¿Cómo negarnos ante esta petición? Reservé una habitación para una noche en un hotel de Tarragona, a medio camino de esta ciudad y el camping donde se encontraban mi hijo y mi nuera con nuestras nietas, y allá nos fuimos a pasar un día con ellos.
Llegamos justo a la hora de comer. Las niñas nos recibieron en la piscina de chapoteo del complejo. Estaban radiantes. Degustamos, todos juntos en el restaurante, una paella y una fideuá, pasando después la tarde en la playa con las pequeñas. Varias fueron las veces que las enterré en arena desde el cuello a los pies. Había que cumplir sus órdenes a rajatabla. Son incansables.
La playa. Al fondo, Tarragona |
El día siguiente, decidimos dar un paseo por la ciudad antes de dirigirnos al camping. Estacioné el coche en la calle de San Antonio y, tras desayunar, nos encaminamos hacia el casco histórico. Sin darnos cuenta llegamos al Parque de Saavedra, lugar donde recalamos cada vez que venimos a esta ciudad. Tomamos los tickets, por supuesto de jubilados, y penetramos en el Paseo Arqueológico. Fue una delicia pasear prácticamente en solitario por el recinto amurallado, buscando la sombra alargada de los cipreses.
Efigie de César Augusto |
Siempre me ha gustado hacer este breve recorrido. Caminamos tranquilamente, deteniéndonos en los rincones más agradables. La figura broncínea de César Augusto, con el dedo de su mano derecha extendido, nos invitaba a admirar las enormes piedras que sustentan las murallas. Muy cerca, los pequeños Rómulo y Remo trataban de alcanzar las verdes ubres de una loba que nos enseñaba los dientes.
Rómulo y Remo y la loba |
Una pequeña fuente de piedra, de la que no mana agua, emerge de un macizo de campanillas granates -¿buganvilla?- que contrasta con los verdes de un pino, un sauce llorón y el del césped de la vereda. Próximos a la Puerta Ciclópea, unos operarios reparaban el pavimento. Abandonamos el recinto cuando el sol comienzaba a dejarse notar.
Un bonito rincón. |
La Puerta Ciclópea |
Atravesamos el Portal del Roser y, pasando por la Plaza del Pallol, continuamos hasta la calle Mayor, dejando a nuestra izquierda unos curiosos bolardos pintados. Al finalizar esta calle, donde abundan los comercios, se encuentra la catedral de Santa María. Mi mujer adquirió el dedal que engrosará su colección y, al pie de las escaleras, le hice una foto en una bonita fuente de dos caños.
Los curiosos bolardos |
La fuente al pie de la escalinata |
Ascendimos por las escaleras y llegamos a la plaza donde se ubica el templo, en la parte más alta de la ciudad. A la izquierda unos soportales con establecimientos de hostelería y de souvenirs.
Puerta principal de la catedral |
Al frente se nos muestra la portada principal que consta de tres puertas, de las que destaca la central gótica, con arcos apuntados en degradación, con un gran rosetón sobre ellos. La suntuosidad de esta puerta central hace pasar inadvertidas las dos laterales, románicas, cada una con su correspondiente rosetón, estos de mucho menor tamaño. No visitamos el interior puesto que nuestra intención no era hacer turismo, sino dar un paseo antes de volver con nuestras nietas.
Galerías góticas |
Pasamos por unas galerías góticas del siglo XIV, de arcos apuntados, existentes en la calle Mercería. En la Plaza del Forum, con sus restos romanos, las terrazas de los bares se encontraban vacías a esas horas.
Plaza del Forum |
Ya en la Plaça del Rei, contemplamos la torre del Pretorio. El tiempo nos apremiaba puesto que las dos horas de la ORA estaban próximas a finalizar, por lo que recogimos nuestro vehículo, sin poder apreciar el anfiteatro ni asomarnos al Balcón del Mediterráneo. Nos hicimos la promesa de volver en otra ocasión con más tiempo para visitar con más detenimiento esta ciudad plena de lugares muy interesantes.
El Pretorio |
Nuestras nietas ya estaban impacientes por que las volviese a embadurnar de arena en la playa. Disfrutamos con ellas de unas horas muy gratas. Comimos juntos de nuevo, esta vez a la sombra de los pinos, junto a la tienda. A las seis de la tarde, una vez que las niñas despertaron de su siesta, nos despedimos de todos ellos hasta nuestra vuelta de Cáceres, lugar donde, un par de días más tarde, íbamos a conocer lo que es una ola de calor en toda su intensidad.
Me has recordado mis tiempo de campista, con el remolque-tienda y todo lo que en el llevábamos, nos hemos recorrido todo el Mediterráneo, cada año subíamos un poquito más llegamos hasta Tarragona y la recuerdo como una ciudad con poco atractivo, nada que ver con lo que muestras, claro que de eso hace más de 25 años.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues todo ello está allí desde hace muchos años, no obstante a mí también me pasó como a ti. Solamente conocía el Paseo Arqueológico y el Balcón del Mediterráneo, a pesar de haber estado algunos veranos por la zona. Con los hijos teníamos otras prioridades. Un abrazo
EliminarMe alegro que hayas disfrutado del viaje y tus criaturas. Los nietos no sólo son el consuelo de los abuelos sino una proyección hacia el futuro.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Un futuro que ahora vemos un tanto negro, pero tampoco era muy claro el que nosotros encontramos. Abrazos
EliminarObservo que lo pasaste divinamente con tus nietas y nos lo estás haciendo pasar ahora a nosotros disfrutando de tu paseo.
ResponderEliminarSaludos
Con los nietos siempre estamos bien, aunque nos agoten. Un saludo
EliminarY tanto que hacía calor amigo!!!!!! Vuestra excursión a Tarragona,me trajo buenos recuerdos.... un amanecer en el Balcón del Mediterráneo.... en fin... eché de menos una fotico de ese balcón... seguro que estuvistéis allí!!!! Besos de calor y ya queda menosssssssssssssssssssssssss
ResponderEliminarEs que no llegamos al balcón, se nos echó el tiempo encima porque queríamos estar con las nietas. Otra vez será. Besos
EliminarUna maravilla estar en familia. Da igual el lugar.
ResponderEliminarUn abrazo y sigue disfrutando del verano
Es cierto, y cuatro días que nos faltaron ya las echamos en falta. Abrazos
EliminarNada mejor que disfrutar de los hijos y nietos.
ResponderEliminarA principios de Octubre me harán abuelo. Ya sabemos que es una niña y toda la familia está revuelta y contentísima con la buena nueva.
Espero, en veranos sucesivos, emular tus escapadas.
¡Que pases un buen verano en compañía de los tuyos!
Saludos.
Disponte a disfrutar de tu nieta. Yo tengo dos nietas y dos nietos, pero a éstos últimos los ve poco porque viven en Cáceres. Que pases buen verano tú también. Un saludo
EliminarEn familia y en mi casa, me ha encantado ver las fotos, celebro que lo hayáis disfrutado. Ahora a seguir disfrutando. Un abrazo grandote
ResponderEliminarY yo celbro que te haya encantado ver las fotos. En eso de disfrutar estamos. Un beso
EliminarPrecioso todo, los momentos familiares los más radiantes y felices, tus niñas estarían locas de contentas con los yayos.
ResponderEliminarBesicos.
Como se dice ahora, entre abuelos y nietos hay un buen rollo. Besos
EliminarEstuve en Tarragona hace algunos años y me pareció una ciudad muy agradable. Me gustó el paseo que termina con un mirador al mar y el anfiteatro romano.
ResponderEliminarAbrazo!