Así ha sido la mía este año. Una fascitis plantar en el pie derecho me ha impedido acometer las caminatas de estos días. No obstante, no me resigné a perderme los actos preparados tan concienzudamente. Por esto el viernes a las nueve de la mañana acudí con mi coche a la ermita del Yugo para despedir a mis compañeros.
Unas sabrosas migas preparadas por Salvador me dieron la bienvenida mientras ojeaba una mesa bien dispuesta con cogollos, embutidos y quesos, amén de los tentadores tintos y rosados. En un costado se encontraban, afanosos, el mismo Salvador, Calixto y El Royo preparando unos apetitosos bocadillos de tortilla de bonito.
Preparando los bocatas |
El rosario de peregrinos que había dejado atrás en su andadura, comenzaron a llegar unos en pos de otros. En solidaridad con ellos me metí entre pecho y espalda un hermoso bocata de escabeche. Luego un café. No quise tomar ninguna copa por lo del sople al volver a casa.
Me metí definitivamente en ambiente al recibir la bendición del peregrino junto a mi grupo "Tudelanos por Javier" y cantando la tradicional jota "Es morenica y galana...". Se dio el pistoletazo de salida e iniciamos la marcha. Ellos hacia El plano, a disfrutar la espléndida mañana, y yo a Tudela de nuevo.
El camino de la Bardena, en el horizonte El Plano |
Quedé con unas amigas y, por la tarde, partimos en el vehículo de una de ellas con destino a Murillo el Fruto. Cuando llegamos ya lo habían hecho los caminantes de nuestro grupo. Asistimos a la misa de peregrinos y a continuación fuimos a cenar junto a ellos unas ricas sopas de ajo y lomo con pimientos. Como yo no conducía me resarcí, no en demasía por lo de la tensión. Después de cenar, un poco de juerga. En el momento de iniciar los cantos regionales, mis ángeles guardianas decidieron que ya era la hora de irnos para casa y así lo hicimos.
Camino de Gallipienzo |
El sábado, a las once de la mañana, partí con unos amigos hacia Gallipienzo donde, tras la comida, me incorporaría al grupo para hacer a pie el resto del camino hasta Sangüesa, final de la etapa que no pude realizar el pasado año por indisposición. Después de un pantagruélico ágape, en el que no faltó una lipotimia, al parecer sin ninguna trascendencia, iniciamos el recorrido. Primero por carretera y más tarde por una seca y polvorienta pista.
En un altozano a mitad del camino, junto a una finca de vetustos almendros, hicimos un alto para cumplir con una vieja costumbre. En esos momentos llegó a nuestra altura la presidenta del Gobierno de Navarra, Yolanda Barcina, que caminaba detrás de nosotros y fue invitada a sumarse a nuestro acto a lo que accedió amablemente. Se trata del rezo de un avemaría y el canto de una jota. Se me erizaron los pelos cuando Jesús Mari e Isabel cantaron con voz bien timbrada:
¡Qué alegres suben los mozos
cruzando por la Bardena
para cantarle a Javier
las jotas de la Ribera!
Nuevo incidente en el descenso de una empinada cuesta. Agustín dio unas cuantas volteretas y hubo de ser atendido aunque, afortunadamente, sin consecuencias.
Con la puesta del sol, llegamos al hotel. Reparto de habitaciones, ducha reparadora, cena y a dormir. Tuve suerte y me tocó cama aunque había llevado mi colchoneta por si tenía que acostarme en el suelo. El pie sigue molestándome pero, debido al cansancio, rápidamente me rendí en los brazos de Morfeo.
De mañana, cuando el viacrucis se pone en marcha a las ocho, negros nubarrones nos hacen presagiar la lluvia tan ansiada. En hora y media entramos en Javier.
Castillo de Javier |
Tras la visita a la basílica, hago unas compras y me tomo un café. Me dirijo a la explanada para asistir a la misa. La lluvia ha hecho acto de presencia y la plaza al pie del castillo se llena de paraguas.
Después de participar en la Eucaristía, subimos al autobús camino de Murchante donde disfrutaremos de la comida de final de la javierada. Nos espera un sustancioso cocido. Un poco de juerga para terminar y cada mochuelo a su olivo. ¡A descansar!
Parecen chiquillos, no paran!!...jejej!
ResponderEliminarSaludos desde Argentina desde mi blog de NUTRICIÓN
http://siempreseraprimavera.blogspot.com/
Tengo pendiente una visita al castillo de Javier. La última vez que estuve por aquellas tierras, tuve que elegir entre girar al norte y seguir hasta Leire o doblar hacia el sur camino de Javier. Opté por lo primero. Todo no pudo ser. Un abrazo Felipe, y a cuidarse el pie.
ResponderEliminarNo hiciste mala elección. De todas maneras muy pocos kilómetros separan ambos destinos. Un saludo
EliminarDescansar de comer será, porque a juzgar por lo que te has metido entre pecho y espalda, me ha entrando un hambre que no veas. Tu con las fascitis y yo con la rodilla habríamos hecho una pareja al menos curiosa.
ResponderEliminarPero las monedas tienen dos caras y siempre hay que encontar la positiva y lo has hechpo de maravilla. Lo importante es estar.
Un abrazoy buen finde
Que sabrosos son tus paseos, buenos amigos , bonito paisaje y después una buena papa, como decimos por aquí, que mas se puede pedir, amigo.
ResponderEliminarSaludos desde Caracas
Hola Felipe. Estuve hace un par de años en Javier en una breve visita de esas de las excursiones organizadas. Me encantó el sitio y los alrededores a donde llegamos ya con la tarde muy avanzada. Tu relato de la "Javierada atípica" que comentas me pone los dientes largos. Ya te he dicho que me gustaría ir por esos sitios a caminarlos. Hoy se acrecientan las ganas viendo como preparan ustedes los bocatas. Seguro que estaban ricos a rabiar.
ResponderEliminarDesde Gran Canaria, un cariñoso saludo a todos.
Es que somos así.... Chacho!!! (voz extremeña) todo lo celebramos bebiendo y comiendo!!!! Vale, ahora en serio!!! me alegro enormemente de una javierada tan bien celebrada (no como aquella que llovió). Transmites que fuiste feliz y que disfrutaste de la jornada... es que las jotas navarricas... hacen que uno se emocione y te lo dice una aragonesaaaaa!!!!
ResponderEliminarBesos de sol y cierto calor!
PD. Mira, te mando un correo que seguro o creo yo que sí, te gustará.
¡Qué divertido tiene que ser hacer esa peregrinación!
ResponderEliminarMe alegro de que la disfrutases, aunque te diese la lata el pie.
Abrazo!
Una javierada atípica, pero llena de sensaciones culinarias,
ResponderEliminarque tan bellamente presentas en tus fotografias. Así también se puede celebrar el camino de Javier. Espero que para el próximo año, tu pie se encuentre en una buena posición para emprender la marcha. Un fuerte abrazo.
Siento lo de tu pie, en cierta ocasión te comentaba que faltaba bastante tiempo para la javierada y que tu pie se curaría mientras tanto, espero que pronto se te cure o cuando menos, aunque sea con plantillas, puedas caminar sin cansarte ni que te duela.
ResponderEliminarUn abrazo
Javierada atípica, pero javierada al fin pues en estos eventos cada uno participa según sus fuerzas ¿ no?. Un abrazo
ResponderEliminarEn una peregrinación que se precie de ello puede faltar la caminata, pero lo que nunca falla es la comilona, el bebercio y las canciones. ¡Qué bien te lo pasas, aun en los momentos aviesos!
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