Hace una tarde magnífica. El otoño, envidioso del resplandor cálido del verano, se ha vestido de rayos dorados inundado los campos de una luminiscencia que en nada tiene que envidiar a la de la estación precedente.
Como tenemos preparada mermelada de ciruela para cocer, a media tarde, nos hemos dirigido al huerto para realizar esta labor allí con toda tranquilidad. Previsoramente he recogido mi pequeña cámara fotográfica digital.
Por la carretera me ha sorprendido una extraña imagen del Moncayo: una estilizada nube blanca lo divide horizontalmente mientras una gasa brumosa se descuelga ocultándonos su falda. Aún he llegado a tiempo para captarla con mi Canon Power Shot. Ahí os la dejo como curiosidad.
He preparado mi industria conservera y como tenía muy pocas ganas de hacer nada más, contagiado de ambiente tan apacible y semejante bonanza, me he dedicado a hacer unas cuantas instantáneas con más o menos fortuna, algunas de la cuales os ofrezco de muestra.
Se me pasa el tiempo en unos clicks sin darme cuenta de ello. Apago el fuego porque los botes ya han hecho el vacío y sigo disparando.
Los últimos rayos bermejos del sol van desapareciendo lentamente tras las choperas azafranando la silueta del Moncayo. Mientras mi mujer termina de regar las flores, recojo los utensilios empleados y, acabada la faena, subimos al coche y retornamos a nuestro domicilio.
Ha sido una tarde verdaderamente agradable y provechosa.
Que suerte poder una huerta así. No me extraña que disfrutes del otoño paseando por ella. Excelentes fotos
ResponderEliminarUn abrazo
No pierdo la esperanza, Felipe. Me gustaría parecerme a ti y no pierdo la esperanza. Me falta: tener un huerto, una buena cámara de fotos y lo más importante, la vista previa al disparo y el dedo ágil que tú demuestras en tus fotografías.
ResponderEliminarMe encantan las fotografías del otoño y las tuyas son preciosas!! La del Moncayo me ha parecido espectacular.
ResponderEliminarMe imagino lo rica que debe de estar esa mermelada! Yo este verano hice de melocotón por primera vez.
Feliz domingo!
Que bonitas fotos y que pena que no podamos compartir contigo las viastas del Moncayo y por supuesto la mermelada.
ResponderEliminarUn abrazo
La foto del Moncayo es super, la mermelada aún no lo sé...
ResponderEliminarHola Felipe:
ResponderEliminarActualmente la primavera en Chile se parece al otoño de ustedes, con frío y lluvia inusuales inclusive en Santiago,pero no dispongo de una huerta tan pródiga y grata como la que muestras.
Un abrazo.
Una vez que pasé por las faldas del Moncayo me entraron ganas de subir hasta la cima.Me acobardé viendo caer que la nieve. Siempre que oigo hablar del Moncayo recuerdo que debería haber sido más valiente.
ResponderEliminarLos que disfrutáis de la Mejana
tenéis "bonita perla"
Las fotos muy cautivas.
Saludos
Preciosas imágenes y precioso huerto.
ResponderEliminarEl día 7 me encontraba en Broto, el cielo se estaba nublando, gracias a que fui previsor me marché el domingo, el lunes cayó una nevada en dos puertos que debía de atravesar, el primero en Cotefablo (cortado para camiones, y durante dos horas los vehículos con cadenas, hasta que limpiaron la calzada de nieve)
En Monrepós hubo dificultades, pero no llegaron a cortar la circulación.
¡Que rica la mermelada de ciruela!
Saludos
mmmmmmmmmHabrá mermelada de membrillo casera?que rico!!He pasado casualidad por tu blog,y me ha gustado sobre todo la fotografía.
ResponderEliminarSaludos
Clau
¡Ay los membrillos!..... me encanta hacer carne de membrillo pero aun me gusta más tus fotos y tu huerta. Lola
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