Se me
inflama la vida
siempre
que nos miramos a los ojos
restañando
la herida
de
efímeros enojos
que
abruman la existencia con abrojos.
Me
rindo a los sonrojos
que surgen
de tu faz enfebrecida,
me
abrasan los antojos
de almohada compartida
con rumor de mil besos esculpida.
Felipe Tajafuerte. 2015
Muy bonita y entrañable, Fefa
ResponderEliminarMe alegra que te guste.
EliminarPreciosa, delicada y directa. Un abrazo
ResponderEliminarGracias, Ester
EliminarUna maravilla, Felipe. Corta, precisa y a la vez profunda.
ResponderEliminarEs una satisfacción tener lectores como tú, Esteban. Un fuerte abrazo
EliminarNos estamos conociendo, Felipe, lo que me alegra.
ResponderEliminarVicente.
Siempre serás bien venido a este rincón. Un Abrazo
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