Recuperado de la javierada gracias al descanso de estos días, me he puesto en contacto con mi hermano para reanudar nuestros paseos semanales. A propuesta mía, decidimos dirigirnos a Las Bardenas Reales de Navarra, concretamente al paraje denominado Cabezo del Fraile. El día es ideal para hacer esta excursión: soleado pero no caluroso.
Dicho y hecho. Tomamos la carretera N-126 que une Tudela con Tauste. Al llegar al Km. 22, escasamente a uno de la muga con Aragón, giramos a la izquierda, ascendemos suavemente por una pista y llaneamos durante cuatro kilómetros y medio hasta llegar a un corral de ganado en cuyas inmediaciones dejamos el coche, justo al lado de otro con matrícula francesa.
Ante nosotros tenemos un solitario y abrupto picacho enhiesto orgullosamente sobre una corona de tierras calizas con el frente cortado como una pared. Quedamos un tanto sobrecogidos al pesar que debemos alcanzar la cima de semejante peña.
Cabezo del Fraile visto de frente |
Vemos un cartel anunciador de las características del lugar y observamos que existen mojones indicadores de la ruta a seguir. La iniciamos circundando un pobre sembrado. Atravesamos un par de barrancos y llegamos a un montículo que remontamos y nos señala claramente la senda pedregosa que trepa por la ladera. Delante de nosotros, a unos trescientos metros, un grupito de cuatro personas que suponemos son los franceses.
Iniciando el ascenso |
El sendero asciende duramente entre peñascos y torrenteras jalonado cada cierto trecho por las señales verdes y blancas pintadas sobre las mismas piedras. Mi hermano me señala excrementos que según dice son de zorro. Tomillos y romeros de pequeño porte constituyen la vegetación de estos altozanos junto a algún matorral espinoso. Los espartos se han quedado atrás en los barrancos.
Ahora un poquito más suave |
De vez en cuando algún falso llano, pero los repechos son continuos y exigentes. En los dos tramos finales, durísimos, nos situamos a escasos cien metros de los franceses. Llegamos a un descansillo, prácticamente ya en la cúspide, y reposamos sentados en unas rocas. Contemplamos boquiabiertos la fantástica panorámica que se abre ante nosotros.
Cabezos truncados y labrados |
Reanudamos la marcha por una suave vereda que nos conduce junto a unas enormes rocas hasta la cumbre formada por una pétrea planicie larga y estrecha. Espectacular. Estamos en uno de los puntos más elevados de Las Bardenas, rodeados del vacío por todos lados. Lástima que una leve neblina impida la visión clara porque el panorama es increíble. Ante nuestra vista la Bardena Blanca y la Negra con el montículo del santuario de Sancho Abarca, todo el valle de Ebro, una serie de cabezos truncados artificialmente por los labrantíos, y todo a nuestros pies. Si no fuera por la tenue calima contemplaríamos el Moncayo y las poblaciones de Tauste, Buñuel, Cortes, Fustiñana, Cabanillas, Fontellas, Ablitas e incluso Tudela.
Otra panorámica desde la cima |
Curioseamos los restos del estratégico castillo de Sancho Abarca y una sima parcialmente obstruida. Parece ser que aquí existió un antiguo poblado de la edad del bronce. Mi hermano se acerca al precipicio mirando hacia abajo. Yo no puedo hacerlo, la sensación incómoda del vértigo me lo impide. Junto a la boca de la sima una placa metálica con la inscripción de un horrible pareado que dice lo siguiente:
Cabezo el FraileCuanto te quieroEstar sentado aquí es comoEstar en el cielo.Un bardenero
Saludamos a los franceses que están haciendo fotografías. Les pregunto si desean que les haga una del grupo y acceden encantados. Ellos corresponden y nos hacen otra a nosotros. Nos despedimos y comenzamos el descenso.
Panorama a través de las rocas |
Lo hacemos por el mismo itinerario de la subida. Bajar es mucho más llevadero. Desde este emplazamiento, el cerro semeja la enorme quilla de un barco. Mientras nos deslizamos entre los riscos, comentamos que, durante el recorrido, no hemos visto ningún animal de ninguna especie a pesar de que, según me aclara, este es tiempo adecuado para que haya perdices. Solamente un par de pajarillos han revoloteado cerca de nosotros.
El cabezo visto de costado |
Después de echar una ojeada a un hermoso barranco, bordeando de nuevo el sembrado y disfrutando de las bonitas imágenes del cabezo, llegamos al emplazamiento donde está nuestro vehículo. Emprendemos el retorno a casa para llegar con el tiempo justo de darnos una ducha antes de comer.
Ciertamente, ha sido muy satisfactoria la visita a este lugar tan especial, uno de los más desérticos y olvidados de las Bardenas Reales de Navarra.
bueno, he quedado agotada pero feliz después de subir por esos pedregales.
ResponderEliminarMe tomaré un respiro hasta que nos presentes tu próxima caminata. beso
Tan buenas las fotos como el texto.
ResponderEliminarSaludos
Buenos días, Felipe. Creo que una de las cosas más bonitas aparte de la satisfacción de haber hecho este recorrido es poder hacerlo con la compañía de tu hermano. Esta parte de Navarra es para mí una gran desconocida.
ResponderEliminarBrisas y besos.
Malena
Uff, qué cansancio, sólo con leer todo lo que caminas me agoto.
ResponderEliminarUn beso Felipe.
Menos mal que no te acompañé pues me hubiese quedado sentada en la primera roca . Ha sido un placer leerte como siempre .
ResponderEliminar¿ Te has planteado dar a conocer el relato de tus excursiones en tu comunidad, pueblo, a la cncejalía de cultura ...? Hay libros de excursiones publicados, que son menos interesantes que lo que tu escribres. Un beso y que descanses para la próxima
¿Sabes, Felipe? Envidio de ti tu capacidad para caminar, para trotar por los montes y hacer estos reportajes tan preciosos.
ResponderEliminarQue Dios te de la facultad para hacerlo muchos años y en tan buena compañía.
Un abrazo.denessi
Yo tambien estoy agotada solo de ver el camino que hicisteis. Y si, coincido con Nacida en Africa, que es un deleite para el alma, hacer estos paseos en compañia de un hermano.
ResponderEliminarQue puedas disfrutar durante muchisimos años de estos paseos y de este caminar por caminos trazados.
Un beso
Que caminatas tan estupendas te pegas ¡Que alegria! sigue asi pues tu corazón y tu salud te lo agradecerá. Un fuerte abrazo querido amigo.
ResponderEliminar¡Que caminatas te pegas! Haces bien, tu salud y sobre todo tu corazón te lo van a agradecer. Un senderismo precioso. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarVaya vistas, Felipe!! Me encantan tus paseos.
ResponderEliminarUn abrazo!
Envidio ese saber caminar y hacerlo de esa manera tan natural que parece que no te cuesta nada-
ResponderEliminarPreciosos reportajes de tus lindas caminatas.
Besos
Por favor, no puedo respirar del asma, y tus sigues subiendo. Porfa llanea un poco:)
ResponderEliminarPreciosa caminata y panóramica que demuestra que ha mereciso la pena el esfurzo.
Un abrazo
Acabo de viajar por Argentina y, simultáneamente, por España con tu gráfico aporte.
ResponderEliminar¡De lo que es capaz internet, amigo Felipe!
Que tal..! después de un tiempo de ausencia paso a saludarte!
ResponderEliminarte dejo un fuerte abrazo!