jueves, 28 de febrero de 2013

¡Se jodió el invento!

Camino de Ablitas
La ilusión con la que el día trece de enero pasado me uní a mis compañeros iniciando los  intensivos entrenamientos para presentarnos el próximo día diez de marzo en el Castillo de Javier, en las condiciones más idóneas posibles, se me vinieron abajo este pasado domingo día veinticuatro de febrero.

El día precedente me había informado de que, a causa de las lluvias caídas durante la semana, se había modificado el itinerario y, en lugar de caminar hasta el Santuario de Sancho Abarca, transitando por las rutas embarradas de la Bardena Negra, tomaríamos el camino de Mosquera hasta El Bocal, almorzando en el huerto de un componente del grupo, durante nuestro retorno a través de la senda de la finca del Carrizal, por el meandro .

Salí de casa bien pertrechado de ropa de abrigo y paraguas, con tiempo más que suficiente para reunirme en el sitio previsto para la salida. El día estaba muy frío, con rachas de unos copos de nieve finos y duros cual si se tratase de granizo.  A escasos cien metros de mi casa, un pinchazo en la cadera, encima del glúteo derecho, me dejó clavado. A trancas y barrancas intenté llegar a la cita pero, cuando llegué, los vi alejarse por el Paseo del Prado. Se habían cumplido sobradamente los minutos de cortesía en la espera.

Volví a casa arrastrando la pierna, descansando cada diez metros, dolorido, demudado y más extenuado que si hubiera hecho la marcha.  Me tendí encima del lecho, tal cual, en espera de la llegada del médico de urgencias a quien había llamado mi esposa. Como aperitivo me clavó dos inyecciones, una de ellas de Nolotil y otra con medio Valium, imponiéndome un tratamiento a base de Nolotil y Myolastan.

Mi santabárbara actual
El miércoles, en vista de la nula mejoría, me visitó mi encantadora médico de familia que me inoculó una inyección de Celestone Cronodose, con la promesa de obsequiarme con otra a los dos días, y me modificó el tratamiento. La mejoría se ha hecho notar, pero aquí estoy encamado, como los conejos. La irrupción de esta inoportuna neuritis ciática se ha llevado al traste mis previsiones para la peregrinación de este año. Además ha hecho que se incremente el número y colores de las pastillitas cotidianas. Ahora, junto con las rosáceas para la tensión y las bicolores del omeprazol, tengo unas blanquicas de tramadol/paracetamol y unas grises de Gabapertina, éstas me han dejado acojonado al mirar el prospecto y ver que se utilizan también en los ataques de epilepsia. ¡Joder, no se por qué leo estas cosas!

¡Qué bonitas las pastillicas!
A pesar de todo tengo la esperanza de hacer la Javierada de una u otra forma, los días de cama dan mucho de sí y más o menos la tengo ya perfilada, dedicada más bien a la fotografía y a la gastronomía. Confío en que el próximo día diez de marzo podré unirme al grupo de Tudelanos por Javier, hacer andando los seis kilómetros del via crucis y visitar la basílica del santo patrón de Navarra. Y, por supuesto, asistir a la traca final de la comida de despedida en la bodega murchantina. El que no se consuela es porque no quiere.

En la Javierada del 2011
Otro daño colateral ha sido mi falta de asistencia a la clase en el taller de escritura creativa de Pepe Alfaro. A pesar de ello le he remitido mis deberes, incluyendo una espinela, con el condicionado impuesto obligatoriamente: completar los versos manteniendo las terminaciones preestablecidas marcadas con negrita, en ese mismo orden y no tratarse de un tema amatorio. Estas terminaciones fueron formuladas aleatoriamente por los alumnos asistentes. De propina, añadí esta otra que compuse alusiva al caso, con la misma normativa, y justificando mi ausencia:

                           Veinticuatro de febrero.
                           Precisamente este día
                           una ciática me hería
                           y me postraba primero
                           como fatal mensajero,
                           golpeado por un bastón,
                           con saña, sin emoción.
                           De este mal pronto queriendo
                           sanar, para estar moliendo
                           poemas del corazón.

