Tendido en la tumbona contemplaba el cielo estrellado de una cálida noche de agosto en espera de que alguna de las furtivas lágrimas de San Lorenzo se dejase ver. Poco a poco me fui adentrando en ese agradable sopor en el que todo se torna real e irreal al mismo tiempo de forma evanescente. Sin saber la causa rememoré un encuentro casual durante uno de mis paseos hace unos años. A pesar de tratarse de una ilusión onírica, me parecía estar viviendo realmente aquel recuerdo lejano.
Caminábamos tranquilamente mi hermano y yo por las cercanías de su huerto, cuando vimos venir hacia nosotros un hortelano un tanto cariacontecido al que mi acompañante reconoció de inmediato.
- Hola, Carlos. ¿Cómo tú por aquí? ¿Que te pasa que vienes con esa sofoquina?
- Nada, que vengo del zauril encangrenao.
- ¿Pues?
- Porque soy un agre y un cagansias. Anoche dejé abierta la tajadera para regar a aguacibera, me marché y se ha regado hasta la enclavación.
- Hombre, eso es lo que pretendías ¿no?
- Sí, pero el agua ha entrado de revíscula, se ha quedado mostrenca y se ha formado un mampoche de cojones. Con que ya ves que chandrío tengo, parezco el capacico de las hostias.
Yo seguía la conversación atónito por el vocabulario empleado. Intuí que sofoquina era el acaloramiento. Sabía que el zauril era un paraje cercano situado junto a un manantial descubierto por un zahorí. Conocía que tajadera era la compuerta de las acequias de riego. Lo de encangrenao también comprendí que significaba estar muy, pero que muy enfadado y que chandrío se utilizaba para designar algo parecido a un desastre. Había leído así mismo que cagansias es un inquieto, un impaciente y que, además, lo quiere todo para sí. Del resto no me había enterado de nada.
Una vez que se despidieron, inquirí el significado de las palabras que no había comprendido a mi hermano, indudablemente más ducho que yo, por su oficio, en el trato con la gente del campo.
- Es sencillo. Entrar el agua de revíscula, es decir que penetra del revés, de retroceso, en sentido contrario; como el agua del mar en las rías cuando sube la marea. Se queda mostrenca en el momento en que permanece estancada por haber alcanzado en la finca el nivel suficiente para no recibir más. Entonces se mampocha, lo que quiere decir que se hace un barrizal similar a los terrenos pantanosos.
- Regar a aguacibera es regar a manto. Hasta la enclavación significa absolutamente todo. Ser el capacico de las hostias ya te puedes imaginar que es como ser el pupas, aquel en el que recaen todas las desgracias. Agre para trabajar es quien tiene coraje y no se le pone nada por delante.
- Algún día tienes que escribir sobre estos palabros que empleamos en Tudela y La Ribera.
Sonreí tentado por la idea y seguimos nuestro paseo...
... El relente hizo que sintiera un escalofrío. Desperté de ese estado letárgico, beatífico, con una sonrisa bobalicona.
Desde luego hay que echarle mucha imaginación para `poder hilvanar semejante dialéctica que parece otro idioma. Pero tiene que ser muy divertido intentar atar cabos. "y se ha formado un mampoche de cojones".
ResponderEliminarEsta creo que la entiendo . Pura poesía :-) Me ha encantado este post.
Un abrazo
En cada lugar hay expresiones y giros que a los foráneos se nos hacen totalmente ininteligibles. Saludos
EliminarLo primero que surge al leer tu texto es una gran sonrisa por la mmanera de hablar, pero para un amante de la filología, se trata de la riqueza de la diversidad lingüística. La lengua es arbitraria y convencional, ya que los sonidos no responden a un significado, sino que hablante y oyente convienen en la significación de cada palabra y por tanto se da la comunicación, función primordial de la lengua. El campesino y tu hermano se entendían perfectamente y eso es lo que importa que emisor y receptor manejen el mismo código.
ResponderEliminarMe parece muy atractivo e interesante sacar a la luz las hablas locales de cada pueblo o comarca.
Un abrazo
Sobre este tema hay publicadas varias obras: Vocabulario Navarro, de José María Iribarren, El habla en la Ribera de Navarra, de Luis María Marín Royo y Palabrejas, palabros y dichos en la Ribera tudelana, de Luis María Marín Royo y José L. Ramírez Álava, entre otros. Un abrazo desde mi mejana
EliminarVoy a intentar conseguir alguno de estos libros para aprender algunos palabros de ustedes para cuando vaya por esas tierras a conocerlas. Aunque espero que no me serán necesarias y que me entiendan al menos al pedir un 'cortado' a media tardecita.
EliminarDesde Gran Canaria, miles de palabras de saludos afectuosos para todos. Ángel
No te van a hacer falta, nos vamos a entender perfectamente. Solo te advierto que aquí un "zurito" es un poco de cerveza, como media caña. Las "tartericas" o "cazuelicas" son raciones por ejemplo de "gordillas", "patorrillo", "criadillas" "mensillas", etc. etc. Un fuerte abrazo
EliminarPues te enteraste de mucho Felipe, yo me hubiera quedado a cuadros. Intento quedarme con las palabros, espero que no se me olviden.
ResponderEliminarUn fuerte y calido abrazo
A menudo es cuestión de hacer de rata de biblioteca para enterarse de ciertas cosas. Un fuerte abrazo
EliminarBuenos días Felipe!!!!! con esta entrada que hoy nos regalas queda más que demostrada la riqueza de nuestro idioma.
ResponderEliminarTe cuento... por Aragón solemos decir que "hemos cogido un capazo" cuando nos hemos entretenido por la calle hablando con alguien!!! pues en Cáceres lo suelto de vez en cuando y no me entienden... se quedan... ¿y qué dice ésta de un capazo?, jejejejejeje!!! Besos.
También nosotros utilizamos esa expresión. Ya sabes que aragoneses y riberos tenemos muchas cosas en comun. Besos
EliminarNo hubiera sabido que decir en una conversación así. Menuda sofoquina. Un saludo.
ResponderEliminarEn fin que te hubieras quedado hecho un "ababol", un "mostillo". Un abrazo
EliminarRidiela, me paice a mí que menos dos o tres, todos los palabros los había entendido, y es que tu terruño y el mio sencuentran poco separados por una muga.
ResponderEliminarSaludos
Ciertamente zaragozanos y riberos somos muy parecidos. Un abrazo
EliminarGracias Felipe por esta evocación a estas palabras tan entrañables que resultan ser de nuestros queridos hombres de campo.Rememoradas muchas veces por Juliàn y que son tan curiosas y yo diria tan bonitas que no se pueden perder.
ResponderEliminarEs que este relato está basado en esas palabras que muchas veces comentaba con Julián y él me explicaba el significado de aquellas que yo desconocía . Un beso
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