domingo, 9 de junio de 2013

Por la Marina Baixa



Negros nubarrones nos habían escamoteado el sol y las rachas del viento de levante nos hicieron desistir de permanecer en la playa ni un momento más. Volvimos de ella ateridos e impregnados de arena. La tarde se presentaba fea, con presagios de lluvia. El mal tiempo, reinante en toda la península, había recalado por fin en Bernidorm.


El campanario no está en lo más alto

No obstante nos dispusimos a realizar la excursión que ya teníamos contratada y pagada desde el día anterior: una visita a Guadalest. Dado que ya habían transcurrido diecinueve años desde que estuvimos en allí, a pesar de que intuimos que tres horas, incluidos los viajes, era muy poco tiempo para la visita, decidimos acompañar a nuestros amigos que tenían un gran interés por conocer ese lugar.

Embalse de Guadalest
Al paso por La Nucía comenzaron a caer las primeras gotas y, cuando llegamos, llovía a cántaros. Al bajar del autobús, nuestra primera visita fue a un establecimiento para comprar un paraguas. Con mi previsión habitual, mi paraguas y mi chubasquero se habían quedado en el hotel; por no coger, no había cogido ni un mal jersey.

Descartamos la zona moderna del pueblo, surgido al amparo del turismo originado por los numerosos visitantes que se acercan a conocer El Castell de Guadalest. Éste se encuentra sobre una serie de peñascos de los que sobresalen un campanario enjalbegado y una torre cuadrangular. El único acceso es por una abertura en la roca hacia la que nos dirigimos por un cuidado paseo.

El campanario y la torre
Antes de llegar a ella, nos insisten en que tomemos tickets para la visita guiada al museo de Antonio Marco, de belenes y casitas de muñecas. Hay que pagar seis euros. Un nutrido grupo lo hace, nosotros declinamos la oferta puesto que no entra en nuestros planes pasar el tiempo en un museo por muy interesante que éste sea. Hemos venido a conocer Guadalest.

Entrada al poblado antiguo

Penetramos por un túnel excavado en la roca natural, sobre el que hay un balcón correspondiente a las antiguas dependencias del cuerpo de guardia, que da paso a la única calle de que consta el pueblo. A la derecha la Casa Orduña y a continuación la iglesia, en la que no aprecio ningún interés.  A la izquierda, casas en las que se ubican los variados  museos que existen en el pueblo. 


Son varios los museos allí establecidos
Existen museos de las cosas más variadas y pintorescas que uno se pueda imaginar. Además del citado anteriormente, están los de Instrumentos de tortura, Microminiaturas, Saleros y pimenteros, Microgigante, Vehículos históricos, Etnográfico y el más importante de todos, el Municipal de la Casa Orduña. Recuerdo haber visitado el Museo Etnográfico en una ocasión anterior.

Otra vista del pantano
La calle nos conduce a una plaza donde se encuentra el ayuntamiento y un mirador desde el que se observa un hermoso paisaje montañoso y el pantano a nuestros pies. Está al límite de su capacidad, todo lo contrario que en nuestra anterior visita. En los bajos del ayuntamiento se encuentra una prisión del siglo XII y el aljibe que pasamos a curiosear.

La cárcel. A la derecha el acceso al aljibe.
Para visitar los restos del castillo de San José, situado sobre la roca más alta, debemos tomar el correspondiente pase en la citada Casa Orduña, construida en el siglo XVII después del gran terremoto de 1644, que abrió una enorme brecha en el acantilado. Por nuestra condición de jubilados, solamente pagamos dos euros por persona. Dado que nuestra intención es alcanzar la cima del castillo, descartamos detenernos a apreciar los tesoros que se encierran en el museo.

¡Vamos arriba!
Siempre acompañados del paraguas, ascendemos, por unas escaleras metálicas construidas en zigzag, y después por otras de piedra, a lo más alto. Allí se encuentra el cementerio del pueblo y los exiguos restos del castillo destruido por los terremotos de 1644 y 1748; una voladura durante la guerra de sucesión acabó con lo poco que quedaba en pie.


El reloj del ayuntamiento mientras subimos

Merece la pena el esfuerzo de la subida solamente por la panorámica que se se ofrece ante nuestros ojos desde estas alturas.  Al norte la sierra de Xorta, al sur la de Aitana, al oeste la Serrella y al este se adivina el mar por la zona de Altea. Cercanos los pueblos de Polop de la Marina y Callosa d'en Sarriá, con sus cultivos de nísperos y aguacates. En este último pueblo se encuentran las Fuentes del Algar, un pequeño paraíso fluvial que también tuvimos ocasión de visitar hace unos cuantos años.

En el cementerio ¡Espectacular Guadalest!
La lluvia ha remitido y me dedico a hacer unas instantáneas un tanto entristecidas por la luz abúlica de la tarde. Vemos al grupo que se quedó en el museo junto a la entrada del pueblo atendiendo las explicaciones de nuestra guía. Poco van a poder ver del pueblo porque la hora se nos viene encima. Descendemos tranquilamente, sin prisas, pero tampoco nos detenemos a escudriñar nada más.  