No estaba muy inspirado que digamos ese día, pero es lo que hay.

domingo, 24 de febrero de 2013

Pinturas


Tudela, "museo" del mejor arte urbano. Este titular de un artículo del Diario de Navarra llamó poderosamente mi atención y continué leyendo un tanto sorprendido:

"París, Londres, Madrid, San Francisco... y Tudela. La capital ribera ha inscrito su nombre entre las grandes ciudades del mundo gracias a su apuesta por el street art o arte urbano -estilo considerado la evolución del graffiti-. Así ha sido reconocido por el portal de viajes de elmundo.es, que incluye a Tudela entre los referentes mundiales de este arte. 

Este logro tiene su origen en 2010, año en que la ciudad acogió la primera reunión internacional de artistas de arte urbano. Desde entonces han sido ya tres las ediciones de este ciclo, denominado Avant Garde, en las que han participado algunos de los mejores artistas mundiales"

Allá por el año 2006 contemplamos en una pared de la calle Magallón, junto al palacio del marqués de San Adrián, sede de la UNED, un gran busto dibujado a carboncillo del popular personaje tudelano Luis González "El Jabonero" que ocupaba los tres pisos del edificio. Fue muy comentado pero sin darle una gran importancia. Este mural,  plasmado en la pared de una casa en rehabilitación, desapareció en un par de años y, según tengo entendido, el autor fue el cubano-estadounidense Jorge Rodriguez Gerarda.

2006. Jorge Rodríguez Gerarda en la calle Magallón
Ese debió de ser el comienzo. En la actualidad vienen artistas de todo el mundo que han encontrado en el Casco antiguo de Tudela el lugar perfecto para plasmar sus obras, convirtiendo los rincones de nuestra vieja ciudad en un museo al aire libre, logrando recuperar zonas muy degradadas de ella puesto que les sirven de lienzo las tapias de edificios abandonados, las paredes de locales públicos, las fachadas particulares y cualquier otro lugar recóndito. 

Dada la mi curiosidad por todos estos temas, he cargado con mi cámara fotográfica, compañera inseparable de fisgoneos, y me he puesto en marcha para dar un repaso a este museo gratuito. Como una imagen vale más que mil palabras os dejo el reportaje gráfico comentado de mi recorrido por las calles de Tudela. 
  

Comienzo por los lugares más cercanos a mi domicilio: el Paseo de Pamplona, la calle de Santiago y la Plaza de San Francisco. En realidad se trata de un solo edificio, el antiguo convento de San Francisco que más tarde fue cuartel de sementales, cárcel, comisaría de policía y futura sede de la casa de cultura proyectada por Rafael moneo. En la fachada del paseo una gran mural bicolor, obra de Sam 3. En las otras dos fachadas dibujos del madrileño Suso 33.


2010. Sam 3 en el Paseo de Pamplona  
2011. Suso 33 en la Calle de Santiago.
2011. Suso 33 en la Plaza  de San Francisco

Voy a  las calles del Fosal y Hortelanos. En la primera un "cantaor" cuyo autor es Miles Mac, de Los Ángeles, conocido como El Mac. En Hortelanos un mural, más bien letrero, del italiano Filippo Minelli.

2011. El Mac en la calle del Fosal

2011. Filippo Minelli en la calle Hortelanos
Por Cárcel vieja llego al pasaje de las Aldabillas y de ahí a la Plaza de Jehuda Ha-Leví. En el pasaje contemplo dos murales con muchísimo colorido, uno de ellos una cabeza de mujer del parisino Christian Guémy que firma como C215, el otro la figura de un extraño pájaro del español Sixeart.


