viernes, 31 de mayo de 2013

Lumbier y su foz


No vamos a conseguir este año hacer una excursión con  buen tiempo. Salimos de Tudela con unas nubes plomizas,preñadas de malos presagios, que los cristales tintados del ómnibus convierten en más amenazadoras, si cabe. El amarillo de la colza emerge entre un mar verde que asciende por las laderas hasta esconderse en algodonosos jirones de niebla, adheridos a las cumbres que se intuyen. El limpia parabrisas zigzaguea haciendo desaparecer las pequeñas gotas de lluvia del cristal.

Calles de Lumbier

Llegamos a la población de Lumbier y descendemos del autocar para tomar un tentempié. Afortunadamente no llueve. Tras el refrigerio, nos dirigimos hacia el centro del pueblo para hacer un pequeño recorrido por sus calles. Son  estrechas, con las casas apiñadas, algunas de ellas blasonadas, otras con inscripciones religiosas, numerosas con portadas de arcos apuntados o de medio punto, de tres o cuatro alturas, generalmente la primera de ellas de piedra y el resto de ladrillo.

Un rincón de la plaza

Nos detenemos en la plaza. Cerca de ella, en la calle Mayor, arteria vertebradora de la población, la casa consistorial, el Ayuntamiento más antiguo de Navarra, una edificación renacentista de finales del siglo XV, construido en ladrillo, mampostería y sillería.

La iglesia

Después visitamos la iglesia, cuya torre constituye un bloque prismático. Al entrar nos topamos con un original cristo románico. En el interior, el retablo mayor, barroco, de grandes proporciones.  En un retablo lateral, de estilo romanista, encuentro un relieve de Santa Ana que fotografío. Finalizando el paseo por sus calles observamos el abandonado palacio del marqués de Jaureguizar, llamado Casa Antillón, existente ya en el siglo XV y remodelado en el XVIII.

La Casa Antillón

Abandonamos el caserío y en nuestro autobús recorremos el corto trayecto hasta el estacionamiento habilitado para visitar la Foz.

Entrada a la foz

Iniciamos nuestro paseo por el cómodo camino formado por la antigua vía estrecha del Irati, el ferrocarril eléctrico más antiguo de España, que hacía el trayecto de Sangüesa a Pamplona y estuvo en funcionamiento desde 1911 hasta 1955.

El Irati discurre entre roquedales

Es un recorrido de mil trecientos metros, paralelo al río, con dos túneles, uno de entrada de 167 metros y otro de salida de 206, finalizando en los restos del llamado Puente del Diablo, levantado en el siglo XVI y destruido en 1812 por Espoz y Mina.

Hay algunos remansos

Salida del primer túnel

Al fondo los restos del Puente del Diablo

La Foz de Lumbier es una angosta garganta labrada por el río Irati en las estribaciones de la sierra de Leyre, declarada reserva natural.


El final con el Puente del Diablo

La espectacular geología de sus rojizos farallones, la exuberante vegetación que puebla los abruptos roquedales, las limpias y frescas aguas que esculpen estrechos pasos caprichosos, las oscuras estalactitas incrustadas en las escarpaduras a las que se acercan bermejos ababoles, forman un agreste paisaje de una belleza indescriptible.   


La vegetación surge en los acantilados

Las aguas erosionan la roca

Estalactitas y ababoles


Los buitres leonados sobrevuelan los acantilados vigilando nuestro placentero deambular.  A pesar de que el día está tristón, la hermosura de este lugar no se ve empañada por ello.

Las rocas se nos vienen encima

El aislamiento de este enclave hace que podamos disfrutar de los sonidos de la naturaleza producidos por las aves y el rápido discurrir de las aguas.  


El cauce del Irati

El camino, antigua vía estrecha

Otro compañero, también aficionado a la fotografía, y yo nos vamos quedando rezagados deleitándonos con nuestro hobby.

- Mira, mira aquellos buitres en aquella oquedad -ambos dirigimos nuestros objetivos hacia las alturas.

Buitres en la oquedad

No penetramos en el segundo túnel porque es largo, hay una curva y no se ve ni torta. Unas linternas nos hubieran venido como anillo al dedo, facilitando la consecución del paseo, pero carecemos de ellas. Nos quedamos sin llegar al Puente del diablo, damos la vuelta y retrocedemos por la misma vereda que hemos venido. Estoy exultante con este tranquilo caminar. He estado antes en la foz un par de veces y siempre he sentido un gozo muy similar al de este momento.


