Estoy recobrando mi actividad andariega. Por segundo día consecutivo me he decidido por dar una vuelta a la Mejana y hoy, a diferencia de ayer, una densa niebla me acompaña en mi andadura. No hay viento y, por tanto, los siete grados que marca el termómetro constituyen una temperatura muy llevadera para caminar.
Paseo del Cristo |
El paseo del Cristo está silencioso y los tamarices han perdido la brillantez de sus dorados ante la invasión de una atmósfera amorfa y gris. El tip-tap, tip-tap, tip-tap de mis botas sobre el camino marcan la cadencia de mi marcha. La acequia molinar, casi vacía, muestra sus entrañas de lodo.
La acequia molinar muestra su lecho |
Sobrepaso la ermita del Cristo que apenas se vislumbra a otro lado del talud de la vía férrea. Más adelante, unos obreros, con chalecos reflectantes amarillos, trabajan en las vías haciéndose notar por el tableteo de los martillos neumáticos. Después de un largo pitido avisador, un Alvia aparece y desaparece a una velocidad endiablada. Un tractor cargado de coliflores se dirige hacia la ciudad, dejando un aroma a verdura fresca. Cuando el ruido del motor se pierde en la lejanía, llega hasta mí el rumor de las aguas del Ebro derramándose en la presa cercana.
De la presa no se ve el final |
Me aproximo, y contemplo cómo la lámina rectilínea de las aguas, sobrepasando el dique, se pierde en el difuminado contorno plomizo de la otra orilla. Siento curiosidad, y penetro en el pequeño edificio de compuertas que sirve para alimentar la acequia.
Interior de las compuertas |
Edificio de compuertas de la acequia |
Llevo caminando algo menos de una hora y, como de momento, no quiero forzar la máquina, emprendo el regreso por el camino de la Mejana paralelo al río, por la margen derecha, siguiendo el curso de las aguas. Una joven hace el mismo camino que yo, pero corriendo en sentido contrario. En los sotos, las bardas crecen a sus anchas entre chopos, álamos, tamarices y cañaverales.
El soto |
En esta ocasión, el sol no reverbera entre las ramas desnudas de los árboles que hunden sus raíces en las orillas, sino que una bruma plomiza atenaza el ambiente.
El camino entre cañas y tamarices |
Las hiedras escalan anhelantes los tapiales renegridos, y las cañas, mecidas por una brisa suave, susurran melodías antiguas.
El `puente |
Las aguas cenicientas se deslizan inexorablemente para ser engullidas por las dieciséis fauces abiertas del puente, mientras las campanas de la torre de la Magdalena, intuida entre vahos grisáceos, acuchillan el silencio de los campos. Es mediodía.
La nota de color del día |
Termino mi recorrido dirigiéndome a casa. Cerca de dos horas caminando es suficiente para ir cogiendo forma. La niebla no ha levantado. Una pintura mural, producto del último avant garde, rompe la monotonía de las calles, que conservan el tono tristón que lucían a mi salida.
Veo que cumples lo que hoy están diciendo todos los médicos de familia, a mover los pies antes que tomar medicamentos, yo saldré a hacer lo mismo dentro de un rato.
ResponderEliminarUn abrazo.
En marzo tengo una cita de Javier, y hay que prepararse. Si estuviésemos más cerca, quizá nos encontrásemos en el camino. Abrazos.
EliminarUn paseo muy agradable, con todo lujo de detalles, es como ir al museo acompañada por un experto en arte.
ResponderEliminarLa niebla me gusta mucho.
Un abrazo
A mí no es que me apasione, pero todo tiene su encanto. Abrazos
EliminarMe ha gustado el paseo, lo he ido haciendo contigo aunque con un día sin niebla. En ocasiones me he perdido, ya que me quedaba a contemplar lo que podía y me dejaban.
ResponderEliminarAhora una pregunta, tu nos enseñas el interior de unas compuertas, ¿pueden ser estas que yo he visto desde el paseo de Cristo?
Saludos
Exactamente es ese edificio pequeñito que tienes en primer término. Detrás está la minicentral hidroeléctrica de EHM. Saludos
EliminarAndar, andar y andar ... y como decia Jose Saramago
ResponderEliminar"Todo el mundo me dice que tengo que hacer ejercicio, que es bueno para mi salud. Pero nunca he escuchado a nadie que le diga a un deportista, tienes que leer"
Nosotros tambien nos damoe nuestros paseos siempre que el tiempo lo permite.
Un abrazo
Tiene razón Saramago porque hay cada zote con patas... Abrazos
EliminarLo has descrito de tal forma ¿ que, para qué ir ?