2012. C 215 en el Pasaje de las Aldabillas
2012. C 215 en la Plaza de Jehuda Ha-Levi








2010. Sixeart en el Pasaje de las Aldabillas
En la Plaza, entrado a la izquierda el perfil de una adolescente también de C215, unas flores que trepan y, al fondo un candado, estos últimos murales del valenciano Escif. A la derecha de esta plaza una tipografía del estadounidense Max Rippon (Ripo).

2012. Escif en la Plaza de Jehuda Ha-Leví.

2012. Escif en la Plaza de Jehuda Ha-Leví

2012. Ripo en la Plaza de Jehuda Ha-Leví
Me dirijo a la calle Herrerías por la calle del Pasaje, en la que me topo con un grifo del que mana un agua multicolor, firmado por el bonaerense Stencil & Run Don't Walk. En el cruce de aquella con la calle Descalzos, en la pared que quedó al descubierto por el derribo de una casa se encuentra otro rostro de mujer del antes mencionado Jorge Rodríguez Gerarda.

2011. Stencil & Run Don't Walk en la calle del Pasaje

2010. Jorge Rodriguez Gerarda en la calle Herrerías
Al llegar a la Plaza del Cofrete me encuentro con un estallido de colores en las fachadas de una casa particular, pintadas por el californiano Joachin Ixcalli, conocido como JCHM IX. 

2012. JCHM IX en la Plaza del Cofrete
Más adelante, en la Plaza de San Salvador, en la confluencia de las calles Calahorra y Tres esquinas hay otro dibujo en una casa derribada cuyo autoría no he podido averiguar.

2011. En las calles de Calahorra y Tres esquinas
Para finalizar, al pasar por el aparcamiento del Liceo he visto un mural realizado por algún artista local en homenaje a un muchacho fallecido. 

En el aparcamiento del Liceo
Este ha sido mi recorrido por este museo ciudadano. No soy ningún experto ni muchísimo menos pero, con independencia de  los gustos del personal, tengo que reconocer que, por lo menos estas pinturas, no son comparables a las guarrerías de esos pseudo artistas que estamos acostumbrados a soportar en todas las ciudades. 

martes, 19 de febrero de 2013

Celebración en la prejavierada

El grupo en Ribaforada
Continuamos con los entrenamientos precisos para alcanzar la forma debida con el loable fin de realizar la javierada sin excesivos problemas. A lo largo de estos últimos domingos hemos hecho diversos recorridos hasta las poblaciones de nuestro entorno. Unos días con mejor o peor tiempo pero todos ellos con buen ánimo y suficiente apetito para dar buena cuenta de los colmados almuerzos que nos han ido brindando en Cascante, Ablitas, Ribaforada y Tulebras. El domingo pasado la caminata fue por Barcelosa, con un número menor de caminantes debido a los carnavales. Tres horas de ejercicio rompepiernas, causado por los numerosos toboganes del camino, para finalizar con otro ágape en la peña La Teba.

En este tercer domingo de febrero hemos salido hendiendo la fría niebla de la alborada. Ebro, que sigue bajando furo,  ruge bajo nuestros pies al atravesar el viejo puente hiriendo sus piedras milenarias. Tomamos a la izquierda el camino de Traslapuente por la orilla del río en dirección contraria a las aguas. Me enfundo los guantes, me calo la gorra con orejeras y me anudo bien la bufanda porque el frío se deja sentir. Las alcachofas y los cardos doblan la cerviz.  Pronto entro en calor. Las féminas, en cabeza, han impuesto una marcha exigente. Dejamos atrás los términos de Carramurillo y Las Norias, este último con el agua embalsada que se ha filtrado al estar a nivel más bajo que el cauce.

Caminando por la Bardena

Giramos y abandonamos el curso fluvial dejando a nuestra izquierda el término de Soladrón hasta alcanzar la carretera de Pamplona junto al Ventorrillo. Cruzamos la calzada internándonos en las Bardenas Reales de Navarra por Valdetellas. Más adelante atravesamos otra carretera, la de Tudela a Ejea de los Caballeros, junto una especie de palets de madera anunciadores de un hotel en plena campiña bardenera. El verde gris de una gran plantación de alcachofas se pierde en lontananza. Me rezago para hacer fotografías a pesar del color plomizo de la mañana.

