martes, 7 de enero de 2014

Cansalmas

Abrumado por los desastres causados por el tifón Haiyan en las Filipinas, decidí aportar mi granito de arena a la ayuda a ese país haciendo un ingreso en una cuenta facilitada por Cáritas española. Con posterioridad, recibí en mi celular una invitación para enviar un mensaje con la palabra FILIPINAS a un número que no recuerdo en este momento. El importe íntegro del coste de dicho mensaje contribuiría a paliar las necesidades más urgentes de los filipinos afectados. Consideré que era una forma muy cómoda de colaborar, lo hice y me olvidé del asunto.

Consecuencias del tifón  (AFP PHOTO / NOEL CELIS)

Días más tarde, daba una plácida cabeza después de ver el teledíario, cuando el sonido del móvil interrumpíó mi siesta.

- ¿Dígame?
- Buenas tardes, llamamos de... -dijo el nombre de una asociación que ahora no recuerdo- ¿envió usted hace unos días un mensaje de ayuda a Filipinas?
- Si, ¿ocurre algo?
- No, solamente queríamos darle las gracias e invitarle a que se haga socio de nuestra ONG.
- Perdone, pero ya soy socio de dos y, de momento, no quiero aumentar el número.
- ¿Y no desea hacer una aportación mayor para esta causa?
- Pues no, ya he hecho una aportación puntual además de colaborar con las dos ONG tal como le he dicho.
- ¿Y para alguna otra de las necesidades que tenemos?
- Mire, ya le he dicho que no. Puse el mensaje porque me pareció una forma muy cómoda de colaborar sin que se resintiera mi presupuesto, pero ya me estoy arrepintiendo de haberlo hecho. Buenas tardes - y colgué.

Quizá fui un tanto brusco, un mal despertar lo tiene cualquiera. Entiendo que quisieran aprovechar la oportunidad para buscar nuevos adeptos, y que la causa es digna de ser tenida en cuenta, sin embargo, sintiéndolo mucho, no volveré a utilizar ese sistema de ayuda por muy simple y cómodo que me parezca. 

De la misma manera, comprendo que aquellos que nos llaman a horas intempestivas están trabajando, cosa harto difícil hoy en día, y cumplen con su obligación, pero eso no es óbice para que yo esté hasta los mismísimos de las reiterativas ofertas que no me interesan para nada. A estos pesados, cargantes, aburrecamellos y pelmas que se conducen de forma insistente y molesta, en Tudela los llamamos "cansalmas"

Por todo ello, reivindico mi derecho a encontrarme con Morfeo, el sosegado hijo de Hipnos y Pasitea, sobre todo a la hora del descaso del guerrero. Y estoy hastiado de que me den el tostón y manoseen mis congojos estos cansalmas de onos, movistares, vodafones, oranges, jazteles, endesas, fenosas, iberdrolas, eroskises, carrefures, santalucias, ienegés, citibanes, bankínteres y la madre que los parió, a éstos y a otros más que no he nombrado por no cansar al personal.

Y ahora, las que faltaban: las oenegés.

¡Éramos pocos, y la abuela tuvo un desliz!

14 comentarios:

  1. ¿Tu también caíste? Feliz y bienaventurado aunque sin poder dormir. Un abrazo

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    1. ¿Cómo no voy a caer, Ester? Me pareció tan fácil dar un poco más de ayuda a los que tanto estaban sufriendo... Abrazos

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  2. Yo tambien contribuí de esa manera tan cómoda enviando un mensaje a través del movil pero para otra oenegé. Y al igual que tú a los pocos dias me estuvieron bombardeando con llamadas pidiendome que que contribuyera para la misma causa por unos 15€/mes. Llamaron en un mal momento. Yo estaba muy resfriada, con una afonía que me impedía articular palabra alguna. Estaba cansada, muy cansada por no haber pegado ojo la noche anterior y también colgué el telefono. Siguieron insistiendo dias después, pero habia memorizado el numero y no atendí las reiteradas llamadas. Ahora parece que se han cansado y no han vuelto a llamar.

