emociones intenté transmitir en este poema inspirado en una fotografía de la red. Un saludo
EliminarSobre el título. Ser una mujer fascinante, con ojos azules, cara ovalada, labios carnosos, pelo castaño y lustroso, es muy fácil, lo difícil es que sin esas cualidades se les diga que lo son, son los estereotipos que la sociedad crea y que al final los comunicadores trasladan y eso tiene consecuencias.
ResponderEliminarUn saludo.
Cualquier mujer puede fascinar por motivos diversos a otra persona, se incluya o no en los estereotipos creados por la sociedad, y cada cual tiene la facultad de elegir las cualidades de uno u otro signo que le causen esa fascinación. En este caso concreto, el hallazgo casual de una fotografía en internet me inspiró este poema. Saludos
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