Plantación de alcachofas

Curioso letrero de un original hotel

Pasamos junto al original y un tanto extraño hotel galardonado con veintiséis premios de arquitectura e interiorismo. Mis compañeros, adelantados, se multiplican en el reflejo de una charca formada junto a  una corraliza. Giramos nuevamente con dirección a la ciudad por la cañada hasta llegar a la carretera de Tudela a Tauste para finalizar en la de Pamplona de nuevo, junto al puente del Ebro, donde está situado el huerto de Los Castillos en el que estamos invitados a un generoso yantar. Dos horas de camino nos han abierto el apetito.

Por la cañada

Nuestros anfitriones, compañeros de fatigas andariegas, nos obsequian con un copioso festín. En la mesa ya tenemos preparados unos excelentes pinchos de anchoas, elaborados por Manolo, chorizo y queso con dulce de membrillo, además de unas apetitosas tostadas de pan con ajo y aceite. Sin sucesión de continuidad van apareciendo, recién escamoteadas a las brasas, salchichas, panceta, papada y chistorra. La bota de vino, impúdica, se deja estrujar por todas las manos.

La bota no está ociosa

Mari Paz y Enrique, como en años anteriores,  han querido celebrar con nosotros el aniversario número veintiuno de su matrimonio.  Ella, una mañica de Tamarite de Litera que cambió el chapurreau por el cierzo bardenero, luce su permanente sonrisa, feliz con tan nutrido acompañamiento, mientras él, tudelano de pura cepa, trajina con el fuego. De postre unas buenas randillas (torrijas), otros dulces, café y licores.

Nuestros anfitriones se marcan un baile

Jesús Mari (Puchero) y su hija les cantan una jota alusiva que Pacita escucha atentamente. Se entonan nuevos cánticos a los que nos vamos sumando todos, en tanto circulan libremente el brandy, whisky, baylis, moscatel, orujo y café. Nadie tiene prisa por abandonar la reunión. A última hora se propone como posible recorrido del próximo domingo la marcha por la Bardena Negra hasta el santuario de Sancho Abarca. Tras ello, iniciamos finalmente el regreso a la ciudad.

Mari Paz escucha atentamente la jota

Estamos en la fase de cantos regionales

Mari Paz, además de una buena compañera de andadura, es nuestro servicio sanitario particular en la marcha hacia el castillo del patrón navarro, la que nos facilita generosamente los primeros auxilios básicos ante cualquier eventualidad que nos pueda ocurrir, y Tudelanos por Javier, el grupo al que me uní hace tres años, hace gala de una gran camaradería, generosidad, alegría y buen humor. En otras palabras: ¡¡que hay muy buen rollo!!

sábado, 16 de febrero de 2013

Preparando las vacaciones

Estos días he estado haciendo un poco de limpieza de todas esas cosas que vamos guardando sin saber qué utilidad vamos a darles y si esto va a ocurrir en alguna ocasión. Cuando la cantidad de objetos inútiles llega a abrumarnos decidimos deshacernos de ellos y, probablemente, en un corto espacio de tiempo nos lamentamos echando en falta tal o cual cosa.

De este cajón de sastre emergió este relato, cuya autoría desconozco, conservado desde hace muchos años, que se salvó de otros barridos. Antes de condenarlo  definitivamente a la hoguera, he decidido aprovecharlo para esta entrada a pesar de que soy consciente de que es muy conocido. A aquellos que lo desconozcan creo que les hará pasar un rato divertido y a quienes lo tengan en su memoria, al recordarlo, ahuyentará durante un tiempo de su pensamiento la corrupción, los desahucios, los recortes etc. arañando una sonrisa relajante. Dado que un poco de humor no hace daño a nadie,  aquí os lo dejo a modo de indulto, en contraposición a mi anterior post:

En cierta ocasión, una familia inglesa pasaba sus vacaciones en Escocia. Durante uno de sus paseos, observaron una casita de campo que de inmediato les agradó y pareció adecuada para su próximo veraneo. Indagaron quien era el dueño, resultando ser un pastor protestante al que se dirigieron para rogar que les mostrase la pequeña finca. El propietario se la mostró y tanto por su comodidad como por su situación fue del agrado de la familia que se mostró interesada en adquirirla para disfrutar durante ulteriores descansos.

