La ermita de la Santa Cruz está situada a algo más de un kilómetro del núcleo urbano de Tudela, en la margen derecha del río Ebro, aguas arriba, en una hondonada modelada por los cerros que conforman el barranco del Cristo. Del remoto origen de este templo se han aportado muy pocos datos, sin embargo, existe un documento en el que se dice que Alfonso el Batallador hizo donación al Monasterio de San Martín de Cercito de la iglesia de la Santa Cruz , en extramuros de la villa de Tudela, por lo que se reconoce su existencia durante la dominación musulmana de la ciudad.
Interior de la ermita |
Ha sufrido numerosos avatares a lo largo de su dilatada historia. Identificada como el Monasterio de Santa María in Silva, en 1145 pasa a los monjes sagienses. Los numerosos privilegios de la que fue dotada hicieron surgir diferencias con los priores de la colegiata y, tras diversos pleitos, el obispo de Tarazona, como juez arbitral, puso término a los mismos en 1203. Se desconoce la causa por la que los monjes sagienses abandonaron el edificio y el priorato que se incorporó, con todos sus bienes y privilegios, a la mensa capitular de la iglesia mayor. En 1620 fue reedificada por vez primera por el deán tudelano don Antonio Cuéllar, quien usaba en sus despachos el título de prior de la Santa Cruz. Destruida por los franceses en 1808, fue reconstruida en 1815 y arruinada por un incendio en 1857. Se inauguró de nuevo en 1859 en el lugar que actualmente ocupa debido a que el trazado del ferrocarril coincidía con su antiguo emplazamiento. Por amenazar ruina, en 1972 tuvo lugar la última restauración.
El día del Cristo |
Se venera en ella una imagen de Cristo crucificado que, según una antigua tradición, bajó por las aguas del río Ebro y fue recogida frente al lugar donde se alzaba la ermita y colocada en uno de sus altares, lo que dio pie para cambiar la denominación primitiva de Santa María in Silva por la de Ermita de la Santa Cruz. Así mismo, la cofradía de ballesteros allí existente, fundada en 1235 por don Rodrigo Ximénez de Rada, cambió su nombre por el de Hermandad del Santo Cristo de la Santa Cruz, al desaparecer el carácter bélico de dicha cofradía.
Se venera así mismo en este templo la efigie de la Virgen de la Muela que llegó, según se cuenta, flotando sobre las aguas del Ebro, encima de una muela de molino, parándose frente a la basílica. Esta imagen no está expuesta habitualmente sino que se encuentra en las dependencias de los hermanos y se muestra al público en el altar, en el lado del evangelio, los días 3 de mayo y 14 de setiembre.
Imagen habitual del día del Cristo |
Se venera así mismo en este templo la efigie de la Virgen de la Muela que llegó, según se cuenta, flotando sobre las aguas del Ebro, encima de una muela de molino, parándose frente a la basílica. Esta imagen no está expuesta habitualmente sino que se encuentra en las dependencias de los hermanos y se muestra al público en el altar, en el lado del evangelio, los días 3 de mayo y 14 de setiembre.
Romería del Cristo |
En este pintoresco lugar, cada año el día tres de mayo por la tarde, se celebra una fiesta, cuya fundación fue hecha por don Juan de Mur en 1734. Desde 1810 se tiene noticias de las romerías que tenían lugar y en las cuales, después del acto religioso, se dispersaban por los campos regresando a la ciudad con los carros y galeras engalanados de adornos vegetales, con músicas, canciones y gran alborozo. Esta animación fue decreciendo con los años hasta casi desaparecer, siendo recuperada de nuevo. Lógicamente los festejos han cambiado, como los tiempos, pero actualmente el día del Cristo es una gran celebración dedicada especialmente a los niños, con gran afluencia de ellos, que corretean, como "tutanes", por los cerros circundantes poniéndose como un "hecce homo" y merendando la tradicional "culeca", ese gran bollo de pan dulce con uno o dos huevos duros, incluida la cáscara, cocidos dentro, del que tenemos las primeras noticias en un libro de actas de de la Hermandad datado en 1893.
