Mi reciente viaje de Tudela a Cáceres me ha dado pie a componer estos versos alejandrinos, quizás no muy afortunados, con el deseo de dejar constancia de un pueblo salmantino, llamado Puente del Congosto, a orillas del río Tormes, escondido en un recodo de la carretera que une Piedrahíta con Sorihuela, que conocí en un no muy lejano mes de agosto.
Tal vez, un tal Lázaro, hijo de Tomé González y Antona Pérez, hace casi cinco siglos, anduvo por sus callejuelas en compañía de un astuto ciego, de un avaro clérigo o de un pobre escudero. Quien sabe si, durante mi corta visita, hollé sus pasos perdidos junto a las rocas por las que discurre el Tormes, bajo el hermoso puente medieval, o sus huellas olvidadas al pie de las almenas del castillo de los Dávila.
que vimos por primera vez en un mes de agosto
se levanta orgulloso a la vuelta del camino.
Surgió de pronto. Casi no lo vemos. Destino
esta gran fortaleza tutora de la ruta
que abre el paso en la seca y vasta meseta hirsuta.
Isabel la Católica oyó aquí la noticia
del fin de su hijo el Príncipe de Asturias. Justicia
del emperador Carlos V que honra le dio
cuando marchaba a Yuste donde se retiró.
No acaba aquí la historia de este feudal castillo:
cuando la francesada, el pequeño ventorrillo
fue durante dos años presa de los franceses
siendo objeto el poblado de infinitos reveses.
Aun perdura su fuerte torre, incólume, grácil,
con sus romas almenas. El acceso no es fácil.
A sus pies el vetusto puente del río Tormes
cuyas límpidas aguas, entre rocas informes,
discurren murmurando raudas hacia la presa
cercana del embalse azul de Santa Teresa.
Del congosto, castillo y puente son maravillas
que para sí quisieran buen número de villas
que entre gentes viajeras gozan de gran renombre.
sin tener monumento alguno que a nadie asombre.
Felipe Tajafuerte
2014
Es que visitando esas zonas tan del medievo, no me sorprende que te salgan esos alejandrinos, lo raro es que no te salga los personajes de la época.
ResponderEliminarSaludos
No aparecieron, no, pero la imaginación trabajó sobre ello. El espíritu del Lazarillo rondaba por allí. Un saludo
EliminarYo creo que sí son afortunados, Felipe.
ResponderEliminarAbrazo!
Son los primeros que hago así que, entre la métrica y la rima, he caminado algo disperso. Gracias por tus ánimos. Un abrazo
EliminarMuy oportunos los alejandrinos para describir ese ambiente del Tormes por donde discurrió el conocido personaje literario conocido como "EL Lazarillo de Tormes".
ResponderEliminarVengo de leer la página anterior (llena de fotos con hermosos bosques de castaños que a mi me encantan) pero te dejo aquí un saludo y un abrazo.
A ese Lázaro me refería, pero no me topé con él. Abrazos
EliminarMuy bien descrito el ambiente de la época. Enhorabuena.
ResponderEliminarUn abrazo
Muchas gracias, Katy
EliminarNo suelo comentar mucho las entradas con poesía, pero esta de hoy merece la excepción. Porque no sólo hay esfuerzo, sino tino. Felicidades y gracias.
ResponderEliminarSaludos.
Suele pasarme a mi también, no obstante, estoy encantado con la excepción. Un saludo
EliminarEstimo Felipe, que los alejandrinos te resultaron "muy" afortunados.
ResponderEliminarEso es, amigo Esteban, que me ves con muy buenos ojos. Un abrazo
EliminarBuena reseña de vuestro estupendo viaje. Conozco parte y he estado por la zona. También el lago pero por otra zona.
ResponderEliminarUn abrazo
Ya veo que coincidimos en numerosos lugares visitados. Esa suerte tenemos. Abrazos
Eliminar