No sabría definir muy bien el sentimiento que me embargó al cruzar el cartelón informándonos que de nuevo entrábamos en la Comunidad Foral de Navarra, después de pasar cerca de Navardún. Veníamos de visitar la impresionante población de Sos del Rey Católico. Desde la carretera que serpenteaba entre pinares pude atisbar en las alturas de un cerro la torre cuadrangular de la iglesia del pueblo. Dejando atrás una ermita situada en otro altozano, llegamos al final de la carretera: el pueblo navarro en tierras zaragozanas de Petilla de Aragón, cuyo término municipal está compuesto por este enclave principal y otro llamado de Los Bastanes.
Justo habían comenzado sus fiestas. La calle Mayor y la Plaza de Navarra lucían numerosas banderas de nuestra Comunidad. Me sentí reconfortado del penoso recuerdo de un pueblo, que visitamos este mismo año, del navarro valle de Sakana, del que no quiero ni mencionar el nombre, en el que solamente se veían ikurriñas de la comunidad vecina de Euskadi.
Busto de Ramón y Cajal en su museo |
Visitamos lo más reseñable del pueblo: el pequeño museo dedicado a su hijo más ilustre, Santiago Ramón y Cajal, premio Nobel de medicina en 1906, en el que pudimos contemplar cosas muy curiosas. A mi me llamó poderosamente la atención su colección de cámaras fotográficas.
La plaza del pueblo |
La iglesia, dedicada a San Millán, es de una única nave, realizada en piedra, de estilo gótico de finales del siglo XII y principios del XIII. La entrada se encuentra en un lateral, el del evangelio, y la configura un arco de medio punto abocinado, con las arquivoltas decoradas con motivos geométricos y el ajedrezado jaqués.
Puerta de la iglesia de San Millán |
Antes de marchar, la concejal que nos atendió, nos invitó a unas pastas en el pequeño hotelito que hay en el lugar, desde el que se ven unas esplendidas vistas del valle del río Onsella con la Higa de Monreal al fondo.
Petilla de Aragón, aunque pequeño, tiene su historia. Perteneció a Aragón hasta el siglo XII en el que, según la leyenda, el rey aragonés Pedro II lo perdió a los naipes ante el navarro Sancho VII el Fuerte, además de otras ocho plazas fortificadas. Lo que sucedió en realidad es que Pedro II de Aragón ofreció estas fortificaciones en garantía de los veinte mil maravedíes que le prestó Sancho VII de Navarra, el de las Navas de Tolosa, que no daba puntada sin hilo en cuestiones crematísticas. Quedaron los castillos en manos del intermediario Ximeno de Rada durante veinte años, al cabo de los cuales, Jaime I el Conquistador no pudo cumplir sus obligaciones dinerarias y Petilla de Aragón, en 1231, pasó a pertenecer al Reino de Navarra. Ochenta y un años más tarde, en 1312, los aragoneses, no conformes con esta situación, pretendieron recuperar este municipio por las armas, pero los petilleses se defendieron con denuedo resistiendo todos los ataques y sitios. Al día de hoy, aunque parezca un anacronismo, sigue perteneciendo a la Comunidad Foral de Navarra.
Mapa de Navarra con los enclaves en Aragón |
La carretera ya en tierras navarras |
A pesar de los últimos cincuenta años, la población parece seguir el destino alarmante de de todos estos pueblos debido a su descenso demográfico. En 1860 contaba con seiscientos sesenta habitantes, en 2015 solamente con treinta y cuatro y en la actualidad sus vecinos se pueden contar con los dedos de las manos. Sólo aumenta su número en las celebraciones familiares, aunque, según manifiestan, reciben visitantes aficionados al senderismo, la caza y las setas.
Paisaje desde Petilla de Aragón |