jueves, 1 de julio de 2010

Lectura y marketing

Hace unos veinte años una persona de la familia me prestó un libro para leer confesándome que a ella no le había gustado y a mí quizás me pasase lo mismo. No conocía mis gustos literarios.

La obra en cuestión me era totalmente desconocida al igual que su autor. Contagiado por los prejuicios y el temor a no poder terminarlo a pesar de no ser muy voluminoso, comencé la aventura siempre tentadora de la lectura.

Pronto los prejuicios y la obsesión por acabarlo cuanto antes dieron paso a la atención, la placidez y el sosiego necesarios para gozar con la narración de una historia sorprendente, inquietante e inusitada.

Algunos días más tarde la misma persona prestataria requería mi parecer y se lo dí con gran satisfacción: Creo que es la novela más original de la que he disfrutado desde hace muchísimo tiempo. Quedó verdaderamente sorprendida por mi afirmación.

Y,  a mi juicio, así es. Nunca había leído un relato en el que el hilo conductor, el aglutinante de toda la narración, la ambientación, el carácter del personaje principal, la causa de todos los hechos acaecidos estuviesen imbuidos por el sentido literariamente más olvidado: el olfato.

Han transcurrido los años y desde hace unos diez, tras un periodo de indiferencia o medio olvido, la novela surgió con fuerza, producto de la publicidad y propaganda,  hasta convertirse en un verdadero best seller que todo el mundo alaba y recomienda. En el año 2006 se produjo la consiguiente película que, como es habitual, no está a su altura.

No se si la habéis ya reconocido. Se trata de “El perfume”, narración publicada en 1985, cuyo autor es el alemán Patrick Süskind. Cuando yo la leí por primera vez (he repetido) no llevaba el subtítulo de “Historia de un asesino”  

Como podemos comprobar, en estos tiempos que vivimos, no es cierto eso de que “el buen paño en el arca se vende”.  

4 comentarios:

  1. Hola Felipe.
    Con mucho gusto hemos agregado tu blog a nuestro listado de Blogs de Mayores, como nos solicitaste.
    Bienvenido y un fuerte abrazo.

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  2. La lectura de una obra, acto individual y solitario, no siempre tiene por qué satisfacer a todos por igual. En ocasiones, una gran novela pasa desapercibida para el gran público y otras el "marketing" hace que se venda muy por encima de sus méritos literarios.
    En el caso que nos ocupa, el autor ha puesto el foco en el sentido humano menos desarrollado, el olfato, y con esos mimbres ha conseguido una gran novela.
    Felicidades por haberla detectado antes que la masa.

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  3. No es ningún mérito haberla detectado en ese momento. Entonces era desconocida, también para mí, y simplemente me gustó.

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  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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