El viejo impresor se dirigió al lugar donde
guardaba todos los objetos en desuso que habían formado parte de su existencia:
la primera prensa, la primera guillotina, la primera linotipia… y las cajas de
letras y más letras. Compañeras imprescindibles y abrumadoras, pesadas como el
plomo, testigos de los sucesos que habían jalonado su vida a lo largo de los
años; las nuevas tecnologías y la informática las habían vuelto obsoletas.
Recordó, con nostalgia, el momento en que él, aquél joven cajista de imprenta, dio
el gran salto y se transformó, durante décadas, en un editor de éxito. Se
dirigió a un cajón situado sobre los vetustos anaqueles. Levantó con emoción la
tapa y rozó, con dedos ansiosos, aquellos caracteres envejecidos. La tinta estaba seca y las letras a salvo del
polvo y del moho. Tomó en sus manos una de ellas, se caló las lentes y, con
ojos húmedos, leyó: “A seis de mayo de 1972, se servirá usted pagar, a la orden
del Banco Industrial de Bilbao, por esta primera de cambio, no habiéndolo hecho
por la segunda, la cantidad de dos mil pesetas, valor recibido que sentará
usted en cuenta según aviso de su seguro servidor”.
Felipe Tajafuerte
2012
Precioso, Felipe, maravilloso texto de todo lo que cuenta y lo mucho que sugiere. Te felicito.
ResponderEliminarUn abrazo
Has captado perfectamente el sentido del relato. El amor de ese hombre por los dos tipos de letras, unas representan su trabajo, las de plomo, y otras, las de cambio, su esfuerzo por fundar una empresa. Ambas han quedado obsoletas por las nuevas tecnologías. Un abrazo
EliminarMagnífica entrada.
ResponderEliminarDesgraciadamente el ritmo de la vida no tiene piedad ni sentimientos.
Relojeros, carteros, fotógrafos... etc. Caminan por una senda incierta.
Un abrazo.
Sí, además de los instrumentos de trabajo que se han quedado obsoletos, también a los mismos ogficios les ocurre lo mismo. Es el signo de los tiempos. Abrazos
EliminarAun recuerdo cuando siendo un niño mi padre me llevó al periódico Ideal de Granada a ver una linotipia -máquina hoy casi desconocida- y puso mi nombre en unas placas de plomo que luego imprimió.
ResponderEliminarUn abrazo.
Por el camino del progreso y el bienestar hemos ido dejando en las cunetas algunas cosas que hoy día nos parecen inservibles y que, sin embargo, en aquellos momentos, tenían una importancia primordial. Un fuerte abrazo, Emilio
Eliminar¡Hemos perdido tantas cosas que humanizaban más nuestro trabajo...! Es cierto que las nuevas tecnologías han hecho de nuestras vidas y nuestro trabajo, lo que hizo la Revolución Industrial con la aparición de las primeras máquinas, pero la vida es un camino hacia adelante, y muchas veces pagamos un precio demasiado alto por ello.
ResponderEliminarFelipe, pásate por mi blog, Desde mi refugio... hay algo para ti, que espero te agrade.
Un abrazo.
Ahora mismo acabo de leer tu interesante entrada sobre Maltravieso, con tu especial dedicatoria que agradezco. Un cálido abrazo.
EliminarDos tipos de letras que quedaron atrás y que se le han quedado enganchadas en los pliegues de la vida a tu protagonista.
ResponderEliminarSuperándote dia a dia Felipe. Un abrazo
Todos vamos guardando a lo largo de nuestra vida recuerdos que después nos emocionan al evocarlos. Un fuerte abrazo
EliminarLas imprentas antiguas tenían algo mágico, verdad??
ResponderEliminarAbrazo!
Las imprentas , las librerías y algunas cosas más. Un abrazo
EliminarNostalgia en tus letras... hay que ver cómo cambia la redacción a lo largo de los años, hoy los bancos hablan otro idioma.
ResponderEliminarYa ví la riada por Tudela y me acordé de vosotros.
Besos amigo.
Este año el agua no nos abandona, nos van a salir escamas. Besos
EliminarYo pensaba que la letra de cambio era un "invento" más moderno del que acabo de enterarme, "La letra de cambio nace en los finales de la Edad Media" incluso en Medina del Campo hay un monumento a su figura.
ResponderEliminarSaludos
Se supone que la primera se entendió en Milán el 9 de marzo de 1325. Ya ha llovido desde entonces, y más este año. Un saludo
EliminarLas letras han quedado obsoletas con los nuevos medios de pago actuales. A mi gustaba mucho el ruido de las imprentas. Un saludo
ResponderEliminarQué tiempos aquellos, ya no volverán, ni tampoco es necesario. Lo que sugiere estas “letras” es que fueron testigos de otra época y, de una vida.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ambas letras han quedado obsoletas a causa de las nuevas tecnologías que han acabado imponiéndose. Abrazos
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