Procedentes de Cáceres, llegamos a Hervás con el tiempo justo para comer. Nos habíamos retrasado un tanto al tener que hacer una parada para atender a los pequeños ya que ellos tienen un horario distinto al nuestro.
Después de comer, iniciamos nuestro recorrido por la población, muy animada en esa agradable tarde del primero de noviembre, día de Todos los Santos.
Comenzamos por la ascensión a la iglesia de Santa María, que lleva el largo nombre de Santa María de la Asunción de Aguas Vivas, situada en un promontorio, el punto más alto de la villa, donde se encontraba el castillo o fortaleza, según atestiguan las murallas que la rodean. Por su interés artístico, llama poderosamente la atención su portada principal, de cantería y traza clasicista con importantes elementos manieristas. No pude pasar al interior por encontrarse cerrada, a pesar de la festividad del día.
Desde esa altura se contempla una esplendida visión de trescientos sesenta grados de toda la vega del Ambroz, río que lame la base del promontorio, ubicado en el centro del valle, entreviendo a lo lejos, la espadaña metálica de la iglesia de San Juan Bautista, antiguo convento de los Trinitarios, que se eleva sobre las cubiertas del caserío.
Comenzamos por la ascensión a la iglesia de Santa María, que lleva el largo nombre de Santa María de la Asunción de Aguas Vivas, situada en un promontorio, el punto más alto de la villa, donde se encontraba el castillo o fortaleza, según atestiguan las murallas que la rodean. Por su interés artístico, llama poderosamente la atención su portada principal, de cantería y traza clasicista con importantes elementos manieristas. No pude pasar al interior por encontrarse cerrada, a pesar de la festividad del día.
Santa María de la Asunción de Aguas Vivas |
Vista parcial de valle |
Vamos calle abajo |
Puente sobre el río Ambroz |
Otra vista del puente |
Calle Rabilero |
La misma calle |
Otros rincones de la villa |
Todo limpio y cuidado |
Una bonita fuente |
El bosque lucía bellos colores |
Puesta del sol desde el castañar |
Currado y bonito reportaje, no conozco estos rincones, Extremadura veo que tiene mucho que ver, como en tantos lugares de España; te aconsejo que visites, si es que aun no lo conoces, el barrio judío de Girona
ResponderEliminarSalud
Extremadura es una pasada. Para mí era una desconocida hasta hace unos doce años, ahora voy frecuentemente por asuntos familiares. Te agradezco el consejo porque no conozco Girona. Un saludo
EliminarMe has recordado el viaje que hicimos por esa tierra.
ResponderEliminarUn abrazo.
Extremadura es una comunidad que nunca había llamado mi atención hasta que al ser la tierra de mi nuera sentí la curiosidad de conocerla. Puede imaginarte cual fue mi sorpresa. Abrazos
EliminarTodas son bonitas, pero me quedo con el puente y con la transparencia del farol de la calle Rabilero.
ResponderEliminarUn abrazo
Cada uno tenemos nuestros gustos, A mi las de las calles, cualquiera de ellas, me agradan. Soy un enamorado de los rincones callejeros. Abrazos
EliminarEres el mejor cronista-fotógrafo que conozco. Felicidades.
ResponderEliminarUn abrazo.
Eso es, Paco, porque conoces a muy pocos cronistas-fotógrafos. Un fuerte abrazo
EliminarYo había oído que Extremadura es un sorpresa no muy conocida. Me ha encantado el puente. Gracias felipe.
ResponderEliminarPuedes estar segura, Angelines, que Extremadura es una maravilla. Tiene unos paisajes increíbles, algunos tan verdes como puedan ser los del Pirineo, una historia apasionante y monumental, parques naturales, excelente gastronomía, grandes producciones agrícolas, buenas autovías y carreteras y hasta buen vino. Lugares como Cáceres, Plasencia, Trujillo, Mérida, Zafra, Olivenza y muchísimos más que no cesaría de enumerar causan auténtico placer al visitarlos. Como ves soy un enamorado de esa tierra. Besos
EliminarMagnífico el final,Felipe.
ResponderEliminarTengo muy buen recuerdo de unos días que pasé en Hervás en el verano de 2010. Cuando estuvimos había un mercado en la judería muy interesante. Además,pudimos probar las maravillosas cerezas de la zona porque era la época. Me imagino que ahora la zona,con los colores del otoño, estará muy bonita.
Abrazo!
Hace años pasé de Hervás, en el valle del Ambroz, al valle del Jerte atravesando el temible puerto de Honduras. Las cerezas estaban ya coloreando. En otra ocasión fui a ese valle en plena floración de los cerezos y fue una maravilla; parecía que estaba nevado. Un fuerte abrazo
EliminarUn pueblo pintoresco y, sí, sí que es bonita esa fuente.
ResponderEliminarUn abrazo.
Un pueblo que merece la pena visitar. Abrazos
EliminarUn pueblo muy bonito Felipe. Me encantan esas calles repletas de macetas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es digno de recorrerlo tranquilamente y luego tomar una cervecica en los numerosos bares del pueblo. Abrazos
EliminarMe ha gustado el recorrido y como muchos dicen que les ha encantado el puente yo en un pispás me he acercado a verlo antes de que te fueras, para poder seguirte en el recorrido. He "paseado" por alguna de sus calles y aunque eran subida, no me he cansado.
ResponderEliminarSaludos
Emilio, eres la leche. Me encanta esa cualidad tuya de buscar aquello de lo que escribo para tener una mejor información que la que yo te doy. Un abrazo
EliminarSiempre es un placer pasear de tu mano por tantos y tantos rincones de España.
ResponderEliminarUn abrazo Felipe.
Muchas veces me pregunto ¿cómo sería viajar acompañado por mis amigos virtuales? Seguro que disfrutábamos todos. Un fuerte abrazo
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