    La ayuda que en ese momento aporté por medio de ese mensaje, lo hice voluntariamente y a gusto, pero al igual que tú, será la última vez que lo haga. No me gusta que me manipulen de forma tan descarada.

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    1. Veo que no he sido solamente yo el asediado y que coincidimos en la decisión, cosa que me alivia. Lo peor de todo es que me sentí como un desalmado por contestar y colgar el teléfono de forma tan desabrida. Un fuerte abrazo

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  3. Yo no lo he hecho nunca por teléfono, y en este caso he aprendido en cabeza ajena. Si que lo he hecho alguna vez a cuentas bancarias, ya que, al menos en mi caso no me cobran nada por una trasferencia y por supuesto no recibo ninguna llamada ni propaganda del receptor.
    Saludos

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    1. Esa es la forma en que siempre he actuado yo, pero además de esa me pareció tan fácil esta otra que, por otra parte, suponía poco más de un euro, y caí. Seguiré colaborando de la manera que lo venía haciendo habitualmente. Un saludo

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  4. Algunas ONGs son puro negocio al estar constituidas como empresas puras y duras, por lo que parte de las cantidad que se aportan, en muchos casos, van para "otras"actividades ajenas a la ayuda humanitaria o a la realización de proyectos solidarios. Como tu, he sido cooperante y voluntario, el profundizar en el tema me hizo ver lo que hay detrás de estas instituciones, por ello prefiero a pequeñas ONGs que están en el terreno partiéndose el pecho por la gente, de estas no hay muchas.

    Saludos

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    1. Yo, Emilio, solamente colaboro enconómicamente, no como tú o Paco que además lo hacéis como cooperantes voluntarios, algo que me parece digno de encomio. Cáritas y Cruz Roja tienen, a mi juicio, la solvencia necesaria para fiarse de ellas. Además suelen facilitar cuentas para ayudas puntuales. Pero, en ocasiones, las facilidades que dan otros no te hacen pensar que están tendiendo un anzuelo a tu buena voluntad. Un fuerte abrazo

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  5. Aquí tocas dos temas interesantes: la ayuda a los necesitados y la pelma o cansalmas de los que llaman a horas inadecuadas, generalmente teleoperadoras. Del segundo caso ya he hablado en alguna ocasión y son irresistibles a quienes cuelgo sin esperar mucho, porque todo tiene sus límites. Del primero, puntualizo: colaboro económicamente con Cáritas, Manos Unidas y Ayuda en Acción. Esta última es un apadrinamiento para que un niño vaya a la escuela y le dan la comida, niño de quien recibimos cartitas con dibujos infantiles y cartas de agradecimiento.
    Lo que no hago es esas ayudas a un teléfono del que la compañía telefónica se queda con un porcentaje, prefiero hacerle un abono en cuenta. Como lo de Cáritas me es más de primera mano, puedo asegurar que pasa una auditoría externa cada año para que todo sea transparente. En el caso de mi parroquia, publicamos un díptico mensual con las entradas y salidas de dinero y las partidas específicas en las que se han consumido, claro está, sin dar nombre de las personas por guardar su intimidad.
    Un abrazo. Espero no haber sido por la extensión cansalmas.

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    1. Las que nombras, y alguna otra más, merecen todos mis respetos y colaboro económicamente con alguna de ellas. Me refiero a esas otras que usan el teléfono para lograr sus fines con el reclamo de la facilidad para una ayuda muy económica en la que es más fácil que caigan algunos ingenuos tal como hice yo. Después de esto, se comportan como los "cansalmas" de los otros. A esos no te pareces ni el blanco del ojo. Abrazos

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  6. Si has sido brusco pero como tú estamos todos hasta el gorro de esas horas "intempestivas" A mi me han sacado con fiebre de la cama. O sea a veces perdemos los papeles pero también es cierto que aún haciendo su trabajo algunos son pesados y reiterativos.
    Un saludo

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    1. Son unos pesados, trabajando, cumpliendo con su obligación, pero eso no quita para que sean unos pesados, o "cansalmas". Saludos

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  7. Respuestas
    1. Creo que somos muchos los que estamos en la misma onda. Abrazos

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