Nadie había oído nada esa mañana. Pero ella estaba allí, ángel caído desde un cuarto piso, estrellada contra el suelo. Medio cuerpo en la acera, el otro medio en la calzada.
Esa mañana nadie sabía nada. Muñeca de
porcelana hecha trizas vertiendo su sangre sobre las marcas amarillas del lugar
reservado a los disminuidos físicos. Ocupando su espacio, cual bandera roja y
gualda en el asfalto.
Nadie había oído nada esa mañana. Cuentan que
alguien dice, que un vecino menciona, que él bebía en exceso. Malas lenguas
comentan que discutían y, en ocasiones, se peleaban e incluso se insultaban. Lenguas viperinas,
tratando de justificar lo injustificable, rumorean que ella le era infiel…
Esa mañana nadie sabía nada. Pero ella estaba
allí, con el relente matutino, cubierta por una sábana, en prolongada espera
del forense. Engrosando el número de mujeres muertas, desaparecidas en desigual
combate.
Una víctima más de la violencia de género, o
machista, o familiar, o como cojones se quiera adjetivar. Una víctima más y ya
son… ¡¡Demasiadas!!
Sin embargo, en esa fría, gris y triste
mañana, nadie sabía ni había oído nada.
Felipe Tajafuerte
2012
2012
Lamentablemente oímos demasiado. Cada día las noticias traen un escalofriante suceso que ojalá no ocurriera nunca más. Toda denuncia y homenaje son pocos.
ResponderEliminarHas descrito esta lacra con un gran realismo.
Un abrazo
A pesar de la concienciación de la sociedad en torno a esta tragedia, las víctimas parecen ir en aumento en lugar de disminuir. Terribe. Un saludo
EliminarContra la violencia, palabras de denuncia, gritos de desacuerdo y dolor, dolor en el alma.
ResponderEliminarUn abrazo
Y aún así, no es suficiente. Un abrazo
EliminarBuenos días Felipe!!!!! Me uno a tu grito!!!!!!! Quiero ser una voz más desde tu blog para concienciar a la sociedad de que este tipo de violencia ha de parar YA.
ResponderEliminarBESOS MIL.
Cuantos más seamos en este empeño mucho mejor. Besos. Pronto nos veremos.
EliminarY lo grave es que no va a acabar nunca. Lo has descrito con un gran realismo.
ResponderEliminarMe uno a tu grito y añado, violencia nunca, en ningún sentido, desgraciademante empezamos a oir hablar del mal trato a hombres que también los hay.
Un abrazo.
Muy cierto, sobre todo maltrato psicológico. Yo he visto a algunas mujeres tratar con muchísimo desprecio a sus maridos y, como bien dices, esto es muy silenciado. Recuerdo durante un viaje que el guía estaba relatándonos una historia en la que la esposa había asesinado al marido, inmediatamente una señora comento que algo habría hecho tal marido. Yo le repliqué: si ese comentario lo hacemos uno de nosotros en una situación inversa se hubiera armado la de Dios es Cristo. Un fuerte abrazo
EliminarPalabras, sí, es importante decirlas y oírlas, porque mentalizan y a la larga calan en la conciencia social; pero no de todos los individuos, por eso también que sobre el agresor recaiga el peso de la Ley. Un abrazo.
ResponderEliminarSí, que no sean solo palabras. Abrazos
EliminarQué nos está pasando ¿Acaso esto existió siempre y no nos hemos enterado?
ResponderEliminarsaludos
Siempre existió pero ahora los medios de comunicación hacen que todo se difunda rápidamente. Un saludo
EliminarQué manera más bonita de tratar un tema tan duro.
ResponderEliminarGracias Felipe por esa sensibilidad y esa manera tan entusiasta de defender la parte más frágil.
En nombre de todas las maltratadas gracias porque si todos los hombres fueran tan sensibles y sensatos como tú nunca habría existido ese eterno problema.