Exuberante vegetación en los cortados

Recuerdo la primera vez que realicé este recorrido. Lo hice con el coche, entonces no había ningún impedimento, llegando por este camino hasta la vieja estación de Liédena.  Hoy día no existe esa posiblidad, es obligatorio dejar los vehículos en el estacionamiento de la entrada. Creo que se ha ganado mucho y no solamente por motivos ecológicos, sino también porque resulta una excelente y tranquila andadura.

Desde el segundo túnel

Subimos a nuestro autobús para acercarnos hasta Aoiz donde tendrá lugar el almuerzo y, ya por la tarde, la visita al pantano de Itoiz. Durante la breve duración del viaje, se me ocurre que el destino de Lumbier es el de permanecer siempre encubierto por el esplendor de su foz. No creo que les preocupe demasiado.

Regresando por el mismo camino

A pesar de que el tiempo no es un buen acompañante, la excursión está resultando muy satisfactoria. Tendremos que proponer que, además de ajustar el restaurante, en estas ocasiones, se debiera contratar también la meteorología. 

Impresionante de verdad

Esta entrada se sustenta en algunas de las numerosas fotografías realizadas durante esta visita, porque es muy difícil, yo diría que poco menos que imposible, describir con palabras este paisaje tan espectacular.


miércoles, 29 de mayo de 2013

Sin previo aviso



Te fuiste sin avisar
en tarde de primavera
dejando fluir tu sangre
cálida en la carretera.

Dos años han ya pasado
y el recuerdo nos espera
en la vuelta del camino
de la vida. Desespera
el pensamiento de nunca
encontrarte a nuestra vera;
y tratamos de olvidar
esta angustia que impera.
A veces lo conseguimos,
pero siempre reverbera.

Gracias que el tiempo mitiga
esta sentencia certera
para tus hijos, familia,
tus nietas y compañera.
Descansa tranquilo hermano
tu esposa se recupera
de su dolor poco a poco,
tu cruel ausencia supera.

Y llegará el día ansiado
en que, firme -¡Dios lo quiera!-
sin olvidarte, su vida
un nuevo sentido adquiera.




Felipe Tajafuerte

2013

En el segundo aniversario de la muerte de mi hermano

viernes, 24 de mayo de 2013

Mirada sobre Itoiz


En una ocasión había contemplado el embalse a medio llenar desde la presa auxiliar, por esta razón tenía verdadero interés en esta visita a la presa principal del otrora polémico pantano de Itoiz. Después de comer en la villa de Aoiz, disfrutamos del espectáculo lumínico de su iglesia parroquial de San Miguel donde admiramos un magnífico retablo que combina partes del siglo XV del escultor euskaldún Juan de Anchieta, en una estructura barroca de Juan Tornés del siglo XVIII, pìntado y dorado por Pedro de Rada.

Retablo de Juan de Anchieta en la iglesia de San Miguel
También vemos un hermoso cristo del mismo Juan de Anchieta y una pila bautismal policromada del siglo XV.

Pila bautismal del siglo XV

A la salida del templo nos asomamos a un mirador sobre el río Irati cuyas orillas salva un bonito puente medieval. En la margen derecha, aguas arriba, unos pequeños huertos muy bien cuidados en los que clarean algunos invernaderos de plástico.


El puente medieval

Subimos al autobús y nos dirigimos al cercano embalse. Los más de ciento veinte metros de altura de la presa desde su base y los más de quinientos de anchura me impone. Accedemos al edificio de oficinas donde, en una salita, ocupamos una especie de pupitres. Nos facilitan un folleto con los datos ténicos de extensión, capacidad, situación, esquemas etc. y nos invitan a ver  un vídeo sobre las fases de construcción y a plantear las cuestiones que deseemos. Hacemos caso omiso de la proyección y las preguntas no tardan en llegar una tras otra y de toda índole. Poco a poco, nos vamos haciendo una composición más exacta de esta magna obra. 


