En otoño lo perdía todo: el reloj, la
cartera, las gafas, el móvil, las llaves… por perder, perdía hasta la memoria
de lo que había perdido. En algunas ocasiones, además del tiempo, incluso había
perdido la cabeza. Últimamente había perdido su empleo en un ERE, su casa en un maldito deshaucio y su mujer en un desastroso divorcio. No obstante, sabiéndose un perdedor, amarraba con fuerza la
esperanza para no perderla.
Felipe Tajafuerte
2013
Pues sí que hay que amarrarla con fuerza, es una de las cosas que se suele perder con cierta frecuencia ¡la esperanza!
ResponderEliminarUn abrazo.
Pero lo más normal es que sea lo último que se pierde. Abrazos
EliminarUna manera de luchar.
ResponderEliminarUn abrazo.
Aunque vengan mal dadas, hay que conservar la esperanza cueste lo que cueste. Abrazos
EliminarEn estos tiempos convulsos nada mejor que una esperanza bien fundada de que vendrán tiempos mejores... y que parirá la becerra.
ResponderEliminarÁngel
Mientras no sea el becerro quien tenga que parir... Un saludo
EliminarHabrá que esperar la primavera, aunque más no sea la que se lleva dentro... y seguir luchando.
ResponderEliminarSaludos
Nosotros tenemos que esperar a que escampe porque nuestra primavera ha sido muy pasada por agua. Un saludo
EliminarPues sí, porque la esperanza es lo último que se pierde. Me ha gustado mucho tu microrrelato, Felipe.
ResponderEliminarAbrazo!
Gracias Zamarat, a la esperanza nos agarramos siempre como último recurso. Un abrazo
EliminarMe ha encantado Felipe, "mientras hay vida hay esperanza". Besicos.
ResponderEliminarDebemos pues tener la esperanza de que ésta nos dure mucho. Besos
EliminarMe me gusta que des voces llamando a la esperanza, ya que parece huir de la situación. Un saludo
ResponderEliminarEfectivamente la esperanza es lo último que se pierde, ya que en la actualidad perdemos poco a poco nuestro poder adquisitivo, perdemos y perderemos todavía más las prestaciones de la pensión de la Seguridad Social, claro que para compensar nos suben, la comida, el transporte, el combustible, el IVA, el impuesto sobre la personas físicas, los medicamentos...
ResponderEliminarSaludos
A pesar de todo ello mantendremos viva la esperanza. Un saludo
EliminarNo se necesitan mas palabras para decirlo, contundente y muy real.
ResponderEliminarVas progresando mucho en los micros. Un abrazo.
Gracias, Chelo, la verdad es que me va gustando cada vez más. Un beso
EliminarAlgunas cosas se pierden y otras nos las quitan.
ResponderEliminarEsperemos que no nos quiten la esperanza.
Saludos.
Habrá que defenderla con uñas y dientes. Un saludo
EliminarEsperemos que no sigamos perdiendo cosas y mucho menos la esperanza. La esperanza es un regalo de la naturaleza, el tesoro de la gente de a pie. No sabríamos vivir sin ella, sin los sueños, sin las ilusiones.
ResponderEliminarUn fuerte y calido abrazo
Estamos en una edad en la que perdemos algunas cosas, por olvidarnos dónde las hemos dejado. Sin embargo la esperanza debemos asirla con fuerza porque, como bien dices, con ella se irían los sueños y las ilusiones. Un fuerte abrazo
Eliminar¡Olé, Felipe, eres grande! Me ha encantado el relato porque tiene todos los ingredientes y la esperanza como contrapunto.
ResponderEliminarUn abarzo
¡Ay, Paco, que me lo voy a creer! Un fuerte abrazo
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