Abrazos
Candi, yo creo que somos una gran mayoría los que pensamos de esta forma, pero basta que uno solo sea violento para que surja la tragedia. Un abrazo
EliminarCuando el amor se acaba, ¿se puede terminar así?. Por desgracia siempre el más fuerte parece tener razón. Cómo acabar con estas sinrazones, que siempre terminan en tragedia. Un grito como el tuyo y un fuerte abrazo.
ResponderEliminarTodavía queda mucho irracional suelto capaz de cualquier desaguisado. Abrazos
EliminarOjalá fuese una pesadilla de la que más pronto que tarde despertáramos.
ResponderEliminarUn abrazo Felipe.
Desgraciadamente no es un mal sueño. Un fuerte abrazo
EliminarUna auténtica plaga en estos tiempos violentos y desquiciantes que nos ha tocado vivir.
ResponderEliminarUn saludo.
Pero esto viene de lejos, Cayetano. Saludos
EliminarLey para hacer justicia contra el maltrato. Pero también educación, mucha educación para evitarlo.
ResponderEliminarMe gusta tu compromiso, Felipe.
Un abrazo.
Esperemos que poco a poco este mal se vaya erradicando. Abrazos
EliminarSobre todo educación y después justicia sin agujeros.
ResponderEliminarFelipe, ya desisto de volver a poner el enlace de tu blog, se me va y no sé por qué pasa ésto, pero igual te visitaré, como ahora, "por libre" ... lo que pasa es que no seré tan puntual y es fácil de que se me pase alguna entrada. Lo siento mucho.Besicos.
No te preocupes Trimbolera, son cosas de Blogger y hay que aguantarlas. Visítame cuando lo desees o puedas. Yo lo hago asiduamente aunque no siempre comente. Besos
EliminarBonito homenaje del que este año por unas u otras cosas no he publicado nada.
ResponderEliminarUn saludo, desde mi taller.
Esta ha sido mi pequeña aportación. Un saludo
EliminarUno de los grandes males de nuestra sociedad. ¿Cuándo acabará todo esto?
ResponderEliminarAbrazo!
Me da la impresión de que va para largo. Un abrazo
Eliminar¿Hasta cuándo durará esto?
ResponderEliminarUn abrazo
Ni se sabe. Saludos
EliminarFelipe, tu entradas no salen en mi blog. Tampoco encuentro para ponerme de nuevo como seguidor tuyo. Algo ha pasado. Ya me dirás.
ResponderEliminarNo tengo ni idea de lo que puede pasar. He habilitado el nuevo gadchet de google de seguidores. No sé como funcionará después de que me desaparecieran todos. Gracias por tu interés
EliminarCon mis mejores deseos de felicidad para las próximas fiestas de Navidad y Año Nuevo. Un abrazo.
ResponderEliminarFELIZ NAVIDAD 2012
El mundo vuelve a soñar,
por la senda de la vida,
y en su alegre caminar.
una fecha nunca olvida,
como si fuera un cantar,
que escuche de amanecida.
Esta es una gran verdad,
escrita con letras de oro,
en nuestra vida, observad,
con cuanto amor y decoro
nos llega la Navidad,
como si fuera un tesoro.
Os mando con alegría,
un abrazo verdadero,
que la vida os sonría,
y llene vuestro granero,
de paz y de fantasía.
Y hasta el año venidero.
O.Z.M.
Muchísimas gracias, Olegario. Yo también te deseo lo mejor. Un abrazo
EliminarMaravillosa forma de relatar algo tan horrible, como es la muerte de una mujer. Es una sagría brutal y no se sabe como cortar la hemorragia... mientras las muertes continuan gangrenando el alma de las personas de bien y dejando huéfanos a muchos niños.
ResponderEliminarUn abrazo con estrellas de esperanzas
Eso es lo último que se pierde: la esperanza. Un fuerte abrazo
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