Nos cuentan que la construcción comenzó en 1993 y debiera haberse terminado en 1997, sin embargo se prolongó hasta 2003 a causa de numerosas contrariedades, incluido el sabotaje. El costo se disparó hasta los 180 millones de euros, el doble de lo presupuestado, debido al aumento de precios por el tiempo prolongado, el sabotaje de los blondines y otros motivos diversos. Según nos manifiestan, el Gobierno de Navarra indemnizó con la misma cantidad tanto a los propietarios como a los arrendatarios de las fincas inundadas. El embalse en la actualidad está al 93% de su capacidad y bajo sus aguas se esconden cuatro pueblos, entre ellos Itoiz que da nombre al pantano. 

El pantano al límite de su capacidad
Las respuestas más solicitadas se refieren a la seguridad de la obra y los movimientos sísmicos de la zona. El técnico que nos atiende no escamotea ninguna de ellas. Afirma que se ha construido muy por encima de la normativa para la zona y, en caso de una hipotética rotura del muro por un terremoto de excepcional magnitud, las poblaciones que pudieran verse afectadas ya no existirían puesto que habrían sido destruidas anteriormente. A pesar de ello, añade, el miedo es libre y contra ello poco se puede hacer.

Le inquiero si el profesor Antonio Casas, de actualidad en estos momentos como consecuencia de sus alarmistas declaraciones sobre Yesa, es el mismo que emitió un informe muy desfavorable a petición de la Coordinadora anti Itoiz. Me responde que sí, que el geólogo Antonio Casas y el ingeniero Rebollo se cubrieron de gloria con ese informe. En su opinión, hicieron el ridículo ya que, como estaba previsto, no se han producido ninguna de las catástrofes pronosticadas al efectuar su llenado. Es más, cuando en toda Navarra se están produciendo, a causa de las abundantes lluvias de este año, numerosos deslizamientos y desprendimientos, las laderas y la presa de Itoiz han permanecido inalterables. 


- ¿A qué debiéramos tener miedo ahora? -pregunta alguien de los asistentes.

- A que no llueva. -responde con toda naturalidad tras pensarlo unos instantes.

A continuación nos dirigimos al pie de la presa para realizar un recorrido por las galerías interiores de la misma. Semejan un verdadero laberinto, están secas y bien iluminadas. Por unos canalillos laterales discurre una pequeña cantidad de agua procedente de unos tubos que, cada tres o cuatro metros, salen de las bóvedas. Hay corriente de aire y hace frío. Sobre nuestras cabezas más de cien metros de altura de hormigón.

Las tripas de la presa

Una de las salidas al exterior
Llegamos a la cámara de válvulas y a través de un orificio en el suelo podemos observar el agua que fluye por uno de los desagües de fondo con una ligera apertura. Nos informan de los controles y maniobras que realizan manualmente para asegurarse de que funcionan a la perfección. Tras el muro de de hormigón de cinco metros de grosor tenemos el agua embalsada.

Observando pasar el agua por los desagües

Sala de válvulas

A la salida, a mi pregunta de por qué, a diferencia de otras presas que he visto, ésta permanece totalmente seca. Me responde que en Itoiz el hormigón es vibrado, no compactado, y por esta causa tiene forma de talud y no de escalones. 


Abandonamos las galerías

En el talud, la tubería para la toma de la central hidroeléctrica
Nuestro autocar nos sube a la cota de coronación por la margen izquierda y nos lleva al centro de la presa. Desciendo para hacer unas fotos y siento frío. Un mar se extiende ante mis ojos. El cielo está de un gris plomizo y el viento encrespa las aguas y levanta olas que golpean contra el muro produciendo una sensación térmica más baja de los once grados imperantes. Me olvido del vértigo y me traslado al lado contrario, sobre el aliviadero. Ahora es un abismo verde lo que tengo bajo mis pies, donde discurre con reflejos de plata el río Irati serpenteando hacia las foces de Arbayún y Lumbier. 

Todo un mar

En el fondo, el Irati se aleja
Subimos a nuestro autobús para iniciar el regreso a Tudela. Por el camino trato de digerir toda la información acumulada. Personalmente lo escuchado me ha dejado razonablemente tranquilo. No se si es que soy un insensato o me relaja el saber que mi domicilio está lo suficientemente alejado de esta enorme masa de agua acumulada. Es muy probable que alguno de nosotros se sienta seriamente preocupado. Como nos han dicho, el miedo es libre. 


lunes, 20 de mayo de 2013

Un nuevo basajaun

Durante una de las clases del taller de escritura creativa, nuestro profesor, Pepe Alfaro, nos puso como ejercicio el hacer un microrrelato basado en un personaje mitológico  incardinándolo en la coyuntura actual. Yo en ese momento estaba enfrascado en la lectura de la novela de Dolores Redondo El guardián invisible. Influido por la temática de la ficción, se me ocurrió relacionar ambas cosas, y surgió este relato gravitando sobre el basajaun,  al que se alude en la citada novela. Es éste un personaje fantástico de la mitología vasco navarra, protector de los bosques y los rebaños,  anunciador de las tormentas, cual arcaico meteorólogo, y avisador, mediante sus aullidos, de la llegada de los temidos lobos. 

