Ya hemos quemado todos los cartuchos y la suerte está echada. El pasado domingo hicimos nuestra última salida en grupo antes de iniciar la gran marcha, después de la cena del viernes en la que apoquinamos la pasta gansa necesaria para que funcione bien la intendencia.
Muchas bajas entre los andarines, hay varios pertenecientes al grupo de los Auroros y ese día tenían faena.
A las ocho nos hicimos la fotico de rigor en la Puerta del Portal o Puerta de la Virgen, que así se llama la más antigua de las puertas de nuestra catedral. Previamente habíamos dejado en los locales de la Peña La Teba nuestros almuerzos de mochila para después de la andada.
Desde una de las torres de la catedral, una pareja de cigüeñas observaban indiferentes nuestro deambular, al iniciar por las viejas calles de la ciudad nuestro recorrido hacia la carretera de Alfaro. Subiendo la cuesta de los bomberos, llegamos a la pista paralela a la A-68 en dirección a La Rioja.
Desde una de las torres de la catedral, una pareja de cigüeñas observaban indiferentes nuestro deambular, al iniciar por las viejas calles de la ciudad nuestro recorrido hacia la carretera de Alfaro. Subiendo la cuesta de los bomberos, llegamos a la pista paralela a la A-68 en dirección a La Rioja.
Las cigüeñas vigilantes |
A pesar de la cercanía de la autovía, el camino resultó muy agradable, entre pinos que amortiguaban los ruidos de la carretera. Caminamos a paso vivo, como ya es habitual, reconfortados por la frescura de una mañana luminosa.
En paralelo a la autovía |
El itinerario era un rompe piernas de continuas subidas y bajadas en el que el barro y los charcos acumulados por las lluvias de días pasados entorpecían nuestros pasos. Poco antes de llegar al polígono industrial establecido en el antiguo acuartelamiento militar, giramos a la derecha. El limo se pegaba a nuestras botas durante el recorrido por el término de Montecierzo y, con alguna dificultad en ciertos tránsitos, nos situamos en la parte alta de Barcelosa.
Por Montecierzo |
Descendimos dejando a un lado el cauce seco del canal de Lodosa surgiendo de su madriguera en el cerro cercano para introducirse en la del que se encuentra enfrente.
Por Barcelosa |
Barro, pendientes exigentes, pequeños vados, descensos y más barro jalonaban nuestro caminar por la calzada que discurre lamiendo las laderas de los Altos de Canraso.
Barcelosa |
Reagrupamiento en un rellano que aprovechamos para hacer la foto delante de la balsa. Salimos de Barcelosa cruzando el puente sobre el ferrocarril a la altura del meandro del Ebro, con el panorama de la Bardenilla al fondo.
Reagrupamiento junto a la balsa |
De allí enfilamos por la carretera del Cristo, dejando a nuestra izquierda la presa de las Norias, hacia la Mejana, después la ermita y, por fin, el puente y la Magdalena hasta llegar a nuestro punto de partida. Eran las once pasadas cuando entrábamos en La Teba. Las tres horas largas de andadura hicieron que ansiáramos el momento de la pitanza.
El campo de batalla |
Preparamos las mesas y dispusimos sobre ellas el contenido de nuestras mochilas para compartir las viandas. Un campo de batalla en el que, armados de cuchillo y tenedor, libramos con ellas una lucha tenaz. Ni que decir tiene que la victoria cayó de nuestro lado. Desde ese momento, todo fue mucho más placentero.
Parece que fue una caminata dura, por eso la pitanza se agradecae Un abrazo
ResponderEliminarMuy dura. Acabé más cansado que en otras que hemos hecho más kilómetros. Había que reponer fuerzas. Abrazos
EliminarLo que es entrenamiento no os falta, ni buenas manducas tampoco. Que lo disfrutéis mucho.
ResponderEliminarUn abrazo.
Veremos si es así. Ya os contaré cómo ha ido la marcha a la vuelta. Abrazos
EliminarMe pregunto como coño podéis llegar a casa con la barriga llena de esos magníficos manjares, estoy convencido que tras la "pitanza" os recoge un taxi que no nos enseñas.
ResponderEliminarUn abrazo
En esta ocasión el almuerzo fue en Tudela, pero en otras ocasiones, en el Vedado de Eguaras por ejemplo, tuvimos que hacer más de ocho kilómetros para recoger los coches, y de Tulebras a Tudela hicimos trece. De taxi nada, Emilio, el coche de San Fernando: un ratico a pie y otro andando. Abrazos
EliminarMe estás dando una envidia ...
ResponderEliminarA ver si termina de nevar y de hacer el burro este tiempo y me pongo en marcha un poco más en serio.
Haces bien, que tampoco es cuestión de salir con un tiempo de perros. Besos
EliminarTres horas subiendo y bajando y, con las botas cargadas de barro, lo que yo te digo, tengo agujetas nada más leerlo…
ResponderEliminarUn abrazo.
Si hubieses caminado todos los días no te hubieran salido agujetas. La verdad es que fue una etapa muy exigente, pero vamos a tener muchas de estas subidas y bajadas estos días. Concretamente el jueves, para hacer boca, después de 14 kilómetros de llano, son 5 de subida con una gran pendiente. Veremos como aguantamos. Abrazos
EliminarEste día hubo muchos fallos, pero sí es verdad que vienen menos chicas, aunque no se quedan atrás ni mucho menos. Gracias a ti, María.
ResponderEliminarAmigo Felipe, a ese campo de batalla me apunto yo sin dudarlo ni un minuto.
ResponderEliminarDesde Gran Canaria, un saludo para todo el grupo de caminantes. Ángel
Antes hay que preparar el cuerpo para esa batalla. Saludos
EliminarMientras espero tu nueva crónica, me recrearé en el campo de batalla, ya que según se vayan acabando las viandas, habrá que sortear muchos obstáculos para poder llegar a un nuevo plato que esté lleno.
ResponderEliminarSaludos
En estos momentos estoy cargando la mochila. Mañana el primer almuerzo en el Yugo, al inicio de la Bardena. Con que llegues a las nueve y media está bien. Un saludo
EliminarAisssss... Felipe, lo que más me gusta de tus caminatas es el rato de la comida jajajajaja...
ResponderEliminarUn abrazo.
Es que esos raticos son muy buenos. Abrazos y hasta la vuelta.
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