De regreso a Inglaterra iban recordando detalle por detalle cada una de las habitaciones. De pronto, la esposa no recordó haber visto el excusado y dado lo práctico que son los ingleses, decidieron escribir al pastor protestante en los siguientes términos: 

Estimado Pastor: 


Soy miembro de la familia que hace unos días visitó su finca con deseos de adquirirla para nuestro próximo veraneo y, como queríamos enterarnos de un detalle, le agracederemos que nos indique, más o menos, donde se encuentra el W.C. 

Al abrirla y leerla, el pastor, que desconocía la abreviatura W.C., creyó que se trataba de una capilla de su religión, llamada Wells Chapel; y les contestó de la siguiente manera: 

Estimada Señora: 

Tengo el agrado de informarle que el lugar al que se refiere queda a doce kilómetros de la casa, lo cual es algo molesto si se tiene la costumbre de ir con cierta frecuencia, pero algunas personas llevan la comida y permanecen allí todo el día; unos viajan a pie y otros en tranvía, pero de ordinario llegan en el momento preciso.

Hay lugar para cien personas cómodamente sentadas y para otras tantas de pie. Los asientos están forrados de terciopelo color púrpura. Está dotado además de aire acondicionado para evitar sofocaciones y es muy recomendable llegar temprano para coger sitio. A la entrada se entrega un papel a cada uno de los asistentes y aquellos a quienes no alcanza el reparto pueden utilizar el del compañero de asiento, pero al salir deben devolverlo para continuar usándolo durante todo el mes. 

Todo lo que se deja allí depositado se aprovecha para dar de comer a los pobres huérfanos.

Hay fotógrafos profesionales que toman instantáneas desde diversos ángulos. Estas fotografías son publicadas posteriormente en el diario de la ciudad, en la sección “Vida Social”, así el público puede conocer a las personas en actos tan humanos.

sábado, 9 de febrero de 2013

Mediocridad nacional

Últimamente no suelo hacer mucho caso de todo lo que recibo por correo. Aquello que llama un poco mi atención le echo un vistazo, el resto lo borro directamente. En esta ocasión , quizá intuitivamente, abrí el archivo que se adjuntaba y mereció la pena, tanto es así que me he decidido, por una vez y en contra de mi costumbre, a copiar y pegar. Se trata de un artículo atribuido al humorista, dibujante, cantante, polifacético en fín, Antonio Fraguas De Pablos, más conocido como Forges. Aquí lo tenéis:

El triunfo de los mediocres 

Quienes me conocen saben de mis credos e idearios. Por encima de éstos, creo que ha llegado la hora de ser sincero. Es, de todo punto, necesario hacer un profundo y sincero ejercicio de autocrítica, tomando, sin que sirva de precedente, la seriedad por bandera.

Quizá ha llegado la hora de aceptar que nuestra crisis es más que económica, va más allá de estos o aquellos políticos, de la codicia de los banqueros o la prima de riesgo.

Asumir que nuestros problemas no se terminarán cambiando a un partido por otro, con otra batería de medidas urgentes, con una huelga general, o echándonos a la calle para protestar los unos contra los otros. 

Reconocer que el principal problema de España no es Grecia, el euro o la señora Merkel.   

Admitir, para tratar de corregirlo, que nos hemos convertido en un país mediocre.  Ningún país alcanza semejante condición de la noche a la mañana. Tampoco en tres o cuatro años. Es el resultado de una cadena que comienza en la escuela y termina en la clase dirigente.