Quiero dedicar esta entrada, con todo mi afecto, a mi amiga virtual Nerim, una magnífica escritora vasca, catalana de adopción, que tantas satisfacciones me da al leer tanto los relatos que publica en su blog Cajón secreto, como los reflexivos  y amables comentarios que hace de los míos. Aquí os presento el micorrelato de marras:

Un nuevo basajaun
Es un secreto a voces que tu carácter ha cambiado. Ya no eres el señor benéfico y protector de los bosques que todos conocíamos. Cierto es que tu envergadura es enorme y tu larga cabellera sigue llegándote más abajo de las rodillas, cubriendo tu cara, tu pecho, tu vientre y tus bien dotadas vergüenzas. Lenguas viperinas me han dicho que, persiguiendo a una lamia rubia, de cuyas grandes tetas estás prendado, el pié derecho se te quedó aprisionado en el cepo de un cazador furtivo, y tuviste que sustituirlo tú mismo por una gran pezuña circular, ya que, según cuentan, no eres amigo de médicos. Desde entonces te levantas con el pie izquierdo y tienes un humor equino. Sin embargo, lo más inaudito ha sido la pérdida de tu tradicional y abnegada función de pronosticador de tormentas y avisador de presencias lobunas con grandes aullidos. Así nos ha ido. Sin previo aviso, se nos ha colado una espantosa tempestad, alimentada por un hediondo vendaval corrompido, y los lobos carroñeros campan por sus respetos a lo largo y ancho de nuestra piel de toro. Tampoco podemos ya permitirnos dejar, como antaño, el pan para que lo recojas. ¡Hasta en eso debemos economizar!
 Felipe Tajafuerte
2013



domingo, 12 de mayo de 2013

El guardián invisible

Para los lectores amigos de la novela negra o de intriga esta es una obra que, con toda seguridad, colmará sus expectativas.

"Ainhoa Elizasu fue la segunda víctima del basajaun, aunque entonces la prensa todavía no lo llamaba así. fue un poco más tarde cuando trascendió que alrededor de los cadáveres aparecían pelos de animal, restos de piel y rastros dudosamente humanos, unidos a una especie de fúnebre ceremonia de purificación. Una fuerza maligna, telúrica y ancestral parecía haber marcado los cuerpos de aquellas casi niñas con la ropa rasgada, el vello púbico rasurado y las manos dispuestas en actitud virginal."

Así comienza esta novela en la que el atinado retrato psicológico de los personajes, las poéticas descripciones del incomparable marco del Valle del Baztán en Navarra, una compleja trama y la sensación de una invisible e inquietante presencia en las investigaciones componen los ingredientes necesarios para sumergirnos en una lectura apasionante que nos hace devorar sus páginas envueltas en el verde frescor de los bosques donde tienen su morada el basajaun, la diosa Mari, las lamias o las sorginak, en una sorprendente mezcla de magia y realismo.

Amaia Salazar, inspectora de la policía foral, se enfrentará, a lo largo de sus algo más de cuatrocientas páginas, con el encargo de esclarecer las muertes, en extrañas circunstancias, de unas niñas del valle, ocasionadas por un asesino en serie, y a las fobias que le causa el regreso a su tierra natal al rememorar su traumático pasado.

El río Baztán en Elizondo (Navarra)
En El guardían invisible la lectura es fácil y engancha desde el primer párrafo, acuciándonos el deseo de saber qué es lo que va a ocurrir en la siguiente página. El desenlace es lógico y sorprendente a la vez,  y cuando llegamos al final deseariamos continuar leyendo. Es lo que ha pretendido, y conseguido, la autora ya que se trata de la primera entrega de la anunciada trilogía del Baztán.

