Mamá le había regalado por su cumpleaños aquel libro, tan necesario para su educación, en el que un tal Esopo, afamado fabulista, daba a conocer la habilidad de su madre para lograr hacerse con el queso de un fatuo cuervo. El librito daba comienzo con un capítulo en el que se enseñaba a los pequeños zorros como él, cómo saber cuándo las uvas estaban verdes.
Felipe Tajafuerte
2015
Una muy acertada decisión regalar ese libro, que seguro no fue por casualidad, que diría Iriarte.
ResponderEliminarUn saludo.
Un libro siempre es un buen regalo. Saludos
EliminarRegalar un libro a un niño o joven, es como plantar una semilla que más tarde dará una cosecha lectora.
ResponderEliminarUn abrazo.
Efectivamente, un libro es uno de los mejores regalos que pueden hacerse. Abrazos
EliminarCreo que superé la dureza de mi infancia con la lectura de libros. Ahora, la suavidad de la lectura me hace mejor a mis 73. Abrazos.
ResponderEliminarHay una época en que se tiene menos tiempo para leer, pero el hábito permanece. Un abrazo
Eliminar