Bajando, en primer término de la calle, la iglesia
Junto al autobús, nos hacemos una foto  con el telón de fondo de los grandes peñascos que ocultan el pueblo y del que sobresalen la torre y el campanario. Montamos en el autocar y nos encaminamos a Polop de la Marina. Una vez allí, quienes han estado en el museo de Guadalest, se dirigen al que ese mismo señor tiene en este pueblo ya que la entrada al mismo la tienen ya pagada.

Una bonita calle de Polop
Nosotros nos desperdigamos para husmear por el lugar y nos detenemos en lo más emblemático de él: Las fuentes de Polop, un espacio semicircular en cuyo arco hay diversos escudos de poblaciones con numerosos caños emanando agua sin parar. Nos dicen que son doscientos veintiuno, ni uno más, ni uno menos. No pongo en duda su aseveración puesto que no tengo ninguna intención de contarlos.  El agua deber de muy buena calidad ya que, según nos cuentan, viene mucha gente con garrafas a recogerla.

Las Fuentes de Polop
Nos dirigimos hacia el casco antiguo de esta población. Paseamos por calles estrechas y empinadas, de bellas casitas blancas con cornisas y alféizares de vivos colores. Está todo muy limpio. 


Otro bonito rincón
Atravesando un arco enjalbegado, en una esquina, descubrimos una reducida capilla. Es el santuario de la Divina Aurora, así lo anuncia un mosaico de azulejos en el frontis, en cuyo centro podemos ver una imagen de la Virgen. Nos seduce el afan de fisgonear el pequeño recinto.


Santuario de La Divina Aurora 
Satisfecha nuestra curiosidad, salimos al exterior y en seguida, en una placeta contigua, vemos la iglesia de San Pedro con su torre cuadrada rematada por una especie de minarete. Desde aquí avistamos el camino que lleva hacia el castillo del que no queda ni rastro, ocupando su espacio el antiguo cementerio. Decidimos no continuar ascendiendo.

La subida al inexistente castillo
Volvemos sobre nuestros pasos y observamos que, por una calle estrecha, de pendiente muy pronunciada, con escaleras en el centro, descienden un par de automóviles.  Continuamos nuestro camino y, esperando a que salgan del museo, sentados en un bar, hacemos hora degustando un café bien caliente ya que el día está un tanto desapacible. 

Curiosa imagen

De vuelta al hotel, pienso que está excursión debiera haber sido gratuita, puesto que está dirigida única y exclusivamente a llevar clientes a los museos de Antonio Marco tanto de Polop como de Guadalest, con la escusa y el reclamo de este pueblo enclavado en la roca. Son los males de ese turismo masivo que desvirtúa agresivamente cosas y lugares dignos de ser disfrutados.   

25 comentarios:

  1. Aunque es difícil que veranee por allí, tomo nota para visitar el lugar. Las fotos animan a conocer este sitio tan pintoresco.
    Con unas vistas tan espectaculares es una verdadera lástima perder el tiempo en unos "museos" que solo suelen tener de museo el nombre y no la calidad. Lo digo por lo que conozco de otros sitios similares.
    Avisados estamos.

    Saludos.

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    1. Llevo un par de años haciendo en Benidorm unas vacaciones de total relax en mayo, solamente paseos, playa y buenos alimentos. Este año no nos acompañó un tiempo muy soleado pero, mientras en Tudela hacía un frío invernal, nosotros estábamos en la playa e incluso me bañé cuatro días. De esos museos es preferible no hablar, pero como hay gente "pa to"... Un saludo

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  2. Las fotos que nos muestras indican una zona muy bonita y de alto contenido paisajista. He dejado de realizar excursiones programadas precisamente por lo que comentas al final, ahora prefiero hacernos nuestros circuitos e informarnos gracias a la red de todo lo que merece la pena ver, puede que al no utilizar coche propio algunas cosas no podamos verlas, pero al menos las que vemos, estamos el tiempo que queremos sin que nos metan la bulla de que el autobús espera.

    Saludos

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    1. La zona es interesante y más siendo los alrededores de Benidorm. Yo también he hecho el propósito de no volver a ninguna excursión de ese tipo. Es algo que no tiene nada que ver con las que programa nuestro club de jubilados para un día. Solamente una nos salió muy regular, la de Estella, que no la organizó él sino un hotel de esa ciudad. Ir por libre tiene muchas ventajas y más en la actualidad con los audioguías, pero vamos llegando a una edad en en los viajes largos hay que evitar el coche. Un saludo

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  3. Ya no me sorprende tu capacidad de cicerone culto, pues a los que la falta de circulación sanguínea nos veta acceder a determinados riscos, no solo nos enseñas minuciosamente todo lo interesante que te encuentras en tu deambular por la España turística, sino que alertas a los muchos incautos que a veces nos dejamos guiar por buenos anuncios. En este caso, tengo la sensación de que además de haberte acompañado en esta excursión, me he ahorrado seis u ocho euros, que sin embargo, hubiera pagado gustoso por contemplar los paisajes. Gracias Felipe y un ab.razo.
    Alberto Boutellier

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    1. Es un placer hacerte conocedor de mis "nomadeos". Te ahorraste más porque la excursión ya nos costó otros veinte euros del alma. Un fortísimo abrazo y te deseo un nuevo éxito con tu libro.

