Tengo un mar encendido en la cabeza
que mece mis angustias de mañana
cuando los sueños rotos desperezan
y las opciones negras se barajan.
Tengo el candil de las ideas seco
y las razones claras se marchitan
al estar ofuscado mi cerebro
con gin tonic rompiendo las espitas.
Resucitan remisos mis despojos
con la luz que atraviesa la ventana
diluyendo en sus rayos la espesura.
Amanece en mi mente, que no es poco.
Se infecta la pradera de mis sábanas
de una creciente, nítida, cordura.
Felipe Tajafuerte
2015