Asistimos ayer en la Catedral de Tudela a un extraordinario concierto que bajo este título presentó el grupo Ensemble Durendal. El concierto, según la propia leyenda del prospecto, es un viaje musical imaginario a través de las vías de peregrinación hacia Santiago
Ensemble Durendal es una formación de música antigua fundada en 1998 cuyos componentes se han especializado en la de los siglos XIII al XVIII interpretada con instrumentos de otras épocas. Desde sus inicios han desarrollado una actividad muy intensa ofreciendo conciertos por numerosas ciudades españolas y en varios festivales. Colaboran con otras formaciones nacionales y extrajeras y han realizado grabaciones televisivas, discográficas y en la radio.
Con el fondo del maravilloso retablo del Altar Mayor, pintado por Pedro Díaz de Oviedo en el siglo XV, la suave armonía surgida de los especiales instrumentos utilizados por esta agrupación nos transportaba a los tiempos del medioevo.
En la hora escasa que tuvo de duración escuchamos unas melodías interpretadas con tal sensibilidad que quedamos maravillados. Todos los componentes rayaron a gran altura pero a mí particularmente me llamó la atención Iñigo Casali con una voz sin artificios, bien modulada tanto en calidez como en volumen y, por añadidura, su virtuosismo con las flautas.
En cuanto al programa poco que añadir. Canciones y melodías que abarcan desde el siglo XII al XVII, muy agradables de escuchar y, en mi opinión personal, destacar Aond’irá aquel Romeiro, Hymnus peregrinaron Dum Pater familias (del Codex Calixtinus), Ad mortem festinamus, la lauda OJesu dolce y La mantovana.