ResponderEliminarHay que andar, Joaquín, hay que andar, y que no te lo cuenten todo. Un abrazo
EliminarUn paseo estupendo para todos tus sentidos, nosotros tendremos que conformarnos con las fotografías.
ResponderEliminarUn abrazo Felipe.
Si, es un buen paseo, que trato de repetir todos los días aunque por distintos lugares, afortunadamente éstos abundan en Tudela. Abrazos
EliminarYa te he dicho en más de una ocasión cómo admiro y envidio esa capacidad tuya para caminar y disfrutar del paisaje, pero también debo decirte lo mucho que me haces disfrutar con tus fotografías y descripciones. Me pareció ir a tu lado.
ResponderEliminarUn abrazo.
Tienes razón, Paco, disfruto hasta con un día de niebla. Todo tiene su aquel. Un fuerte abrazo
EliminarNo apetece mucho caminar con niebla, aunque tú le has sacado su encanto. Fuerza de voluntad !!
ResponderEliminarNo apetece mucho pero, si quiero estar preparado para la javierada que voy a intentar de nuevo, hay que ponerse en forma porque estamos a dos meses fecha. Besos
EliminarLa niebla envuelve en misterio cualquier caminata. Soy andarina pero en días así prefiero no aventurarme por esos caminos de dios.
ResponderEliminarBss
Pues también tiene su encanto, Katy. En una ocasión me tuve que volver porque no sabía dónde estaba por la niebla. Besos
EliminarAh, sí, que en marzo tienes la javierada, que el año pasado no pudiste hacer.
ResponderEliminarBuen entrenamiento pues, y que nos lo vayas contando y mostrando con tu cámara, siempre compañera.
Un abrazo.
Así es. Creo que este año la javierada cae el 9 de marzo, así que el 6 de marzo por la tarde, si no tengo ningún contratiempo, saldré con mi grupo hacia Javier. Un fuerte abrazo
EliminarLarga caminata de 2 horas te diste amigo!!!!!!! Ya llegará la primavera y nos regalarás fotografías repletas de colores. Besos desde Cáceres.
ResponderEliminarMañana tengo la primera prueba de fuego con mi grupo: doce kilómetros, almuerzo para reponer fuerzas y no perder buenas costumbres, y otros doce de vuelta para casa. Me figuro que las vacaciones bien. Besos
EliminarHola Felipe. Bonito paseo el que has compartido con nosotros. Me alegra ver que estás estupendamente bien para dos horas de caminata. Desde Gran Canaria, un saludo para todos. Ángel
ResponderEliminarVeremos como respondo mañana a cuatro horas de andadura. Un abrazo
EliminarBonitos paseos Felipe, mas o menos lo que hacemos nosotros en grupo; dices que vuelves a recobrar la actividad andariega, creo que esa actividad no debiéramos perderla mientras tengamos energía acumulada, es el pan de cada día, y es recomendable por lo saludable, ademas, si es posible, acompañado.
ResponderEliminarUn abrazo y buenos paseos!!!
No debiéramos perderla pero, en ocasiones, nos domina la pereza. Esta es, entre otras, la causa por la que hago la javierada: de esta forma me obligo a caminar. Abrazos
EliminarEsos paseos tienen una pinta buenísima, aunque sean grises como la niebla. Magníficas fotos, Felipe, como siempre!! Abrazo!
ResponderEliminarEste era para abrir boca. Otros vendrán más contundentes. Abrazos
EliminarMe imagino lo bien que lo pasarías por tu "Paraíso Terrenal" La Mejana. Y pienso que conservarás un buen recuerdo con tus fotos de rigor.
ResponderEliminarAbrazos.
La vuelta a la Mejana es un paseo muy habitual en nuestra ciudad ya que está a las puestas de la mísma. Es una isla formada por el Ebro y una acequia que toma aguas más arriba, en la presa, en principio para abastecer un molino que ya no existe, sede actual de la policia municipal. Cuesta una hora aproximadamente. Es un suave comienzo. Un abrazo
EliminarHola Felipe.
ResponderEliminarComo habrás observado mi comentario no pertenece a este artículo. No te extrañes pues me doy cuenta que los reflejos, hace tiempo vienen con retraso. La salud deteriorada y los años van marcando el paso.
El conseguir un objetivo depende mucho de su preparación,
Porque desde el momento que pensamos en el objetivo
(La Javierada) que ya se está disfrutando de ella.
Enhorabuena , por empezar a saborear la peregrinación. Que San Francisco Javier, te proteja, guarde tu ilusión y tu salud.
Abrazos.
NO importa nada, Manrique, te he entendido perfectamente. Nos quedan unos cuantos domingos de paseos largos para habituarnos a andar, y al yantar. El ambiente de nuestro grupo es fantástico de verdad. Gracias por tus buenos deseos y un fuerte abrazo
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