Acabo de regresar de un corto viaje por el Pirineo oscense, durante el cual he tenido la oportunidad de repetir un recorrido que ya había realizado hace más de veinticinco años, aunque esta vez no ha sido tan extenso como en aquella ocasión. El tiempo no pasa en vano y las fuerzas ya no son las mismas.
El autobús de servicio que tomamos en Torla nos situó en la pradera del parque y de allí hice la ascensión por la margen izquierda del río Arazas, atravesando un espléndido hayedo. Después crucé por un puentecito a la margen derecha y muy pronto alcancé la cascada de la cueva y más tarde la del Estrecho. En este lugar inicié el retorno por la margen derecha. Teníamos contratada la comida en Torla para las dos de la tarde y había que contar con el autobús de vuelta. En total dos horas y media de caminar tampoco está mal.
Me siento incapaz de describir las bellezas de este espacio, por tanto voy a incluir unas cuantas imágenes de este lugar paradisiaco. Aquí están:
Circo de Cotatuero |
Impresionantes farallones |
Cascada de la cueva |
Cascada del estrecho |
Un mirador |
El río Arazas |
Un escorredero |
Flora diversa |
Unas setas |
El río que prosigue |
Un hermoso árbol |
Flor e insecto |
Guardianes a derecha |
e izquierda. |
Espero haber podido trasmitir con estas fotografías la espectacularidad de este enclave declarado Parque Nacional desde el 16 de agosto de 1918. Su nombre oficial a partir de 1982 es el de Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, y también ha sido declarado Patrimonio Mundial por la Unesco.
Qué maravilla!!! Hace muchos, muchísimos años que estuvimos por alli y lo tenia olvidado, ahora sería incapaz de volver por eso agradezco tu entrada.
ResponderEliminarNo se me actualiza tu blog he llegado a través de facebook.
Un abrazo .
No sé a qué será debido, he mirado otros y veo que si se les actualiza. De todas maneras, vengas por donde vengas, siempre eres muy bien recibida. Un fuerte abrazo
Eliminar¡Qué maravilla! ¡Cómo envidio no poder hacer algo similar a esto! Te agradezco estas espléndidas imágenes.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Podrías hacer algo parecido, Paco, hay un trayecto incluso acomodado para sillas de ruedas. Pienso que hasta donde hicimos el recorrido podrías hacer con un poco de esfuerzo, así que ¡¡Ánimo!! Un abrazo desde mi mejana
EliminarHemos estado, mi mujer y yo, en Ordesa en dos ocasiones y en la segunda llegamos mucho más arriba y nos gustó el paseo mucho, pero mucho más, que en el primero. Un saludo, Ángel
ResponderEliminarYo la primera vez tampoco llegué a la Cola de Caballo, me quedé en las Gradas de Soaso, pero ascendí hasta la cascada del Circo de Cotatuero. En ésta ocasión los tiempos estaban medidos puesto que marchábamos en grupo y solamente alcanzamos las segundas cascadas, las del Estrecho. Saludos
EliminarQue maravilla, yo nací en Broto, así que Ordesa forma parte de mis tempranos recuerdos. Me ha hecho ilusión tu reportaje, Felipe.
ResponderEliminarEs un paisaje familiar para ti y me satisface haberte alegrado el día. Besos
EliminarEntran ganas del volver.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues habiendo ganas, todo lo demás se supera. Un fuerte abrazo
EliminarUna auténtica maravilla. Yo tuve la suerte de estar allí hace dos o tres años. Fuimos andando hasta las gradas de Soaso. Los más valientes siguieron.
ResponderEliminarEntre cuatro cogimos un todoterreno y otro día subimos para tener otra perspectiva del valle, esta vez desde arriba.
Una maravilla. No me extraña que hayas venido encantado.
Un saludo.
Esas son las ventajas de ir por libre en lugar de un viaje programado. Hasta las Gradas de Soaso llegué en la anterior ocasión, pero a la Cola de Caballo no he logrado llegar y siempre por falta de tiempo. Un abrazo desde mi mejana
EliminarTodas estas imágenes me suenan ¿porqué será? En una ocasión con mi hija subimos hasta la Cola de Caballo, era otoño, nos llovió, granizó y nevó, también de manera discreta llegamos a ver el sol ¿se puede pedir más?
ResponderEliminarEl agua que llevábamos no la probamos, el bocadillo ya de vuelta en la pradera nos lo comimos sentados en el coche, con las piernas fuera. Este año a partir de hoy se puede subir en coche particular hasta la pradera.
Saludos
Quizá te suenen porque, en verano, al abrir la ventana, te tropiezas con ellas. Dos espinas tengo clavadas: no llegar hasta la Cola de Caballo, elegí Cotatuero, y no terminar la Ruta del Cares por causa de la lluvia. No sé si las sacaré. Un saludo
Eliminar¡Precioso! He disfrutado de paisajes con tus fotos.
ResponderEliminarHaber si algún día pudiera hacerlas yo...
Un abrazo.
Sí que podrás hacerlo, es cuestión de que te lo propongas. Un cálido abrazo
EliminarSin duda en este país tenemos lugares maravillosos que no tienen nada que envidiar a los de otros países y que tanto admiramos. No hay que ir muy lejos para disfrutar de lo bueno y bello que nos ofrece la Naturaleza.
ResponderEliminarUn abrazo Felipe.
A pesar de ello, cuando se me pone a tiro un viaje internacional procuro hacerlo porque por Españana podemos viajar en cualquier moneto y, como tú bien dices, en cualquier momento, te encuentras un lugar con un encanto especial. Abrazos
EliminarQue recuerdos, un hermoso paseo hasta que llegas a la Cola de caballo. Pero ese viaje se me quedó muy grabado. Mi hija mayor tenía 16 años, se escurrió y se fracturo el femur. Estuvo todo el mes de agosto escayolada.
ResponderEliminarHabrá que repetir sin hija y con nietos.
Un abrazo
Un accidente puede surgir en cualquier momento. Mi hija se rompió tibia y peroné jugando a la comba. El saber esto no debe ser ningún obstáculo. Un fuerte abrazo
EliminarQué fotos, Felipe!! Qué ganas me han dado de dar un paseito por allí. Lo más cerca de la zona que he estado ha sido el cañón de Añisclo y el paisaje me pareció impresionante.
ResponderEliminarAbrazo!
El cañón de Añisclo forma parte también de Parque Nacional de Ordesa, o sea que el paisaje es muy similar. Un abrazo
Eliminar