La tradicional "culeca" |
Todos los tudelanos asociamos a este bello paraje recuerdos felices de la niñez y sensaciones imborrables de nuestra juventud. Para mí, a partir de ahora, va a tener unas connotaciones todavía más especiales, indelebles, puesto que el próximo sábado, día ocho de setiembre del presente año 2012, en este privilegiado lugar, voy a tener el placer de ser el padrino de una singular ceremonia: el enlace matrimonial de Laura, mi hija menor.
Bibliografía:
José Yanguas y Miranda: Diccionario Histórico Político de Tudela.
Mariano Sainz Pérez de Laborda: Apuntes tudelanos.
Luis María Marín Royo: Etnografía histórica tudelana.
Jesús Martínez Escalada: La historia de Tudela contada por sus calles.
Un lugar y una ermita con mucha historia que será el lugar en que comience otra historia, la de tu hija, y que sea con mucha felicidad!
ResponderEliminarSaludos
Eso deseamos todos. Muchas gracias Norma. Un saludo
EliminarMil felicidades, Felipe, envío desde Chile, extensivos a los novios y familiares.
EliminarUn abrazo.
Mil gracias a tí Esteban. Un abrazo
EliminarEs un placer leerte en la distancia, mi querido amigo. Desde Moscú, un efusivo abrazo.
ResponderEliminarEl placer es recíproco. Que el viaje te resulte todo lo fructífero que esperas, la compaía de un hijo al que no ves en cierto tiempo siempre alegra el corazón. Un abrazo
EliminarBuenasssssss!!! Ya sabes que las tradiciones me encantan y que apuesto por ellas!!!!
ResponderEliminarEnhrabuena por el enlace de vuestra hija. Les deseo a los novios felicidad y dicha eternas. Besos jacetanos.
¿Aún sigues en Jaca? ¡Como estiras las vacaciones! Gracias por tus buenos deseos. Besos
EliminarUn marco magnífico para la celebración que nos acaba de anunciar. Que sean dichosos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Esperemos que así sea. Un abrazo
EliminarEn otras ocasiones he dejado patente que soy partidaria de conservar y vivir las tradiciones heredadas de los antepasados. Y por supuesto a revivir recuerdos de la niñez y disfrutar de nuevo mientras degustas esa deliciosa gastronomía.
ResponderEliminarUn abrazo
Esta es una buena tradición y en la además los niños disfrutan lo suyo. Abrazos
EliminarMañana es el día, felicidades a los novios y a las dos familias.
ResponderEliminarNo sabía yo que la culeca se fabricaba también en Tudela, creía que era privativa de Ólvega.
Un saludo
Yo desconocía la de Ólvega, no sé cual será más antigua, ya ves que la nuestra está ya documentada en 1893. Estamos ya todos como un flan. Saludos
EliminarOjala no se perdieran nunca las tradiciones. Un abrazo Lola
ResponderEliminarSería muy de desear. Un abrazo
EliminarGracias por todo esta imformación,ayer en la boda de Laura comentabamos sobre los años que llevaria echa la restauración de la Ermita,deciamos mas de veinticinco pero son cuarenta.
ResponderEliminarEs que el tiempo pasa que vuela, pero la verdad es que ayer estaba preciosa. Un beso
EliminarCreo necesario que se mantengan las tradiciones, al fin y al cabo son parte importante de nuestras raíces.
ResponderEliminarPrecioso lugar.
Un abrazo Felipe.
Así lo creo yo también. Muy boni, Elena, de verdad. Un fuerte abrazo
EliminarEspero ver esa foto de padrino.
ResponderEliminarCon el deseo de que todo salga a pedir de boca, recibe un fuerte abrazo.
Todo fue a la perfección. Si en la foto he salido más guapo, más joven y más delgado la verás, no te quepa duda. Correspondo a tu abrazo
EliminarFelicidades para ti, y para esas dos personas se unieron en matrimonio para iniciar una vida conjunta y formar una familia. Que la alegría y la felicidad que habita en sus corazones hoy no desaparezca nunca.
ResponderEliminarDesde ahora inician una nueva vida. Les espera muchas páginas en blanco que deben escribir con sus vivencias. Espero que esas páginas estén llenas de sonrisas. Y si vienen penas –porque la vida no nos pide permiso- ojalá estén llenas de coraje y de valor. Yo les diría: “Es su turno” Mis mejores deseos de corazón.
Gracias José. Trasmitiré a mis hijos tus buenos deseos y las bellas palabras con las que los has manifestado. Un fuerte abrazo
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