Hemos creado una cultura en la que los mediocres son los alumnos más populares en el colegio, los primeros en ser ascendidos en la oficina, los que más se hacen escuchar en los medios de comunicación y a los únicos que votamos en las elecciones, sin importar lo que hagan, alguien cuya carrera política o profesional desconocemos por completo, si es que la hay. Tan solo porque son de los nuestros. 

Estamos tan acostumbrados a nuestra mediocridad que hemos terminado por aceptarla como el estado  natural de las cosas. Sus excepciones, casi siempre, reducidas al deporte, nos sirven para negar la evidencia. 

- Mediocre es un país donde sus habitantes pasan una media de 134 minutos al día frente a un televisor que muestra principalmente basura. 
- Mediocre es un país que en toda la democracia no ha dado un solo presidente que hablara inglés o tuviera unos mínimos conocimientos sobre política internacional. 
- Mediocre es el único país del mundo que, en su sectarismo rancio, ha conseguido dividir, incluso, a las asociaciones de víctimas del terrorismo.
- Mediocre es un país que ha reformado su sistema educativo tres veces en tres décadas hasta situar a sus estudiantes a la cola del mundo desarrollado. 
- Mediocre es un país que tiene dos universidades entre las 10 más antiguas de Europa, pero, sin embargo, no tiene una sola universidad entre las 150 mejores del mundo y fuerza a sus mejores investigadores a exiliarse para sobrevivir.
- Mediocre es un país con una cuarta parte de su población en paro, que sin embargo, encuentra más motivos para indignarse cuando los guiñoles de un país vecino bromean sobre sus deportistas. 
- Mediocre es un país donde la brillantez del otro provoca recelo, la creatividad es marginada –cuando no robada impunemente- y la independencia sancionada. 
- Mediocre es un país en cuyas instituciones públicas se encuentran dirigentes políticos que, en un 48 % de los casos, jamás ejercieron sus respectivas profesiones, pero que encontraron en la Política el más relevante modo de vida. 
- Es Mediocre un país que ha hecho de la mediocridad la gran aspiración nacional, perseguida sin complejos por esos miles de jóvenes que buscan ocupar la próxima plaza en el concurso Gran Hermano, por políticos que insultan sin aportar una idea, por jefes que se rodean de mediocres para disimular su propia mediocridad y por estudiantes que ridiculizan al compañero que se esfuerza. 
- Mediocre es un país que ha permitido, fomentado y celebrado el triunfo de los mediocres, arrinconando la excelencia hasta dejarle dos opciones: marcharse o dejarse engullir por la imparable marea gris de la mediocridad. 
- Es Mediocre un país, a qué negarlo, que, para lucir sin complejos su enseña nacional, necesita la motivación de algún éxito deportivo. 

ANTONIO FRAGUAS DE PABLOS (FORGES)

Convendréis conmigo en que el artículo no tiene desperdicio.


P.S. Una vez publicada esta entrada, dado que yo también albergaba mis dudas, he intentado verificar la autoría del escrito en cuestión. Parece ser que también se atribuye a Juan José Millás e incluso a Vargas Llosa. No he visto el desmentido de Antonio Fraguas, ni de ningún otro, a pesar de que también se comenta que lo ha hecho. Lo que sí he conocido es el blog de David Jiménez, quien el 28 de febrero de 2012, publica el artículo con su firma. Más tarde, el 25 de julio de 2012, edita otra entrada con el título El artículo que creí haber escrito. Por si esto es así, lo hago saber con las debidas reservas. No obstante me reafirmo en que el artículo no tiene desperdicio.

miércoles, 6 de febrero de 2013

Una vieja canción


Fuimos a cenar a casa de nuestra hija y, en el transcurso de la conversación, no recuerdo a santo de qué, surgió el título de la canción Ata una cinta amarilla alrededor del viejo roble. Ante la cara de incomprensión del joven matrimonio les informamos que se trataba de una canción que en los años setenta tuvo un gran éxito. Él, ni corto ni perezoso, fue en busca de su tablet y rápidamente tuvimos en pantalla, después de desechar otra, la versión de DAWN con su vocalista Tony Orlando interpretando "Tie a yellow ribbon round the old oak tree". Mientras la escuchaba me dije con benevolencia hacia nosotros: ¡qué mayores se han hecho nuestros hijos!

