Llegamos a media tarde procedentes de Obanos y no era la primera vez que pisaba el suelo artajonés. Penetramos bajo el arco de San Miguel, ese puente tendido entre dos torres del lienzo norte de la muralla, que separa la zona de aparcamientos del recinto protegido. Ascendimos una pequeña pendiente y llegamos a una plaza en la que destaca la robusta fachada cuadrada de la iglesia de San Saturnino.
Robusta fachada de San Saturnino |
Tras una breve espera se nos presenta la guia que nos va a ilustrar sobre este espectacular recinto fortificado. De las catorce torres que debió tener en origen quedan en pie nueve y los cimientos de otras tres. Son lisas, de forma cúbica y almenada, abiertas en canal, unidas por la muralla y un paseo de ronda. Vamos caminando y llegamos a la parte occidental donde se encuentra el Castillo del Rey, un dojón de forma circular que también fue nevera de la villa en el siglo XVI, según reza esta inscripción en el dintel de la puerta "Hic servatur hyems ut sit moderatior aes(tas)" que, según creo, debe significar algo parecido a esto: aquí se guarda el invierno para moderar el estío. Con el paso del tiempo se han ido deteriorando mis conocimientos de latín.
El arco de San Miguel |
En este perímetro atrincherado, uno de los más importantes de la Navarra medieval, denominado El Cerco desde principios del siglo XIV, numerosas casas se encuentran incardinadas en las murallas y torres formando un todo inseparable. Dentro de este pintoresco conjunto guarnecido, de configuración irregular, de aspecto arriñonado y adaptado al terreno, completan el perfil defensivo la propia iglesia de San Saturnino y el citado Castillo del Rey.
Las casas pegadas a las murallas y las torres abiertas por un lado |
La torre parece formar parte de la vivienda |
Hemos ido dando la vuelta hasta llegar de nuevo a la plaza. Frente a nosotros la fachada del templo con su portada gótica. Sus grandes arquivoltas descansan sobre columnas y capiteles historiados. En la parte superior del tímpano está representado el exorcismo de una joven realizado por San Saturnino flanqueado por las figuras de la reina doña Juana de Navarra y su esposo Felipe el Hermoso de Francia, reinantes en el momento de su construcción. En la parte inferior un friso con escenas del martirio del santo. Sobre la puerta un hermoso rosetón.
Portada de San Saturnino |
Se trata de una iglesia fortaleza gótica de una sola nave amplia y espaciosa con cabecera poligonal. Su bóveda de crucería se sostiene apoyada en robustos contrafuertes exteriores. Junto a la cabecera la torre-campanario que servía de punto de vigía e incluso de cárcel. Un paseo de ronda circunda la cubierta que recoge las aguas y, a través de un conducto por el interior de una de las columnas contrafuerte, van a parar a un aljibe medieval bajo la iglesia descubierto, no hace mucho tiempo, en la parte norte del templo.
Interior de la iglesia |
En el interior muy luminoso, recientemente restaurado, un bello retablo renacentista hispano-flamenco del siglo XVI, en una de cuyas tablas, la de la resurrección de Cristo, el artista pintó el perfil amurallado del Cerco en el espacio comprendido entre el brazo y el rostro del Señor. En un pequeño retablo en el lado de la epístola encuentro una curiosa representación de Santa Ana, la Virgen y el Niño. Llaman positivamente mi atención unos fantásticos capiteles y negativamente un reciente mamotreto de escalera para subir al coro que se come la mitad de un retablo lateral.
Detalle de un capitel |
Aun posee Artajona otros monumentos dignos de atención que no eran objeto de nuestra visita. La iglesia gótica de San Pedro, en la parte baja de la población, con una esbelta torre medieval; la ermita barroca de Santa María de Jerusalén que alberga una talla románica de la Virgen labrada en cobre esmaltado y, en sus inmediaciones, a unos cuatro kilómetros de la población, los dolmenes del Portillo de Enériz y de la Mina, con más de cinco mil años de antigüedad, el primero de ellos tuve la oportunidad de contemplarlo en un viaje anterior.
La Virgen, el Niño y Santa Ana |
Agradezco que la excursión llegue a su término puesto que, tras los recorridos realizados el día de hoy por Eunate, Puente la Reina, Obanos y este último del Cerco de Artajona, me encuentro físicamente cansado y mentalmente un tanto saturado. Nos tomamos unos minutos de descanso en la terraza de uno de los bares del pueblo saboreando con fruición una refrescante cerveza.
Cae la tarde sobre el Cerco |
Acomodados en el autobús, partimos hacia Tudela mientras los últimos rayos solares, con guiños deslumbrantes, nos dicen adiós entre los árboles.
