Llegamos al pueblo aragonés de Bureta hacia las cuatro y media de la tarde procedentes de Cortes, tras la visita de su castillo. Con rigurosa puntualidad comenzamos el recorrido por la casa-palacio de los Condes de Bureta, divididos en grupos de diez personas, encabezando el propio conde uno de los grupos.
Del folleto turístico que nos fue facilitado, entresaco los siguientes datos:
"El actual edificio de la Casa-Palacio de los Condes de Bureta se levantó en el siglo XVII, sobre el torreón principal del antiguo castillo construido por los moriscos que ocuparon la Marca Superior de Al Ándalus entre los siglos IX y X, de cuya muralla exterior quedan restos. En el salón llamado de los Caballeros, se celebraron Cortes en 1363 para ajustar las paces entre Castilla y Aragón.
A raíz de la Reconquista, el castillo y lugar de Bureta fue dado en tenencia, siendo Roger el primer caballero del que se tiene noticia en 1137.
Los Francia fueron señores de la Baronía de Bureta durante más de cuatrocientos años. El primero de ellos fue Sancho de Francia, entre 1275 y 1285.
El Señorío de los Francia recayó por vínculo en la familia Marín de Resende. Fue a don Antonio María de Resende y Francia, a quien el rey Carlos II concedió el título de Conde, el 24 de marzo de 1678.
El condado de Bureta lo ostenta actualmente don Mariano de los Dolores Francia López-Fernández e Izquierdo."
En esta casa vivió, junto con sus hijos, la condesa viuda doña María Consolación Azlor y Villavicencio, heroína muy distinguida de los sitios de Zaragoza durante el primer sitio francés de 1808.
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Salón blanco de Caballeros |
Esta casa-palacio ha sido restaurada con una exquisita fidelidad por su propietario, el actual Conde, cuya madre pertenece a una conocida familia tudelana. Salvo en alguna dependencia, la decoración carece de espectacularidad, sin embargo, bajo una apariencia sencilla, alberga verdaderos tesoros. Las escaleras, los techos, las lámparas, las llaves de la luz, el mobiliario, los cuadros etc. nos hacen recordar una de esas casonas nobles de principios del siglo pasado.
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Escaleras |
Fuimos recorriendo el primer piso en el se encuentra el copiosísimo archivo que conserva documentación de incalculable valor histórico de los siglos XII a XIX, en proceso de catalogación, al que se le calculan unos catorce mil documentos y probablemente sea el fondo más importante sobre la guerra de la independencia existente en España.
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Despacho |
Pasamos por el despacho del conde, en el que me sorprendió, como curiosidad, la presencia de una edición completa de la colección Austral, y un aparato de morse.
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Sala de billar |
Contigua a ella, a una sala de billar, en cuya mesa descansaban las bolas de marfil. En una de sus paredes observé una especie de ábaco pero que, en realidad, se trata de un instrumento para contabilizar las partidas.
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Una de las habitaciones |
En la segunda planta tuvimos el agrado de ir conociendo las habitaciones, el comedor con numerosa y valiosa vajilla, un estrecho retrete con un inodoro alojado en un mueble de color oscuro, una preciosa cocina de la época con sus cacharros y sobre todo el salón blanco, llamado de caballeros, en el que las crónicas dicen que se celebraron las cortes para establecer las paces entre castellanos y aragoneses.
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El retrete |
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Las vajillas |
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La cocina |
Tiene una decoración de época exquisita y en uno de sus lados figura un incitador confidente. También en esta planta existe una pequeña capilla, con bula papal concedida por Inocencio VII, desde la que se puede ver el interior de la iglesia, aneja a la casa.
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Salón blanco |
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La chimenea |
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El confidente |
En la última planta a la que accedimos hay una galería abierta mediante arquería desde la que se podrían contemplar hermosas vistas de Moncayo y del valle del Ebro si no fuera porque el día no acompañaba, y nos tuvimos que conformar con una panorámica gris dominando todo el contorno.
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La galería superior |
El recorrido por todas estas dependencias fue un encuentro con la historia y el arte propiciada por los numerosos cuadros que conforman su abundante pinacoteca colgando de sus paredes, en una de las cuales vimos el primer mapa de Aragón, del año 1620, de proyección cartográfica cónica y, en otra, un extenso y frondoso árbol genealógico.
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Cuadros en los pasillos |
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Detalle decorativo |
Cada estancia, con su mobiliario y las piezas artísticas que las adornan, todas auténticas, supuso una mirada retrospectiva a la vida aristocrática de los siglos XVIII y XIX, en la que percibimos la sensación de que, en cualquier momento, por las escaleras iluminadas tenuemente, iba a aparecer Doña María Consolación, la heroína de Zaragoza, acompañada por su primo el general José Palafox, departiendo sobre los pormenores de los sitios.
A través del bar, cuya barra atendía el hermano del Conde, bajamos unas escaleras para admirar una antiquísima bodega excavada en la roca. De vuelta a la cafetería, ante unas cervezas y café, atendimos la exposición que nos hizo el aristócrata de sus actuaciones en el edificio para convertirlo en algo activo y productivo para poder vivir del negocio y dar algo de trabajo al pueblo de Bureta.
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La bodega |
Ha realizado las obras de restauración sin ningún apoyo económico de las instituciones aragonesas quienes, a cambio de las subvenciones, exigían la cesión del su importante archivo histórico, a lo que se opuso categóricamente. Junto a su hermano Antonio, ha puesto en marcha un complejo hotelero con el palacio, casa rural, restaurante, cafetería y bodega. Él mismo da satisfacción a sus clientes haciendo de recepcionista y cicerone e incluso atendiendo ambos el comedor y la cafetería. Pretenden transformar la galería superior en una sala de exposiciones y restaurar el interior de la iglesia. Según sus manifestaciones, esta ocupación no da para hacerse rico en un lugar como Bureta, pero esperan ganarse el sustento y poder vivir de ello manteniendo el patrimonio y destacó que esta iniciativa está creando puestos de trabajo, tan necesarios en la zona y del que benefician los pueblos del contorno.
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El comedor |
Antes de marchar nos invitó a pasar al comedor para que lo inspeccionáramos. Es un hermoso salón muy bien acondicionado, lindante con la cafetería. Me fijé que tenía un menú del día muy aceptable a veinte euros. Nos animó a hacer una escapada hasta su complejo ya que, previa cita y por una cantidad razonable, ofertaba cena para dos personas, una noche de alojamiento en la casa rural y visita guiada por él mismo al palacio. Me pareció entender que el importe de la mencionada oferta era de cien euros.
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Fachada de la iglesia |
Entre tanto había oscurecido, y las luces daban una cálida luminosidad al entorno del palacio y a la bonita fachada barroca de la iglesia de la Santa Cruz, cuya portada de piedra, con arco de medio punto entre pilastras toscanas, muestra sobre ella una hornacina flanqueada por dos escudos condales. Remata la cubierta del templo un campanario octogonal que se eleva en el lado derecho. Al dirigirnos hacia el autobús, y como despedida, escuchamos la voz del emprendedor Conde:
- Y que sepáis, que me siento muy satisfecho de mi condición de tudelano.
Cuando llegamos a casa, un tanto cansados del ajetreo del día, tratando de conservar en la memoria todo lo que habíamos contemplado, era ya noche cerrada, pero albergábamos la satisfacción de que la jornada había sido verdaderamente provechosa.