Esta canción ha perdurado desde hace más de 400 años con diversas formas.   En 1917 George A. Norton obtiene los derechos de una marcha popular a la que tituló  Round her neck she wears a yellow ribbon. En 1949 John Wayne protagonizó una película con el título de She Wore a yellow ribbon y las hermanas Tanner grabaron su versión en Londres el 30 de diciembre de ese mismo año. 

Parece ser que, siguiendo una vieja tradición procedente de Europa, se inició en la guerra de secesión de los Estados Unidos, la costumbre de que los familiares con soldados en el frente de batalla atasen una cinta de color amarillo al árbol más próximo a su residencia. Este hábito se siguió practicando en ambas guerras mundiales y en las de Corea, Vietnan, Golfo Pérsico, Afganistán e Irak. 

El tema escrito por Irwin Levine y L. Russel Brown hace referencia a estos hechos y nos narra la historia de un joven condenado injustamente a prisión que escribe una carta a su ex novia de la que, en los tres años que ha durado su cautiverio, no ha tenido noticias. En ella le comunica que, revisada su condena, ha sido puesto en libertad. Si le sigue queriendo, sabe lo que tiene que hacer: debe atar una cinta amarilla alrededor del viejo roble testigo de su amor. Él pasará con el autobús y si la cinta no está continuará el viaje y tratará de olvidarle. Cuando el autocar va a pasar junto al árbol no se atreve a mirar y ruega al conductor, al que ha contado sus cuitas, que le informe. Éste le dice que mire y, con gozo y estupor, contempla un centenar de lazos amarillos colgando de las ramas del viejo roble.

A mí es una canción que, personalmente, siempre me ha gustado tanto por su letra romántica como por su melodía. Para los nostálgicos que quieran volver a escucharla, aquí tienen una aceptable versión, distinta de la de Tony Orlando, y, más abajo, una de las traducciones más habituales al español.


Pincha aquí

Hoy vuelvo a tí
Vuelvo a mi hogar

Aprendí a respetar a los demás

Ya te escribí en mi carta
Que logré mi libertad 
Tú ya sabes qué has de hacer 
Si aún piensas en mí 
Si piensas en mí 

Pon alrededor del viejo roble aquel
Una cinta si tú pensaste en mí
Pues hoy hace seis años
Que me fui de aquí 
Yo debo mirar pues el autobús 
Cerca pasará 
El viejo roble donde 
Deberás darme tu amor 

Si al final no puedo hallar 
Esa cinta amarilla en el lugar 
Me sentiré de nuevo 
En prisión y lloraré 
Con el autobús me iré 
Y te olvidaré 
Y te olvidaré 

Pon alrededor del viejo roble aquel 
Una cinta si tú pensaste en mí 
Pues hoy hace tres años 
Que me fui de aquí 
Yo debo mirar pues el autobús 
Cerca pasará 
El viejo roble donde 
Deberás darme tu amor 

Y por fin el autobús llegó 
Mas no sé que sentí 
Cien cintas amarillas en el roble vi.

domingo, 3 de febrero de 2013

Abecegrama de una situación


Apestosa, brutal, corrompida, descompuesta, emponzoñada, fétida, grave, hedionda, infecta, jodida, kafkiana, lóbrega, maloliente, nefanda, ñenga, obscena, pútrida, quebradiza, repulsiva, soez, turbulenta, ultrajante, vejatoria, westfaliana, xenófoba y zaborrera.

Felipe Tajafuerte
2013

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