En estos días he seguido con mis paseos preparatorios para la javierada y, además, durante la Semana Literaria de Tudela, asistí a una charla de Ignacio Lloret sobre relatos, y a las presentaciones de las novelas de Dolores Redondo, Legado en los huesos, segunda entrega de la trilogía del Baztán, y de Rosa Blasco El sanatorio de la Provenza. No pude asistir a la de Carlos Aurensanz, pero ya había estado cuando presentó Banu Qasi en la S.D. Arenas en una ocasión anterior.
Ignacio Lloret, un gran comunicador |
En la conferencia de Ignacio Lloret estuvimos cuatro y el de la guitarra, sin embargo, Dolores Redondo llenó hasta los topes el salón de sesiones de Castel Ruiz. La escritora donostiarra, afincada en el vecino Cintruénigo, está de rabiosa actualidad. El público quedó muy satisfecho del acto y yo salí con mi ejemplar firmado por la autora.
Dolores Redondo, llenó Castel Ruiz |
Rosa Blasco también hizo pleno, pero no tan copioso como Dolores. Es su primera novela y además en formato electrónico. Logró así mismo conectar con los asistentes.
Rosa Blasco presenta su novela |
El domingo tocaba otro tipo de cultura: una larga caminata y su almuerzo correspondiente. El lugar elegido esta vez fue Ribaforada. A las ocho en punto de la mañana estábamos como clavos en el punto de reunión, la puerta del Simply. Veintiséis personas tomamos la salida, por la "ruta del colesterol", en dirección a la vecina población de Fontellas.
Iniciamos la "ruta del colesterol" |
Buena temperatura. Doce grados marcaban los termómetros, y ni una brizna de viento. El sol redondo, rojizo, salió a saludarnos por el costado izquierdo, abriéndose paso entre las ramas desnudas de los chopos. En la lejanía las estribaciones de la Bardena Negra, el Cabezo del Fraile y Sancho Abarca.
Amanece |
En tres cuartos de hora dejamos atrás el manantial de Fontebella, junto a la ikastola Argia, tomamos la calle principal de Fontellas hasta llegar a la plaza, y por la cuesta de la iglesia salimos del pueblo, continuando por el paseo que lleva al Bocal.
Llegando al Bocal |
De allí, todo seguido, por la orilla del Canal Imperial de Aragón recién nacido, primero por carretera y después por la pista, en dirección a Ribaforada.
Por la carretera del Bocal |
Por la orilla del canal |
Reflejos en el agua y umbría en los pinos que abrigan nuestra derecha. Son las diez menos cinco cuando entramos en el pueblo y Manolo, con su cornetín, dio el toque de fajina.
El toque de fajina |
Mientras tomaban nota de la comanda, dimos buena cuenta de unos aperitivos a base de jamón y queso, acompañados de una fresca ensalada de lechuga y tomate, que ya teníamos preparados en la mesa. De veintiséis caminantes pasamos a treinta y tres papeantes. Había un menú muy variado, pero yo soy muy fiel y pedí lo de siempre. Invertimos en el refrigerio casi el mismo tiempo que en venir desde Tudela.
Yo soy muy fiel a este plato |
Pero éste con costillicas también me tentó |
Fortalecidos con con el buen comer y mejor beber, iniciamos el regreso a casa. Al abandonar el caserío nos topamos con una prueba ciclista y animamos a los participantes. Hacía calor y me estorbaba la ropa de abrigo por lo que me la quité. Charlando amigablemente se nos fue pasado el tiempo, mientras el Moncayo, ajeno a nuestras cosas, mostraba impávido su blanca y refulgente cresta.
Algunos, a la entrada de Tudela, hicimos un alto el el bar de la gasolinera para tomar una refrescante cerveza. Después, cada mochuelo a su olivo.
He hecho parte del recorrido con vosotros, claro que lo que más me ha llamado la atención es el nombrecico "Ruta del colesterol" y me he imaginado varias cosas, en primer lugar que es una ruta para quemar grasas, pero en vista de alguna de las imágenes he pensado todo lo contrario y otra acepción es que haya leído mal y sea la "Ruta de las coles del Tirol"
ResponderEliminarSaludos
Acertaste a la primera. Por ese paseo y por la vía verde caminan los tudelanos que deben reducir el colesterol andando. Un saludo
EliminarAmigo, me has hecho salivar.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ay Emilio, Emilio, que siempre te fijas en lo mísmo y no en lo garbosos que marchamos. Abrazos.
