Abandonamos Roda de Isábena después de comer en el precioso refectorio de su catedral. Dejamos atrás Graus para dirigirnos al Monasterio de Torreciudad. A mitad del camino, a la entrada de un túnel, el autocar hace una parada en un ensanche de la carretera e Ismael, nuestro guía, tal como nos había prometido por la mañana al pasar por este lugar, sugiere un pequeño paseo, para todo el que lo desee, con el fin de contemplar un puente románico.
Mi mujer, con las rodillas doloridas, permanece en el autobús y yo me uno a los que decididamente han tomado una trocha descendente entre una vorágine verde. Un rótulo junto a la calzada nos indica que se trata del Puente de la Sierra, S. XII, más conocido como el Puente del Infierno.
El sendero, a los pies de las elevadas y puntiagudas rocas de las Agujas de Olvena, con una suave inclinación, nos sitúa en un descansillo al borde de un precipicio.
Camino del Puente del Infierno |
Las Agujas de Olvena |
Un puente estrecho, de un solo arco, cruza de un lado al otro. Me sitúo en el centro venciendo la sensación de vértigo ya que el pretil es muy bajo. Las rocas, prolongación de las nubes, descienden hasta el abismo donde discurren tranquilas las aguas verde esmeralda del río Ésera en busca de la comunión con el Cinca.
El Puente del Infierno |
La sombra del puente se asoma al abismo |
La profundidad del desfiladero pugna con la altitud de los farallones, en cuyas crestas el rojo de las rocas se ve alterado por el color blancuzco de los excrementos de los buitres que sobrevuelan la garganta. Paso al otro lado y busco un lugar propicio para hacer unas fotos a mis compañeros situados sobre el puente.
Consigo fotografiar a mis compañeros |
Voy mirando con cien ojos dónde pongo los pies porque un pequeño resbalón puede ser muy peligroso por la cercanía del despeñadero. Desde aquí veo la estrecha senda tallada en la roca, continuación del camino por el que hemos accedido, y la sirga metálica que sirve de ayuda para transitar por ella.
Miro a un lado |
Miro al otro lado |
Mis compañeros ya están de regreso hacia el autocar. Cruzo el puente para unirme a ellos y me olvido de la vereda que, junto con la maroma, se pierde entre la maleza.
De regreso, atravieso de nuevo el puente |
El Ésera desaparece en el congosto |
La espectacularidad y grandiosidad de este rincón del pirineo aragonés sobrecoge. Recibe el nombre de Congosto de Olvena por la cercanía de esa localidad oscense, situada en la ladera de una peña, desde la que se obtienen unas excelentes vistas sobre el río Ésera, salida natural de la comarca de Graus hacia tierras más llanas.
En Navarra los congostos se llaman foces. Las más conocidas son la Foz de Lumbier y la Foz de Arbayún.
Que bonito rincon!!
ResponderEliminarEspectacular de verdad. Un saludo
EliminarFelipe que suerte tienes de poder estar en estos sitios tan impresionantes
ResponderEliminary si ademas estas rodeado de buenos amigos no te digo mas.
Me alegra visitarte. Un saludo y hasta pronto.
Gracias, Teresa. Antes viajaba por mi cuenta, con mi familia, ahora la edad impone otras formas, pero igualmente placenteras. Ya sabes que siempre eres bienvenida y agradezco vuestra compañía.
EliminarNo se puede negar que todos tus viajes son fantásticos y que viajamos contigo en cada entrada que nos haces.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ya ves, Emilio y, en esta ocasión, tan cerca de casa. En nuestra piel de toro hay muchísimos lugares dignos de contemplarse. Un fuerte abrazo
EliminarQue bonita es España, tiene rincones maravillosos que tu nos vas mostrando con destreza y fotos- Abrazos
ResponderEliminarY además todos tenemos cercano algún lugar especial. Un abrazo
EliminarQué bonitas imágenes, qué bonito paseo. No sé si te diste cuenta que cuando enfilasteis el camino, yo me quedé con Pili charlando en el autocar. Es posible que ni te dieras cuenta con el entusiasmo en tomar fotografías.
ResponderEliminarUn abrazo.
No me di cuenta pero, de todas maneras, gracias por entretenerla para que no se le hiciese larga la espera, aunque sólo fueran veinte minutos. Abrazos
EliminarEl puente bien ha merecido ese paseo. Espectacular el sitio.
ResponderEliminarUn abrazo
Fue un paseo muy corto, tan sólo un alto en el camino, pero intenso en cuanto a lo espectacular. Abrazos
EliminarImpresionante paraje.
ResponderEliminarUn abrazo.
No se puede explicar la sensación de estar sobre un puente estrecho a mitad de camino entre la profundidad del abismo y la altura de las cumbres, con las paredes cortadas a tajo. Abrazos
EliminarCuando veo estos precipicios, tan abundantes por nuestra tierra, me pregunto el valor que hacía falta para construir estos puentes sin medios, cuantos morirían !!
ResponderEliminarY los pueblos y las ermitas en semejantes alturas. Besos
EliminarPor los valles de Hecho y Ansó también se llaman foz.
ResponderEliminarSupongo que por la vecindad. Besos
EliminarMagnífica excursión sin duda aunque los cataplines se les ponga a uno en la garganta cruzando el puente. De verdad, sí señor.
ResponderEliminarNo sé qué te diga, Ángel, yo casi lo pasé peor haciendo la foto a mis compañeros en el puente. Un abrazo
EliminarYo que quieres que te diga, en primer lugar seguramente no hubiera sido capaz de atravesar el puente y en segundo término, ¿porqué adelantar acontecimientos?
ResponderEliminarAl infierno ya iré cuando se me termine el viaje en esta vida, así que mejor ni mentarlo.
Por supuesto como siempre, fotos y reportaje fabulosos.
Saludos
Tampoco es eso, Emilio. Hay que arriesgarse un poquito y disfrutar de las cosas. En ese lugar cuanto más tarde nos veamos, mejor. Un saludo
EliminarSon relieves muy espectaculares gracias a la erosión, casi siempre en terrenos calizos donde el agua ha desgastado o bien disuelto las zonas más blandas dejando resaltadas las más duras. Hoces, cañones, desfiladeros, "foces", como las que nombras de Lumbier y Arbayún en Navarra, preciosas como las que nos muestras en las fotos.
ResponderEliminarUn saludo.
Sea como fueres el resultado es espectacular. Saludos
EliminarEl puente me ha encantado, bueno, el paisaje también, es espectacular.
ResponderEliminarCoincido con Ester, España es preciosa de Norte a Sur y de Este a Oeste.
Un abrazo Felipe.
Si, en cualquier lugar hay algún rincón con encanto. Abrazos
Eliminar