Me encanta conocer y entender con tus explicaciones todos estos lugares tan originales y más cuando ya no quiero viajar físicamente. Un abrazo y gracias.
ResponderEliminarMe alegra mucho saber que sirvo de alguna utilidad. Un fuerte abrazo
EliminarNo me extraña para nada que siempre vayas cargado con tu cámara de fotos!!!! Los muchos viajes que hacéis sirven, entre otras muchas cosas, para regalarnos arte y mucho arte. Me encantan los castillos, las fortalezas... ¿sabes que por unos momentos me creí que era Extremadura?
ResponderEliminary esas cervecitas qué ricasssss!!!!
Tú, no te satures mucho, eh, Felipe!!!!!
Besos mil amigo!!!!
Bueno, Liova, ya sabes que en ocasiones estos viajes son un tanto apretados de tiempo y quizá se vean demasiadas cosas a la vez, pero hay que aprovecharlos. Muchos besos
EliminarNo me extraña que te encuentres un poco saturado con los tutes de viaja que te metes entre pecho y espalda. El disco duro de tu PC debe estar lleníto de fotos, eso sí, son testigo fiel de la belleza del arte que encierra nuestro país.
ResponderEliminarUn abrazo Felipe.
A veces ocurre cuando hay varias visitas programadas, pero se aguanta bien. Estoy pensando que lo mejor será subir las fotos a la "nube", entre otras cosas para evitar algún accidente como los que me han ocurrido. Un abrazo
EliminarMuchas gracias, por compartir estos trozos de arte, que con tu cámara y con tus relatos, nos hace vivirlos en primera persona.
ResponderEliminarun abrazo
fus
De verdad que es un placer hacerlo. Un abrazo
EliminarComo creo que me empiezas a conocer, he estado de manera virtual en alguno de los sitios por los que has pasado, aunque a mi las fotos me salen peor.
ResponderEliminarSaludos
Las acabo de ver y es cierto que hay algún chapucillas. A mi me salió un tanto inclinada porque tuve que esquivar a la gente que tenía delante. Un abrazo, vecino.
EliminarMe ha llamado la atención que tras la robusta fachada de San Saturnino se esconda una sobria y sencilla iglesia. Y una maravilla las torres. Me encantan las fortalezas y murallas coronada de torres. Un viaje bonito sin duda.
ResponderEliminarUn abrazo y buena semana
¿Te has fijado en las torres que son abiertas por la parte que da a interior del cerco y huecas? Son verdaderamente curiosas, por lo menos yo no las había visto así en ningún otro lugar. Un abrazo
EliminarCómo no vas a estar cansado Felipe, si es que no paras. Aunque gracias a eso aquí siembre hay una buena lectura de viajes. Un abrazo.
ResponderEliminarDe este cansancio se recupera uno muy pronto. Abrazos
EliminarVuelvo de nuevo a Artajona. Ayer, tras leer y escribir un comentario nada sesudo, alguna brisa maligna se llevó todo por los aires siderales de la comunicación y ésta se vio frustrada. Espero que hoy pueda llegarte mi abrazo.
ResponderEliminarPaco, ya me ha llegado tu abrazo al que correspondo con el mayor agrado.
EliminarMe ha hecho eliz recordar todos los lugares que citas. Viví, a finales de los sesenta, dos años en Pamplona y durante mi estancia allí me dediqué a recorrer la provincia que tiene pueblos preciosos, algunos acompañada de las amistades que hice en Navarra.
ResponderEliminarEn Obanos asistí a una especie de auto sacramental llamado "El Misterio de Obanos", representada con personas del propio pueblo, y creo que algún artista también. Llevaba solo unos dos o tres años haciéndose cuando yo acudí a la representación, que fue todo un éxito y muy novedosa para esos años.
Un afectuoso abrazo.
Yo no he logrado asistir nunca a esa representación a pesar de mis deseos. Quizá te guste leer mi entrada del 18 de octubre pasado titulada "Obanos la del misterio".
EliminarUn fuerte abrazo.
Magnífico ese Cerco de Artajona, de tu querida Navarra y como siempre, maravillosas tus hermosas fotografías. Uno no se atreve a tomar una máquina fotográfica en sus manos por miedo que se caiga y se rompa y para tí es un instrumento deliciosamente entrañable. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarPues hay que atreverse a todo, Olegario, sin ir más lejos yo no hacía un verso ni se sabe el tiempo. Ahora de vez en cuando tengo la osadía de intentarlo con más o menos fortuna, más bien menos. Un abrazo.
EliminarNo lo conozco, pero debe ser un paseo bonito.
ResponderEliminarAbrazo!
Es un lugar muy curio que incluso llegó a ser reino durante ocho años. Un abrazo
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