Cuando mi mejor amiga me confesó lo de su marido, quedé muda y no supe qué decirle. Me pareció increible. ¡Era tan encantador...! Después de los hechos, ya no tengo dudas y sé lo que debo hacer: unir mi dolor al de sus padres.
¿Que pasó?, ¿se fue con otra?, ¿se suicidó?, ¿le pegó?, ¿le dio un infarto?, no se que hacer, en todo caso me uno al dolor de las mujeres que son violentadas y pido a un gobierno insensible que ponga los medios necesarios para evitar la violencia contra la mujer.
Eres muy bien pensado, Emilio. Si en lugar de unir su dolor al de la amiga lo hace al de sus padres es porque ya no puede dirigirse a ella. El "encantador" marido, como otros muchos, tiró por la calle de enmedio y asesinó a su mujer. La moraleja es que hay que hacer caso a la mujer, aunque el marido sea un buen chico. En algunas ocasiones sucede al revés. Un abrazo
Aquí en Chile lamentablemente son enormes los casos similares, impropios de nuestros tiempos "civilizados". Las mujeres aunque denuncien quedan desamparadas...hasta que ya sea tarde.
Hasta que no se lo confesó su amiga, el hijoputa era encantador. Ese es el problema que cuando algunas mujeres confiesan es tarde, porque nadie lo sospecha. Todos los días son buenos para la eliminación de la violencia contra la mujer. Un abrazo.
Me gustaría unirme al dolor de los padres de él. Un abrazo
ResponderEliminarTambién es cierto. Los padres de los asesinos también sufren. Abrazos
EliminarDolor con rabia e impotencia ...
ResponderEliminarUn lacra que hay que erradicar. Besos
Eliminar¿Que pasó?, ¿se fue con otra?, ¿se suicidó?, ¿le pegó?, ¿le dio un infarto?, no se que hacer, en todo caso me uno al dolor de las mujeres que son violentadas y pido a un gobierno insensible que ponga los medios necesarios para evitar la violencia contra la mujer.
ResponderEliminarSaludos
Eres muy bien pensado, Emilio. Si en lugar de unir su dolor al de la amiga lo hace al de sus padres es porque ya no puede dirigirse a ella. El "encantador" marido, como otros muchos, tiró por la calle de enmedio y asesinó a su mujer. La moraleja es que hay que hacer caso a la mujer, aunque el marido sea un buen chico. En algunas ocasiones sucede al revés. Un abrazo
EliminarUna pena tener que dedicar un día a esta monstruosidad.
ResponderEliminarUn abrazo Felipe.
Es cierto, Elena, pero a pesar de todo no cesa. Abrazos
EliminarOjalá pronto dejemos de celebrar este día por la violencia de género, porque
ResponderEliminaresta haya terminado.
Un abrazo.
Lamentablemente"largo me lo fiais..." Abrazos
EliminarBuena forma de recordar, que no celebrar, este día.
ResponderEliminarAbrazo!
Efectivamente aquí hay poco que celebrar. Un abrazo
EliminarAquí en Chile lamentablemente son enormes los casos similares, impropios de nuestros tiempos "civilizados". Las mujeres aunque denuncien quedan desamparadas...hasta que ya sea tarde.
ResponderEliminarYa sabes, el refrán dice que en todas partes se cuecen habas. Saludos
EliminarHasta que no se lo confesó su amiga, el hijoputa era encantador. Ese es el problema que cuando algunas mujeres confiesan es tarde, porque nadie lo sospecha. Todos los días son buenos para la eliminación de la violencia contra la mujer.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ese es el trasfondo de microrrelato. Era tan encantador que la mejor amiga de la esposa no la creyó y quedó muda. La vida misma. Un fuerte abrazo
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