Con el transcurso del relato he recordado con agrado mis paseos por ese maravilloso valle durante mi breve estancia en Lekároz,  las sosegadas vacaciones con nuestros hijos en el Hotel Baztán, los recorridos  por la calle Santiago, al igual que Amaia, el tranquilo deambular al amparo de las casitas de Elizondo cuajadas de hortensias, y los bosques circundantes impregnados de la misteriosa mitología vasco navarra, lugares donde se desarrollan los hechos de la novela.

Presentación de "El guardián invisible" en Tudela
Dolores Redondo, natural de San Sebastián, residente en Cintruénigo, villa de la ribera de Navarra, ha pasado, en un breve lapso de tiempo, de presentar sus relatos cortos y cuentos infantiles en los concursos regionales, a ver cómo las editoriales más importantes de Europa y América se disputan su obra gracias a la buena acogida que tuvo en la feria de Frankfurt de 2011. Se ha comenzado a publicar este año en las cuatro lenguas españolas y se ha traducido a quince idiomas diferentes. Actualmente es el libro más vendido en el Círculo de Lectores, habiendo sido considerada en la fiesta de San Jordi en Barcelona como la novela revelación. Es autora también de Los privilegios del ángel.

El productor Peter Nadermann trata de repetir con los crímenes del Baztán el éxito conseguido con la trilogía Millenium, de Stieg Larsson, para lo cual se ha apresurado a adquirir los derechos cinematográficos de esta novela. 

Dolores Redondo firmando mi ejemplar

El día dieciocho del mes pasado, estuve en la presentación de este libro, por parte de su autora, en el Centro Cultural Castel Ruiz de Tudela. El acto resultó agradable y distendido. Las manifestaciones de Dolores fueron muy cercanas, muy del agrado de los asistentes. Adquirí un ejemplar y solicité su firma a lo cual accedió gustosamente. Hace unos días concluí esta novela, cuya lectura que me ha proporcionado un grato y refrescante entretenimiento.

Entradas relacionadas:
Legado en los huesos
Ofrenda a la tormenta

jueves, 9 de mayo de 2013

Época de verduras



                   

                      Tiempo es de hortalizas que tanto bien hacen

                      a nuestro organismo. Verdes alcachofas,
                   
                      habas y ajos tiernos, espárragos blancos,

                      guisantes lozanos y borrajas suaves

                      que en cercanos huertos se cultivan para

                      surtir nuestras casas de ricas verduras.

                      Campos de Tudela que, con los productos

                      del fértil terruño que el mítico Ebro

                      riega con primor, dais vida a vergeles

                      seguid aportando vuestros exquisitos

                      frutos para que mantengan incólume

                      su gran calidad las gloriosas huertas.



Felipe Tajafuerte
2013

lunes, 6 de mayo de 2013

La Torre Monreal

Hoy salgo a dar un paseo muy cerca de casa para acercarme hasta la Torre Monreal. Subo una empinada cuesta con escaleras en la parte derecha que me hace jadear por el esfuerzo; la jodida es corta pero exigente. Al llegar arriba, desecho la calle que conduce al barrio de Lourdes y giro a la derecha tomando un camino asfaltado entre pinos que, en unos metros, me sitúa junto a un torreón anclado en una terraza natural  en un claro del arbolado.

Unas barandillas de hierro protegen al visitante de una inoportuna caída por la abrupta pendiente. Me acerco dejando a mi espalda la fortaleza para contemplar, a mis pies, una panorámica espectacular:  la ciudad con su caserío, la nave de la catedral con sus ventanas ojivales y sus torres,  destacando sobre ellas la renacentista con su remate octogonal,  a lo lejos el monumento al Corazón de Jesús en el cerro de Santa Bárbara con los brazos extendidos, el río Ebro y en lontananza las Bardenas, inusualmente verdes.

La catedral, al fondo las Bardenas y entre ambas el Ebro
Doy una vuelta en derredor de la fortificación. Se trata de un torreón octogonal, de tres plantas, más una soterrada donde se encuentra el aljibe. Los tres cuerpos visibles son de piedra y ladrillo con remate almenado. Esta forma actual data de la reconstrucción efectuada durante la guerra carlista de 1873, ya que el edificio original era rectangular. A pesar de que la tradición tudelana asegura ser de origen árabe, no existe noticia de ella hasta el año 1237, por lo que la opinión que se impone, avalada por las excavaciones de 1984 y 1985, es la de que se trata de una fortaleza construida por los cristianos para atacar a la ciudad de Tudela, a la sazón en poder de los árabes.