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  4. Felipe, muchas gracias por tus recientes chapoteos en la Orilla!
    Vengo a devolverte y agradecerte las mismas. Y bueno, porque aunque no nos hayamos visitado antes, en realidad ya somos viejos conocidos de tanto encontrarnos en las casas de amigos comunes...!

    Esta zona que nos muestras con tan bellas fotografía, bien merece una escapadita.
    Gracias por compartir experiencias tan relajantes!

    Un abrazo!
    ;)

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    1. Es un verdadero placer, Edurne, tal es así que me he permitido poner tu blog como recomendado en mi sidebar, así veo cuando publicas una nueva entrada. Un fuerte abrazo

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  5. Aunque he estado un par de veces en Benidorm, en realidad no me acuerdo de casi nada, por ello te agradezco tu entrada ya que me ha recordado alguna cosa que había olvidado. Hecho de menos un guía turístico como tu, al que hubiera hecho infinidad de preguntas en la visita. Entonces las audioguías, no existían.
    Saludos

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    1. Benidorm es una horrible ciudad, llena de rascacielos, sin embargo es agradable la estancia para descansar durante los meses que no son temporada de verano. A mi me gustan algunos de los pueblos de los alrrededores. Bo es que yo sea un buen guía, simplemente me tengo por observador. Un saludo

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  6. Con buen tiempo todos los paseos son más agradables, pero hasta las nubes dan un cierto encanto a estos parajes que nos muestras. Espero que no te encaramaras a esas rocas.
    Gracias por regalarnos esta experiencia, Felipe.
    Un abrazo.

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    1. Los cielos nublados también tienen su encanto. Subí más alñto que esas rocas pero por unas escaleras relativamente cómodas, pero numerosas. A nuestra edad estas cosas nos pesan un tanto. Un fuerte abrazo

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  7. ¿Te imaginas qué claustrofobia dentro de esa cárcel? menos mal que los chorros de agua invitan a beberla y dan sensación de libertad.
    Estas son las cosas del turismo... que te muestran algo pero luego te orientan hacia otro lado...!!!! El negocio amigo Felipe, el negocio. Besos mil desde un frío Cáceres.

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    1. Y la humedad con el aljibe tan cercano. El dinero es el dinero, pero a este paso matarán la gallina de los huevos de oro. Según mi hijo habéis tenido algunos días buenos, aquí todavía estamos por verlos. Muchos besos

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  8. Me pasa como a uno de tus seguidores. También yo he estado por esos lugares sin percatarme de semejantes bellezas. Contigo de guía era una verdadera maravilla, tanto como las preciosas fotografías que nos muestras. Es una gozada seguirte a través de tu blog. Un abrazo.

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    1. Pues hay que fijarse, Dori, hay que fijarse. Se nota que eres de la familia. Un abrazo

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  9. He ido varia veces a Benidorm. Recuerdo una de ellas que
    nos pilló una fuerte lluvia a mi mujer y a mí, en pleno descampado. El coche lo aparcamos con un poco de pendiente hacia abajo. Tuve que entrar al vehículo, sin poder evitar
    una fuerte corriente de agua que bajaba de la montaña. ¡Inolvidable!
    Saludos

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    1. En estos lugares de la costa mediterránea hay que tener mucho cuidado con los espacios donde se aparca. El susto puede ser morrocotudo. No me extraña que lo tengas siempre muy presente. Un saludo

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  10. A mal tiempo, buenas fotografías- Acertada decisión la de disfrutar de esos hermosos parajes que nos muestras aunque el turismo de museos puede ser otra opción.

    Saludos, Felipe.

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    1. ¿Qué quieres que te diga? A mi esos museos de saleros y pimenteros mno me van mucho, la verdad. Un saludo

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  11. Algunas de tus fotos son impresionantes!!
    Abrazo!

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  12. Aunque no tuviste suerte para disfrutar de las playas, es magnífico el reportaje que nos presentas de los alrededores de Benidorm y extraordinarias las fotografías conque las vistes. Enotabuena.

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    1. Aun me bañé cuatro días, el primero entrar y salir, por lo fría que estaba el agua. Hay que buscar alternativas, unas salen bien, pero algunas no merecen la pena. Un abrazo

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  13. Veo, Felipe, que has estado por estas tierras. Hace años que no voy por Guadalest, pero veo que no ha cambiado mucho, a tenor de la fotos que enseñas. Es un lugar muy pintoresco y agradable. Un abrazo.

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Tu comentario es bien recibido aunque sea anónimo. Muchas gracias por tu atención.

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