Con ocasión de que el Instituto de Educación Secundaria "Benjamín de Tudela" cumple cincuenta años desde su apertura en 1966, se ha editado un libro como homenaje literario al ilustre viajero tudelano que da nombre al centro desde 1978, ya que durante doce años no tuvo ninguna denominación.
Se trata de una antología de ciento doce microrrelatos escritos por otros tantos autores con alguna vinculación al centro educativo, entre los que me encuentro. Ciento trece si contamos la traducción del italiano del primero de ellos, realizado por la ex alumna Carmen Llera, viuda del escritor Alberto Moravia. Todos comienzan con la misma frase, condición sine qua non, impuesta para poder participar: "Volveré aunque solo sea para morir en tus orillas". Palabras que bien pudo decir el viajero tudelano al despedirse del río Ebro.
Es fácil pensar que la lectura de esta serie de microrrelatos, todos con idéntico inicio, pueda resultar, cuando menos, un tanto tediosa. Sin embargo, esta condición nos permite constatar la peculiar e imaginativa manera de cada autor para desarrollar un mismo tema y los diversos puntos de vista desde los que puede ser afrontado. Sí que habrá que tener en cuenta la advertencia de la editora, Ana María Mateo Gómez, en la introducción, que aconseja desgranar los textos poco a poco, saboreando los matices de cada uno.
Me siento satisfecho de haber contribuido al homenaje de nuestro insigne paisano Benjamín de Tudela, el sabio judío trotamundos, precursor del género literario del libro de viajes. Felicito a la editora Ana María Mateo Gómez por haber llevado a feliz término este bonito proyecto y le doy las gracias por haberme permitido colaborar incluyendo mi relato; al mismo tiempo, agradezco al persuasivo Pepe Alfaro el haberme inducido a ello. Por último, aquí está el texto con el que abordé este reto. Lleva por título:
La Espera
Volveré aunque sólo sea para morir en tus orillas. Eso dijiste; y te creí. Repetiste, sin saberlo, la promesa del ilustre viajero tudelano; yo, ingenua, seguí mi deambular por los senderos intrincados de la vida, lamiendo las heridas de tu lejanía.
Supe que alardeabas de ciudades y puertos visitados. Sospecho que, en alguno de ellos, amaste a otra mujer y que tus labios libaron en otra boca las mieles de nuestros encuentros. Yo, sin embargo, he guardado tus ausencias con la perspectiva de que tus brazos abrocharan de nuevo mis riberas.
Y aquí continúo, deshojando la margarita de los regresos, tratando de encontrar la llave de los olvidos, sin desesperar en la espera. Mas no hallo salida para mi cauce baldío, porque tú eres río de aguas turbulentas que se funden en otros ríos y yo las márgenes plácidas que lo ciñen. Tú: trotamundos impenitente; yo: incansable oteadora de horizontes.
Felipe Tajafuerte. (2016)
Enhorabuena por ser uno de los elegidos para participar en este homenaje. Bonito micro con el que has participado.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias, Chelo, por tu elogio del micro. En cuanto a la elección no hubo dificultades para los que quisimos contribuir al homenaje ya que se trataba de hacer un libro muy participativo con personas ligadas al centro. Abrazos
EliminarMe encanta esta reflexión “Ante ciertos libros, uno se pregunta: ¿quién los leerá? Y ante ciertas personas uno se pregunta: ¿qué leerán? Y al fin, libros y personas se encuentran” -André Gide-
ResponderEliminarMerecido homenaje, y estupenda participación por tu parte.
Enhorabuena Felipe. Un abrazo.
En lo del homenaje estoy de acuerdo; en cuanto a lo de la participación, interés sí que le puse. Gracias de todas maneras, José.
EliminarUn libro colectivo también es un libro, Felipe. Creo que es un acierto ese nexo común que hilvana al total de los relatos y viene a darle sentido de unidad al libro, aunque seguro estoy que en su extensa diversidad.
ResponderEliminarUn abrazo.
Creo que tienes razón en que el libro tiene ese nexo de unión. Además podemos constatar la multitud de caminos que se pueden tomar a partir de una sola frase. Abrazos
EliminarQué formidable iniciativa Felipe.Y que gran escrito el que pones como introducción.
ResponderEliminarGracias, Esteban. Comprendo que te resulte atractiva la iniciativa tratándose el homenajeado de un sabio judío, viajero precedente de Marco Polo.
Eliminar