Arriba de la torre el cubículo del tubo de la cámara oscura
La torre enclavada en la cima de un cerro cercano a Tudela es citada en antiguos documentos como "Torre del Mont Real", "Monte Real", "Montis Realis Tutele", o "Turris Monte Regalis", lo que nos da una idea clara del origen de su nombre. En otros documentos figura como la torre en el pueyo de Sancho, junto a la horca. Ha sufrido numerosas  reconstrucciones a lo largo de los siglos, la última en el año 2007 que se habilitó para su visita, como una especie de centro de interpretación de la zona, limpiando el aljibe e instalando una cámara oscura en el último piso.

La torre en un bonito entorno

Entre las diversas leyendas tudelanas figura una que sostiene que un pasadizo une esta atalaya, por debajo de la ciudad,  con el castillo situado en frente, en el cerro de Santa Bárbara, inexistente en la actualidad. En un lugar recóndito de este subterráneo se encuentra escondido el fabuloso tesoro del rey Sancho VII El Fuerte, el de las Navas de Tolosa.  Como es lógico, nunca se ha encontrado la abertura de este túnel ni, por supuesto, el tesoro.


Hasta el Corazón de Jesús dicen que llega el pasadizo
Recuerdo cuando, en nuestra niñez, jugábamos en este lugar, cercano a una cuesta que entonces se llamaba Cañada de la horca. La torre se encontraba medio derruida, vacía por dentro, y solamente se veía alguna viga de madera. Del aljibe no había ni rastro, puesto que el interior estaba lleno de escombros. Estaba hecha una verdadera ruina, sin embargo hoy da alegría verla tan limpia y acicalada en un bonito entorno.

Interior de la torre
Tomo un ticket y me uno a un grupo para visitarla por dentro. Es muy reducida, apenas setenta metros cuadrados. Hay unos paneles informativos de la historia de Tudela. Por unas escaleras de caracol metálicas, ubicadas en el centro, descendemos al fondo del aljibe, de forma circular, vacío y totalmente seco.

La escalera  de caracol
Por la misma escalera ascendemos hasta la planta intermedia. Solamente hay unos paneles con la historia de la torre. Parece ser que existe el plan de instalar aquí un pequeño museo con ropajes y utensilios de época, pero las arcas municipales están exhaustas y el proyecto duerme el sueño de los justos. Esperemos que no sea hasta el día del juicio final.

La cámara oscura
Subimos a la tercera y última planta donde está instalada la cámara oscura. ¡Y tan oscura! Todo es negro excepto la pantalla blanca a modo de una mesa cóncava. Sobre ella, en el techo, el tubo con salida al exterior, a modo de periscopio, donde se encuentran las lentes y los espejos que nos van a dar a conocer Tudela a vista de pájaro, en tiempo real. Vemos todo el ajetreo de la ciudad, los vehículos circulando, las aspas de los aerogeneradores moverse, una señora tendiendo, aves surcando el cielo, todo ello a nuestro alcance, sobre la mesa.

La ciudad en la pantalla
Vemos los monumentos del Corazón de Jesús y de María, frente a frente, en dos cerros separados por la ciudad. Un niño pregunta:

- Están la madre y el hijo, pero ¿donde está el monumento del padre, de San José?
- Niño, ya te irás dando cuenta de lo poco que pintamos nosotros -le digo yo-.


La primera vez que vi este artilugio fue en Cádiz, en la Torre Tavira y después en Lisboa, en el castilllo de San Jorge. En España solamente hay ocho cámaras oscuras y una de ellas la tenemos nosotros. Me contaron de un matrimonio de una localidad cercana que, estando de vacaciones en Cádiz, fueron a ver la cámara de la Torre Tavira. Allí escucharon estupefactos que tenían una semejante en Tudela, a cuatro kilómetros de su pueblo y no se habían enterado. 

Haciendo mis pinitos al mando del artilugio

Finalizada la visita a la Torre Monreal, nos dirigimos, para completar el programa, hacia la Casa del Almirante de la que ya hice una entrada anteriormente y después al palacio del Marqués de San Adrián. Para no extenderme demasiado, dejo para otro momento el relato de lo que que vimos en ese palacio, sede de la UNED de Tudela.      

Entrada relacionada:
La Casa del Almirante

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