Cabe los juncos del río
dijiste que me querías,
que obtendríamos la luna
en las noches encendidas,
que el sol manaría hielo
entre luces y sonrisas,
y la nieve calidez…
pero todo eran mentiras.
Me dijiste tantas cosas
que mi razón se perdía,
y te creí sin dudar
porque es lo que yo quería.
Esas palabras ardientes,
que entre susurros decías
y escuchaban mis oídos,
no parecían mentiras.
Pensé que era cierto aquello
que afirmabas en la orilla.
Mas ahora ya no te creo;
me digas lo que me digas,
te pongas como te pongas
o te encocores con ira.
Esa barca llega tarde...
Sé que todo eran mentiras.
que afirmabas en la orilla.
Mas ahora ya no te creo;
me digas lo que me digas,
te pongas como te pongas
o te encocores con ira.
Esa barca llega tarde...
Sé que todo eran mentiras.
Felipe Tajafuerte
2014
Preciosa Felipe. Eres un artista que tenías esa vena oculta. Gracias por compartirla con nosotros. ENHORABUENA POETA.
ResponderEliminarDurante la vida hay tiempo para casi todo. Ahora el recodar ciertas cosas y unas cuantas clases me han puesto un poco al día.
EliminarPues deja que todo lo que recuerdes fluya en poemas como este. Es precioso.
ResponderEliminarUn fuerte y calido abrazo
Gracias, Miren. Desde que nos conocimos personalmente te miro con mejores ojos, y creo que te ocurre a ti algo semejante. Abrazos
EliminarBonito poema, pero si mientes irás al infierno, como los políticos.
ResponderEliminarSaludos
¡Nooooooooo, con lo políticos nooooo!
EliminarPues a mí me ha sorprendido muy gratamente este poema. Comprobado queda que eres un excelente narrador de viajes y caminos, y ahora veo que también te corre la vena lírica por las venas...
ResponderEliminarAdelante, aurrera!
Besos.
;)
Muchas gracias, Edurne. Ya ves, de vez en cuando tengo la osadía de adentrarme en ese terreno. Me gustan los retos. Un abrazo
EliminarHago de cuentas que también conozco Aibar, amigo Felipe.
ResponderEliminarEntiendo que el comentario es para el post posterior, pero da lo mismo. Gracias igualmente.
EliminarAl comentar parece que me equivoqué de post. Aprovecho para felicitarte nuevamente por tu notable capacidad poética. Y lo que digo, no son....mentiras.
ResponderEliminarLo que sí es cierto es que el asistir a unas clases de escritura creativa me ha proporcionado la audacia para hacer algo de lo que me veía incapaz.
Eliminar¡En hora buena!
ResponderEliminarGracias, Esteban.
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