EliminarY entre col y col, lechuga. Cuando comencé el camino contigo me despisté al encontrarme con la presentación de tres libros en tres fechas y diversidad de asistencia, pero luego volviste a la senda del caminante y como era de esperar, no podía faltar el almuerzo, total unas fruslerías de nada para matar el hambre.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hay que tener el espíritu y el cuerpo bien alimentado. Esas fruslerías hacen que podamos volver a casa bien repostados. Abrazos
EliminarMuy completa la entrada cultural, cultura es todo lo que alimenta, al cerebro o al estomago. Unos abrazos
ResponderEliminarAsí lo creo yo también. Abrazos
EliminarNo todo van a ser caminatas, el cuerpo agradece unas buenas viandas.
ResponderEliminarUn abrazo Felipe.
Eso, eso, mens sana in corpore sano. Abrazos
EliminarYa lo creo que eres fiel, pero... ¿quién puede negar la afición a ese plato con esa pinta?. Son las 21,37, aún no he cenado, pero lo voy a hacer dentro de un momento, y no veas con qué ganas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es que ese plato es un manjar. Que aproveche. Abrazos
EliminarUnos días muy completos, no? Cultura y aire libre: ¡así se hace! En cuanto al aperitivo, tiene una pinta estupenda.
ResponderEliminarAbrazo!
Hay que cuidarse bien en todos los sentidos. Estaba buenísimo, de verdad. Un abrazo
EliminarMe parece que vosotros no teneis necesidad de hacer camino al andar porque no dejais que crie hierba.
ResponderEliminarUna entrada muy completa.
Un abrazo
Siempre se abren nuevos caminos y nuevas ilusiones. Abrazos
EliminarEso del toque del fajina .... anda que no me ha hecho gracia ni "náááá´´a"!!!!! jajajajajaja!!!! sois auténticos!!!! y tú eres un "pecaor" que me haces "pecar" con esos platicos tan suculentos. Besos amigo desde un Cáceres frío y lluvioso.
ResponderEliminarMe imagino que tú ya lo sabrás, pero por si alguien no lo sabe, el toque militar para pasar al comedor se llama de fajina. En la mili era nuestro preferido, y el que peor nos sabía el de diana. Besos
EliminarEstaríais contentos con el buen tiempo y sobre todo con la compañía del sol. Veo que en las salidas organizáis con rigor, el momento del buen comer y mejor beber. Es parte principal del programa.
ResponderEliminarMe imagino que tendréis programada otras salidas más.
¡Que tengas buena salud! Abrazos
Así es, Manrique. La preparación debe ser minuciosa porque luego nos vienen tres días de caminatas exhaustivas. Nos quedan una muy bonita al Vedado de Eguaras, otra mediana a Bardenas, otra larga a Tulebras (28 Kms) y otra más corta en carnavales. Los almuerzos suelen ser copiosos aunque la andada no sea muy larga. Un abrazo
EliminarAmigo Felipe yo he hecho camino sin andar, con la imaginación, siguiendo tu narración me lo he pasado genial. Ah una cosa ¿de dónde salieron tantos papeantes?
ResponderEliminarBonita excursión, un abrazo.
Los papeantes son los que en un momento dado no pueden caminar pero si pueden almorzar. Siempre hay algunos. Abrazos
EliminarYo leí mal o era la ruta del colesterol?...jejeje!
ResponderEliminarSaludos
Has leído bien, Norma, se trata de un paseo muy cómodo de unos cuatro kilómetros que recorren habitualmente las personas mayores que deben andar para evitar el dichoso colesterol. Un saludo
EliminarFelipe que buenos momentos pasas con tus amigos, andando con ilusion y por ultimo con buenas viandas.
ResponderEliminarMe alegro mucho, continua el camino.
Un abrazo y hasta pronto.
Gracias, Teresa, lo peor de todo es que, una vez terminada la javierada, esto se interrumpe hasta el siguiente año. Así es la vida. Abrazos
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